What Would Jesus Do? / ¿Qué Haría Jesús?

“Whoever claims to abide in him ought to walk just as he walked” (1 John 2:6).

During the Christmas season, we have an opportunity to reflect on the mystery of the Word Made Flesh, showing us who God truly is. “A light to reveal you to the nations and the glory of your people Israel,” as Zechariah says (Luke 2:32). Jesus does this, for sure, but He also shows us who we are: “Christ, the final Adam, by the revelation of the mystery of the Father and His love, fully reveals man to man himself and makes his supreme calling clear” (Pastoral Constitution on the Church in the Modern World Gaudium et Spes, 22).

Christ shows man who he ought to be. This is because Jesus both reveals the mystery of the Father (in His divinity) and reveals the heights that man can attain when unified with God (in His humanity). Jesus is, in Himself, the state which we all long for: holiness, that is, total union with God, the perfection of unimpeded contact between humanity and divinity. 

Because of this, Jesus shows us that we truly can be holy. It is possible for a human to be united to the Godhead. We are destined by adoption to be what He is by nature. And this is the basis for the “supreme calling” that Gaudium et Spes speaks about: we are called to holiness, no matter who we are.

Maybe we’ve seen the bumper sticker “WWJD” or the phrase “What would Jesus do?” It can seem trite. But there’s a great deal of merit in reflecting on this in a practical way, given the above context. Because Jesus Christ came as the union of God and man and invited us to follow Him and be perfect as our heavenly Father is perfect, He showed us that it is indeed possible to be one with God, and that the way to do that is precisely by following Him. In other words, if we want to know how to get to heaven, we should ask ourselves, “What would Jesus do?” or not only that, but “What did Jesus do?”

God has come to earth and entered our temporal history in Person to show us the path of holiness. When we read the Gospels and reflect on the life of Christ, we should understand that He empowers us to act as He did and does. We can and ought to really consider how He handled the situations He encountered, how He used His emotions, thoughts, ideas, words, actions, and virtues, so that we can act in the same way with His grace.

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El que afirma que permanece en Cristo debe de vivir como él vivió” (1 Juan 2,6).

Durante la temporada navideña, tenemos la oportunidad de reflexionar sobre el misterio del Verbo hecho carne, mostrándonos quién es Dios verdaderamente. Como dice Zacarías “Luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel” (Lucas 2:32). Jesús sí lo hace, sin duda, pero también nos muestra quiénes somos nosotros: “Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación. (Constitución Pastoral Gaudium Et Spes Sobre la Iglesia en el Mundo Actual, 22).

Cristo muestra al hombre quién debe ser. Esto se debe a que Jesús revela el misterio del Padre (en Su divinidad) y revela las alturas que el hombre puede alcanzar cuando está unificado con Dios (en Su humanidad). Jesús es, en sí mismo, el estado que todos anhelamos: la santidad, es decir, la unión total con Dios, la perfección del contacto sin trabas entre la humanidad y la divinidad.

Por eso, Jesús nos muestra que verdaderamente podemos ser santos. Es posible que un ser humano se una a la Deidad. Estamos destinados por adopción a ser lo que Él es por su naturaleza. Y esta es la base de la “sublimidad de su vocación” de la que habla Gaudium et Spes: estamos llamados a la santidad, seamos quienes seamos.

Tal vez hemos visto una etiqueta con “WWJD” o la frase “What Would Jesus Do?” (¿Qué haría Jesús?) Puede parecer trillado. Pero hay mucho mérito en reflexionar sobre esto de una manera práctica, dado el contexto anterior. Porque Jesucristo vino como la unión de Dios y el hombre y nos invitó a seguirlo y ser perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto, nos mostró que sí es posible ser uno con Dios, y que la manera de hacerlo es precisamente siguiéndolo a Él. En otras palabras, si queremos saber cómo llegar al cielo, debemos preguntarnos, “¿Qué haría Jesús?” o no sólo eso, sino “¿Qué hizo Jesús?”

Dios ha venido a la tierra y ha entrado en nuestra historia temporal en Persona para mostrarnos el camino de la santidad. Cuando leemos los Evangelios y reflexionamos sobre la vida de Cristo, debemos entender que Él nos capacita para actuar como lo hizo y lo hace. Podemos y debemos realmente considerar cómo manejó las situaciones que encontró, cómo usó sus emociones, pensamientos, ideas, palabras, acciones y virtudes, para que podamos actuar de la misma manera con la ayuda de su gracia.

