Losing Yourself / Perderte a Ti Mismo

There are seasons in life when it seems we are losing. I think back to when I was the mother of babies – I lost: sleep, quick trips to the store, quiet at Mass, clothes that stayed clean and other things that at this moment no longer seem important at all. Those losses passed, and yes, were replaced with other losses. But mixed in with the losses was joy, so much joy. I knew that the loss would pass, it would not and did not last forever. Most things in this life pass away. The most difficult times in my life have passed and yet, I remain. By the grace of God, I remain standing and believe that each cross taught me something and formed me a bit more into a person who will go to heaven one day. Do I like my crosses? Usually not. In my worst moments, I rail at God about them. In my better moments, I ask, “What do You want me to learn from this?” 

Crosses teach us that we are able to overcome adversity, to see the bigger picture and focus on what is ahead. Gold is forged in fire, iron sharpens iron and crosses can teach us something about ourselves. I’m not saying to go out and seek crosses; life brings us plenty! But by willingly picking up our crosses we share in the suffering of Christ, we become a living example to others of faithfulness and can lead others to know Christ more deeply by that example.

The other compelling reason to pick up our cross is that when we do, we gain eternal life. Picking up our cross shifts the focus from ourselves to others, which is what Jesus did when He died on the cross. He did that for others, for us, not Himself.

As Lent begins, let us pick up our cross each day, and deny ourselves some small comfort or pleasure. If you are in a difficult season, try to bear the suffering without complaining. Whatever it is that you have chosen for Lent this year, do it with an eye on the cross and the thought of eternal life.

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Hay temporadas en la vida donde parece que estamos perdiendo. Pienso en cuando era madre de bebés, perdía: sueño, salidas rápidas a la tienda, silencio durante la misa, ropa que se mantenía limpia y otras cosas que en este momento ya no me parecen tan importantes. Esas pérdidas pasaron, y sí, fueron reemplazadas por otras pérdidas. Pero mezclado con las pérdidas estaba la alegría, mucha alegría. Sabía que la pérdida pasaría, no duraría para siempre. La mayoría de las cosas en esta vida pasan. Los momentos más difíciles de mi vida han pasado y, sin embargo, permanezco. Por la gracia de Dios, sigo de pie y creo que cada cruz me enseñó algo y me formó un poco más en una persona que algún día irá al cielo. ¿Me gustan mis cruces? Normalmente no. En mis peores momentos, critico a Dios por ellos. En mis mejores momentos, pregunto: “¿Qué quieres que aprenda de esto?”

Las cruces nos enseñan que somos capaces de superar la adversidad, de ver el panorama completo y enfocarnos en lo que está por venir. El oro se forja en el fuego, el hierro se afila con el hierro y las cruces pueden enseñarnos algo sobre nosotros mismos. No digo que debemos salir a buscar cruces; ¡la vida nos trae muchas! Pero al levantar nuestras cruces voluntariamente, compartimos el sufrimiento de Cristo, nos convertimos en un ejemplo vivo de fidelidad para otros y podemos guiar a otros a conocer a Cristo más profundamente mediante ese ejemplo.

La otra razón convincente para tomar nuestra cruz es que cuando lo hacemos, ganamos la vida eterna. Tomar nuestra cruz cambia el enfoque de nosotros mismos a los demás. Lo mismo hizo Jesús cuando murió en la cruz, lo hizo por los demás, por nosotros, no por sí mismo.

Al comenzar la Cuaresma, tomemos nuestra cruz cada día y neguémonos algún pequeño consuelo o placer. Si estás en una temporada difícil, trata de soportar el sufrimiento sin quejarte. Sea lo que sea que hayas elegido para la Cuaresma este año, hazlo con la mirada puesta en la cruz y el pensamiento de la vida eterna.

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Deanna G. Bartalini, M.Ed.; M.P.A., is a certified spiritual director, writer, speaker and content creator. The LiveNotLukewarm.com online community is a place to inform, engage and inspire your Catholic faith. Her weekly Not Lukewarm Podcast gives you tips and tools to live out your faith in your daily life.

Feature Image Credit: Lia Mendez, cathopic.com/photo/8244-rostro-de-cristo-en-la-cruz