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David Dashiell is a freelance author and editor in Nashville, Tennessee. He has a master’s degree in theology from Franciscan University, and is the editor of the anthology Ever Ancient, Ever New: Why Younger Generations Are Embracing Traditional Catholicism.

Feature Image Credit: Antonius de María, cathopic.com/photo/590-road-of-the-disciples-of-emmaus

The Feast of the Holy Innocents / La Fiesta de los Santos Inocentes

Today we remember the Holy Innocents. I have read some commentaries in the past that they believed that only a handful of babies were actually killed. Then, others as many as 144,000. I don’t see that low number as being possible. Why? Because it was necessary to have large families due to the household workload. It wasn’t until after the Industrial Revolution that people started leaving the farms and moving to the cities to work in factories that families began to get smaller.

Who started this horrific event of murdering innocent children? It was Herod, who found out from the Magi that the Savior of the Jews had been born. He asked them, “Where was this to take place?” They told him Bethlehem. Herod was a very evil man. He gave the order to kill all the boys two years and younger in the country around Bethlehem. And they did. Very sad. Herod was threatened by a baby, a baby he didn’t even know. It was all hearsay that the Messiah had arrived. But his sources seemed to be credible so he reacted out of fear and hate and pride.

Has anything really changed in the last 2000 years? It has not! The slaughter of innocent children continues to this day. It is called abortion. Mother Teresa once said that abortion would be the scourge of America. That’s pretty strong language. It seems to be true. Our Supreme Court overturned Roe versus Wade and turned the power over to the states. Now, battlegrounds have formed in virtually every state in our country.

When I was on the Right to Life Board in Grand Rapids many years ago we were told that it was going to be a war of words. Listen carefully to those who believe that abortion is OK. They are masters at conjuring up words and sound bites that seem to say that abortion is OK. Some of you may be old enough to remember the bombshell that Life Magazine printed. It was pictures of babies in the womb. It was the first time that anyone was bold enough to show us when life starts. It wasn’t hard to tell that there were babies in there. Then, there was “The Silent Scream.” Remember that ultrasound? It was horrific! Again, it was explained away as though it really didn’t happen.

There will be an accounting for all this and I think we all know that. Jesus said, “Let the little children come to me”. Let’s do that! Then get on our knees for the times that we haven’t.

Serving With Joy!

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Hoy recordamos a los Santos Inocentes. He leído algunos comentarios en el pasado que creían que solo unos cuantos bebés fueron asesinados y otros que dicen como 144,000. No veo muy factible que mataran a tan poquitos. ¿Por qué? Porque era necesario tener familias numerosas debido a la carga de trabajo del hogar. Recién después de la Revolución Industrial cuando la gente comenzó a dejar las granjas y mudarse a las ciudades para trabajar en las fábricas las familias comenzaron a tener menos hijos.

¿Quién comenzó este horrible evento de asesinar a niños inocentes? Fue Herodes, quien se enteró por los magos que había nacido el Salvador de los judíos. Él les preguntó: “¿Dónde iba a suceder esto?” Le dijeron en Belén. Herodes era un hombre muy malvado. Dio la orden de matar a todos los niños de dos años o menos en los alrededores de Belén. Y lo hicieron. Muy triste. Herodes sintió amenazado por un bebé, un bebé que ni siquiera conocía. Todo era rumor de que el Mesías había llegado. Pero sus fuentes parecían ser creíbles, por lo que reaccionó con miedo, odio y orgullo.

¿Mucho ha cambiado en los últimos 2000 años? La verdad que no. La masacre de niños inocentes continúa hasta el día de hoy. Se llama el aborto. La Madre Teresa dijo una vez que el aborto sería el flagelo de América. Son palabras fuertes pero parece ser cierto. La Corte Suprema anuló Roe versus Wade y entregó el poder a los estados. Ahora, se han formado campos de batalla en prácticamente todos los estados de nuestro país.

Cuando estuve en el Comité del Derecho a la Vida en Grand Rapids hace muchos años, nos dijeron que iba a ser una guerra de palabras. Escuche atentamente a quienes creen que el aborto está bien. Son maestros en evocar palabras y fragmentos de sonido que parecen decir que el aborto está bien. Algunos de ustedes pueden tener la edad suficiente para recordar la bomba que imprimió la Life Magazine. Eran fotos de bebés en el útero. Era la primera vez que alguien se atrevía a mostrarnos el inicio de la vida humana con imágenes. No era difícil descifrar que eran bebés. Luego salió “El Grito Silencioso”, un video de como el bebe reaccionaba durante un aborto. ¿Te acuerdas de esa ecografía? ¡Fue horrible! Y nuevamente, pusieron explicaciones de como realmente no había sucedido.

Habrá una rendición de cuentas de todo esto y creo que todos lo sabemos. Jesús dijo: “Deja a los niños venir a mí”. ¡Vamos a hacerlo también! Y luego nos ponemos de rodillas a pedir perdón por las veces que no lo hemos hecho.

¡Sirviendo Con Alegría!

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Deacon Dan Schneider is a retired general manager of industrial distributors. He and his wife Vicki have been married for over 50 years. They are the parents of eight children and thirty grandchildren. He has a degree in Family Life Education from Spring Arbor University. He was ordained a Permanent Deacon in 2002.  He has a passion for working with engaged and married couples and his main ministry has been preparing couples for marriage.

Featured Image Credit: Llyfrgell Genedlaethol Cymru / The National Library of Wales, unsplash.com/photos/H4ElFuIGQnQ

The Feast of St. John / La Fiesta de San Juan

This is a passage we’ve all heard countless times, the discovery of Jesus’ empty tomb by Mary Magdalene, Peter, and John. But we hear it again today during the Christmas season on the Feast of St. John the Apostle. 

It almost seems unremarkable. Of course the tomb is empty, we may think, Jesus rose from the dead. We start on that premise. We’ve known our whole lives that Jesus is resurrected. It’s the foundation of our Catholic Christian faith. The disciples, on the other hand, are learning of this for the first time. 

In praying with Scripture, we can imagine ourselves as part of the story. We can be one of the actors or maybe a bystander. Imagine what it was like for Mary Magdalene, Peter, and John. Imagine being there with them. The one you thought was going to change the world and save your people is gone. Jesus, who brought such joy and healing to you and others is gone. Jesus, who is your best friend, the man who truly knows your heart, who loves you unconditionally, is dead. His death was violent. You’ll never be able to unsee his suffering. 

What will happen now? Will the evil in the world take over? You miss him. You cannot imagine life without him, without his warm smile and tender gaze, his wisdom and maybe humor. You felt loved as never before. You felt accepted, seen, valued. 

The sorrow and despair you feel is heavy. You’re unsure about your future and the future of the others who have lived with Jesus for the past three years. You feel anger at those who were responsible for his death, anger that they didn’t know and did it anyway. Your feelings are powerful and maybe overwhelming. Directionless, you go with Mary Magdalene to visit Jesus’ grave. 

Now imagine you see what she sees: an empty tomb. You know his body wasn’t stolen; thieves would take the costly linens and leave the body. The clothes and napkin are neatly laid out but Jesus is gone. You instinctively know he is alive. You trusted him, listened to him, and prayed with him. It makes sense and you are filled with exuberance. Your joy explodes. You want to run and shout and leap because HE IS ALIVE! 

In the light of our recent celebration of Christ’s birth, we can see how this story is no longer unremarkable. It is not commonplace or mundane. It is the story of our salvation. The story of how God so loved the world. 

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Este es un pasaje que todos hemos escuchado innumerables veces, cuando María Magdalena descubre la tumba vacía de Jesús y luego vienen Pedro y Juan. Pero lo escuchamos nuevamente hoy durante la temporada navideña en la Fiesta de San Juan Apóstol.

Casi parece insignificante. Podemos pensar, “por supuesto que la tumba está vacía, Jesús resucitó de entre los muertos”. Empezamos con ese conocimiento. Hemos sabido toda la vida que Jesús resucitó. Es el fundamento de nuestra fe cristiana católica. Los discípulos, en cambio, están aprendiendo de esto por primera vez.

Al rezar con las Escrituras, podemos imaginarnos a nosotros mismos como parte de la historia. Podemos ser uno de los actores o tal vez un espectador. Imagínate cómo hubiera sido para María Magdalena, Pedro y Juan. Imagina estar presente allí con ellos. Se ha ido la persona que pensabas que iba a cambiar el mundo y salvar a tu pueblo. Jesús, quien trajo tanta alegría y sanación a ti y a otros, se ha ido. Jesús, tu mejor amigo, el hombre que verdaderamente conoce tu corazón, quien te ama incondicionalmente, está muerto. Su muerte fue violenta. Nunca podrás dejar de ver en tu mente su sufrimiento.

 ¿Ahora qué va a pasar? ¿El mal tomará el poder del mundo? Lo extrañas. No puedes imaginar la vida sin él, sin su cálida sonrisa y tierna mirada, su sabiduría y tal vez su sentido de humor. Te sentiste amado como nunca antes. Te sentiste aceptado, visto, valorado.

Te pesa el dolor y la desesperación que sientes.  No estás seguro de tu futuro y el futuro de los demás que han vivido con Jesús durante los últimos tres años. Sientes ira hacia aquellos que fueron responsables de su muerte, ira porque no sabían y lo hicieron de todos modos. Tus sentimientos son fuertes y tal vez abrumadores. Sin dirección, vas con María Magdalena a visitar la tumba de Jesús.

Ahora imagina que ves lo que ella ve: una tumba vacía. Sabes que su cuerpo no fue robado; los ladrones tomarían las costosas sábanas y dejarían el cuerpo. La ropa y la servilleta están cuidadosamente dobladas allí, pero Jesús no se encuentra. Instintivamente sabes que está vivo. Confiaste en él, lo escuchaste y oraste con él. Tiene sentido y te llena de exuberancia. Tu alegría explota. ¡Quieres correr y gritar y saltar porque ¡ESTÁ VIVO!

A la luz de la celebración reciente del nacimiento de Cristo, podemos ver cómo esta historia ya no es insignificante. No es nada común o mundano. Es la historia de nuestra salvación. La historia de cómo Dios amó tanto al mundo.

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Merridith Frediani loves words and is delighted by good sentences. She also loves Lake Michigan, dahlias, the first sip of hot coffee in the morning, millennials, and playing Sheepshead with her husband and three kids. She writes for Catholic Mom, Diocesan.com, and her local Catholic Herald. Her first book Draw Close to Jesus: A Woman’s Guide to Adoration is available at Our Sunday Visitor and Amazon. You can learn more at merridithfrediani.com.

Feature Image Credit: Ivana Cajina, unsplash.com/photos/dQejX2ucPBs

On the Feast of Stephen / En la Fiesta de San Esteban

Merry Christmas! While some of our neighbors may have already taken down their decorations, as Catholics, we know the celebration is just beginning. We even have a special carol just for today—my favorite (as I’ve mentioned before), Good King Wenceslas

Today’s First Reading from Acts is the story of St. Stephen, the first Christian martyr, whose feast we celebrate on the Second Day of Christmas. “Certain  . . . people . . . came forward and debated with Stephen, but they could not withstand the wisdom and the spirit with which he spoke.” I was surprised to notice that the debaters did not disbelieve Stephen. They did not accuse him of lying or blasphemy. Rather, “they were infuriated, and they ground their teeth at him.”

In other words, they were so angry that they could not even speak! At a loss for a rebuttal to his spirit-filled words and unwilling to accept what they could not refute, they “covered their ears, and rushed upon him together.” The crowd stoned Stephen to death not because they did not believe but because they could not stand to hear the truth, so they killed the messenger. 

Stephen’s final words are reminiscent of today’s Psalm, themselves a foretelling of some of the final words of Jesus: “Into your hands, O Lord, I commend my spirit”. The Psalm goes on to call upon God as a “rock of refuge . . . a stronghold . . . my rock and my fortress.” The very instrument of Stephen’s martyrdom is transformed into an image of God. 

In today’s Gospel, Jesus describes persecutions much like Stephen’s: “Beware of men, for they will hand you over to courts and scourge you in their synagogues, and you will be led before governors and kings for my sake as a witness before them and the pagans.” He promises his followers (and us) that there is no need to worry about how to answer their persecutors, because, like Stephen, “[I]t will not be you who speak but the Spirit of your Father speaking through you.”

Yesterday was a joyful day of celebrating the birth of our Savior. Today the Church opens a window into a bleaker future of the persecution and martyrdom of Christians that continues to the present day. And yet there is still much to celebrate! While American Catholics may be criticized or misunderstood or ridiculed in our society, this is a far cry from being stoned or tortured. We have the freedom to worship without fear, although this is still not true for many Christians in other countries.

But despite ongoing persecutions, the Catholic Church continues to grow, with approximately 1.3 billion members.  And we know what the future holds, because Jesus assured us “ . . . I will build my church, and the gates of Hell shall not prevail against it.” (Matthew 16:18).

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¡Feliz Navidad! Si bien es posible que algunos de nuestros vecinos ya hayan quitado sus decoraciones, como católicos, sabemos que la celebración apenas comienza. Incluso tenemos un villancico especial solo para hoy: mi favorito (como he mencionado anteriormente), llamado Good King Wenceslaus (El Buen Rey Wenceslaus) 

La primera lectura de hoy, de los Hechos de los Apóstoles, es la historia de San Esteban, el primer mártir cristiano, cuya fiesta celebramos en el segundo día de la Navidad. Algunas personas “se pusieron a discutir con Esteban; pero no podían refutar la sabiduría inspirada con que hablaba.” Me sorprendió notar que los debatientes no le creyeron a Esteban. No lo acusaron de mentir o de blasfemia. Más bien, “se enfurecieron y rechinaban los dientes”.

En otras palabras, ¡estaban tan enojados que ni siquiera podían hablar! Sin poder refutar sus palabras llenas de espíritu y no dispuestos a aceptar lo que no podían refutar, “se taparon los oídos y todos a una se precipitaron sobre él”. La multitud apedreó a Esteban hasta la muerte no porque no creyeran, sino porque no podían soportar escuchar la verdad, así que mataron al mensajero.

El Salmo de hoy repite las últimas palabras de Esteban, las cuales predicen unas de las últimas palabras del mismo Jesús: “En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu”. El Salmo continúa invocando a Dios como “mi fortaleza y mi refugio…la muralla…mi fortaleza y mi defensa.” El mismo instrumento del martirio de Esteban (las rocas) se transforma en imagen de Dios.

En el Evangelio de hoy, Jesús describe persecuciones muy parecidas a las de Esteban: “Cuídense de la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos.” Él promete a sus seguidores (y a nosotros) que no hay necesidad de preocuparse por cómo responder a sus perseguidores, porque, como Esteban, “Pues no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes.

Ayer fue un día gozoso de celebración del nacimiento de nuestro Salvador. Hoy la Iglesia abre una ventana a un futuro más sombrío de persecución y martirio de cristianos que continúa hasta el día de hoy. ¡Y todavía tenemos mucho por celebrar! Si bien los católicos estadounidenses pueden ser criticados, malinterpretados o ridiculizados en nuestra sociedad, estamos muy lejos de ser apedreados o torturados. Tenemos la libertad de adorar sin miedo, aunque esto todavía no es cierto para muchos cristianos en otros países.

Pero a pesar de las continuas persecuciones, la Iglesia Católica sigue creciendo, con aproximadamente 1.300 millones de miembros. Y sabemos lo que nos espera en el futuro, porque Jesús nos aseguró “[E]dificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18).

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Leslie Sholly is a Catholic, Southern wife and mother of five, living in her hometown, Knoxville, Tennessee. She graduated from Georgetown University with an English major and Theology minor. She blogs at Life in Every Limb, where for 11 years she has covered all kinds of topics, more recently focusing on the intersection of faith, politics, and social justice.

Feature Image Credit: MonikaP, pixabay.com/photos/cross-winter-summit-cross-alps-1996530/

The Glory of Christmas / La Gloria de la Navidad

“And the Word became flesh and made His dwelling among us, and we saw His glory.”

Today, as we hear in my favorite Christmas song, O Holy Night, “the weary world rejoices.” Today, God gave us a Savior. We did not deserve this gift. We sinned. We betrayed God. We knew His laws, but we did what we wanted anyway and pushed Him away. But, in His immense love, He looked at this world of human beings He created in His image and likeness and His heart was filled with love. And in this immense love, He sent His Son.

The night that Christ was born truly changed the world. All of God’s promises in the Old Testament were fulfilled, and in His death we can live. Eternity with God can be ours. Our choices determine whether or not we accept His offer. But He came today as a tiny baby to give us that chance, and in coming “the soul felt its worth.”

What are we worth? We are worth mocking and beatings. We are worth the nails. We are worth an agonizing death. Why? Because we matter to God, and we are His.

Today, as we celebrate the greatest gift ever given to us, let us think about the gifts we can give to Baby Jesus. Take time to reflect and to find a way to improve some aspect of your life that will please Christ and help you grow closer to Him. Maybe you have held a grudge too long. Maybe you often let your anger get the best of you. Maybe you struggle with being kind to someone at the office or in your extended family. Maybe you have held on to hurt and bitterness so long that it’s eating you up inside. Maybe you struggle with an addiction. Or maybe you have felt yourself drift away from God. We all have something that has created a barrier between us and Our Lord. Our gift to Baby Jesus could be to begin to tear that barrier down.

Remember, our lives are not our own. They belong to Christ. This Christmas, let us not forget that we are His. Let us find joy in this fact and give Him the greatest gift we possibly can—ourselves.

And this Christmas, and always, let us praise and thank Him for taking on our sins and for dying so that we could have eternal life.

Indeed, the weary world rejoices when it gazes upon Baby Jesus, on Christmas day and every day. Merry Christmas!

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Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria”.

Hoy, como escuchamos en mi canción navideña favorita, Oh Holy Night, “the weary world rejoices” (el mundo agotado se regocija). Hoy, Dios nos dio un Salvador. No nos merecíamos este regalo. Pecamos. Traicionamos a Dios. Conocíamos Sus leyes, pero hicimos lo que queríamos de todos modos y lo rechazamos. Pero, en su inmenso amor, miró este mundo de seres humanos que creó a su imagen y semejanza y su corazón se llenó de amor. Y en este inmenso amor, envió a su Hijo.

La noche en que Cristo nació verdaderamente cambió el mundo. Todas las promesas de Dios en el Antiguo Testamento se cumplieron y por Su muerte podemos vivir. La eternidad con Dios puede ser nuestra. Nuestras decisiones determinan si aceptamos o no su oferta. Pero Él vino hoy como un pequeño bebé para darnos esa oportunidad, y al venir “the soul felt its worth” (el alma sintió su valor).

¿Cuál es nuestro valor? Valemos la pena de las burlas y los golpes. Valemos la pena de los clavos. Valemos la pena de una muerte agonizante. ¿Por qué? Porque le importamos a Dios, y somos suyos.

Hoy, mientras celebramos el regalo más grande que jamás se nos haya dado, pensemos en los regalos que podemos entregar al Niño Jesús. Tómate un tiempo para reflexionar y encontrar una manera de mejorar algún aspecto de tu vida que agrade a Cristo y te ayude a acercarte más a Él. Tal vez has guardado rencor demasiado tiempo. Tal vez a menudo dejas que tu ira se apodere de ti. Tal vez te cuesta ser amable con alguien en la oficina o con uno de tus familiares. Tal vez te has aferrado al dolor y la amargura por tanto tiempo que te está consumiendo por dentro. Tal vez batallas con una adicción. O tal vez te has sentido alejado de Dios. Todos tenemos algo que ha creado una barrera entre nosotros y Nuestro Señor. Nuestro regalo al Niño Jesús podría ser comenzar a derribar esa barrera.

Acuérdense que nuestras vidas no son nuestras. Pertenecen a Cristo. Esta Navidad, que no nos olvidemos que somos suyos. Encontremos alegría por este hecho y démosle el mayor regalo que podamos: nosotros mismos.

Y esta Navidad, y siempre, le alabemos y le demos gracias por tomar nuestros pecados y por morir para que pudiéramos tener la vida eterna. De verdad, el mundo agotado se regocija cuando mira al Niño Jesús, el día de Navidad y todos los días. ¡Feliz Navidad!

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Susan Ciancio has a BA in psychology and a BA in sociology from the University of Notre Dame, with an MA in liberal studies from Indiana University. For the past 19 years, she has worked as a professional editor and writer, editing both fiction and nonfiction books, magazine articles, blogs, educational lessons, professional materials and website content. Thirteen of those years have been in the pro-life sector. Currently Susan freelances and writes weekly for HLI, edits for American Life League, and is the executive editor of Celebrate Life Magazine. She also serves as executive editor for the Culture of Life Studies Program—an educational nonprofit program for K-12 students. You can reach her at slochner0.wixsite.com/website.

Feature Image Credit: ANGEL, cathopic.com/photo/13357-contemplando

The Kingdom of God is Here / El Reino de Dios Está Presente

Come Holy Spirit, fill the hearts of your faithful and enkindle in them the fire of your love. Send forth your Spirit, and they shall be created. And You shall renew the face of the earth. Let us pray. O, God, who by the light of the Holy Spirit, did instruct the hearts of the faithful, grant that by the same Holy Spirit we may be truly wise and ever enjoy His consolations. Through Christ Our Lord. Amen.

“As soon as Jesus was baptized, he went up out of the water. At that moment heaven was opened, and he saw the Spirit of God descending like a dove and alighting on him. And a voice from heaven said, ‘This is my Son, whom I love; with him I am well pleased.'”

The Baptism of Christ marks the beginning of Jesus’ public ministry to bring others to God as Savior of the world. While Jesus himself never sinned, He receives Baptism to show His complete submission to the Father. This cleansing functions as a symbol of His identification with sinners, pointing to death and rebirth. To enter God’s kingdom one must be born again; the Spirit reborn to new life. Christ overcomes death by first joining into baptism as fully man while also fully God.

Jesus’ Baptism reflects in it all three parts of the Trinity together: God the Father (the voice speaking from heaven), Jesus the Son (the person rising up out of the water), and the Holy Spirit (the dove, a symbol of peace and spiritual rebirth). According to the Catechism of the Catholic Church (536), at his baptism, “The Spirit whom Jesus possessed in fullness from his conception comes to ‘rest on him’. Jesus will be the source of the Spirit for all mankind. At his baptism ‘the heavens were opened’ – the heavens that Adam’s sin had closed – and the waters were sanctified by the descent of Jesus and the Spirit, a prelude to the new creation.” 

Christ’s sacrifice allows us as Christians to share with Him his infinite love for us. Through Baptism, we too can become a new creation, through the power of God in the Father, Son, and Holy Spirit.

Holy trinity one God, pray for us.

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Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu y renueve la faz de la Tierra. Oh Dios, que llenaste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; concédenos que, guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor.

“Al salir Jesús del agua, una vez bautizado, se le abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios, que descendía sobre él en forma de paloma y oyó una voz que decía desde el cielo: ‘Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias’”.

El bautismo de Cristo marca el comienzo del ministerio público de Jesús para llevar a otros a Dios como Salvador del mundo. Si bien Jesús mismo nunca pecó, recibe el bautismo para mostrar su completa sumisión al Padre. Esta limpieza funciona como un símbolo de Su identificación con los pecadores, señalando la muerte y el renacimiento. Para entrar en el reino de Dios hay que nacer de nuevo; el Espíritu renace a una vida nueva. Cristo vence la muerte uniéndose primero al bautismo como un hombre completo y al mismo tiempo un Dios completo.

El bautismo de Jesús refleja en él las tres partes de la Trinidad juntas: Dios Padre (la voz que habla desde el cielo), Jesús Hijo (la persona que sale del agua) y el Espíritu Santo (la paloma, símbolo de paz y renacimiento espiritual). Según el Catecismo de la Iglesia Católica (536), en su bautismo, “El Espíritu que Jesús posee en plenitud desde su concepción viene a “posarse” sobre él (Jn 1, 32-33; cf. Is 11, 2). De él manará este Espíritu para toda la humanidad. En su bautismo, ‘se abrieron los cielos’ (Mt 3, 16) que el pecado de Adán había cerrado; y las aguas fueron santificadas por el descenso de Jesús y del Espíritu como preludio de la nueva creación.” 

El sacrificio de Cristo nos permite como cristianos compartir con Él su amor infinito por nosotros. Por el bautismo, también nosotros podemos convertirnos en una nueva creación, por el poder de Dios en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Santísima Trinidad, un solo Dios, ruega por nosotros.

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Dr. Alexis Dallara-Marsh is a board-certified neurologist who practices in Bergen County, NJ. She is a wife to her best friend, Akeem, and a mother of two little ones on Earth and two others in heaven above.

Feature Image Credit: Carlos Francisco, cathopic.com/photo/15437-espiritu-santo

Stewards of God’s Gifts / Administradores de los Dones de Dios

Happy Feast of the Epiphany! Have you ever wondered what happened to the gifts that were given to Jesus when he was a baby? Did Mary and Joseph save them until he was older? Were they used to help the family? Did they become offerings at the temple? It’s interesting to speculate about. More important than what happened to the physical gifts, is discussing why they are even mentioned in the first place. Immediately at Jesus’ birth we have a foreshadowing that he will be king, that he will be given gifts from on high, and that he will distribute these gifts. 

Of course, we know now, that the gift Jesus is giving all of us is not Gold, Frankincense, or Myrrh, but rather the gift of eternal life. So we have this very clear event of gifts being given that foreshadow the gifts the King of Kings and Lord of Lords will give to us all. Then we look at the Second Reading for today and it makes much more sense. Paul is talking about stewardship. He mentions that he is a steward of God’s grace for the benefit of all. That is the role of the Church today. 

God himself chose to become one of us in order to give us the free gift of grace that we lost in the beginning. He wants to bring us back, in a sense, to our origins by what he does on the cross, but he also wants to remind us who we are by being the perfect example of what it means to be human. Through the incarnation God became one of us to show us who we really are meant to be, and we can’t get there without his grace. 

Each and every one of us has been given gifts from God. These gifts are often transmitted to us by the Church through the sacraments. In the same way that Paul was a steward of God’s gifts, so is the Church. Christ founded a Church so that we could be assured of his grace still working in our hearts and lives. It is our duty to be good stewards of all the gifts we have been given from God and not squander them. 

During the Feast of the Epiphany let’s take a moment to thank God for becoming one of us and showering us with his free gift of grace, and then ask for the strength necessary to use his gifts to serve others and to bring as many people as possible into the shower of his love. 

From all of us here at Diocesan, God bless!

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¡Feliz Fiesta de la Epifanía! ¿Alguna vez te has preguntado qué pasó con los regalos que le dieron a Jesús cuando era bebé? ¿María y José los guardaron hasta que creciera un poco más? ¿Se utilizaron para ayudar a la familia? ¿Se convirtieron en ofrendas en el templo? Es interesante especular al respecto. Más importante que lo que sucedió con los dones físicos, es por qué se mencionaron desde un principio. Inmediatamente después del nacimiento de Jesús tenemos un presagio de que él será rey, que recibirá dones de lo alto y que distribuirá estos dones.

Por supuesto, ahora sabemos que el regalo que Jesús nos está dando a todos nosotros no es oro, incienso o mirra, sino el regalo de la vida eterna. Así que tenemos este evento muy claro de regalos dados que presagian los regalos que el Rey de Reyes y Señor de Señores nos dará a todos. Luego miramos la Segunda Lectura de hoy y tiene mucho más sentido. Pablo está hablando de la administración de bienes. Menciona que es un administrador de la gracia de Dios para el beneficio de todos. Ese es el papel de la Iglesia hoy.

Dios mismo eligió hacerse uno de nosotros para darnos el don gratuito de la gracia que perdimos al principio. Él quiere devolvernos, en cierto sentido, a nuestros orígenes por lo que hizo en la cruz, pero también quiere recordarnos quiénes somos siendo el ejemplo perfecto de lo que significa ser humano. A través de la encarnación, Dios se hizo uno de nosotros para mostrarnos quiénes realmente debemos ser, y no podemos llegar allí sin su gracia.

Todos y cada uno de nosotros hemos recibido dones de Dios. Estos dones a menudo nos son transmitidos por la Iglesia a través de los sacramentos. De la misma manera que Pablo era un administrador de los dones de Dios, también lo es la Iglesia. Cristo fundó una Iglesia para que pudiéramos estar seguros de que su gracia aún obra en nuestros corazones y vidas. Es nuestro deber ser buenos administradores de todos los dones que Dios nos ha dado y no desperdiciarlos.

Durante la Fiesta de la Epifanía, tomemos un momento para agradecer a Dios por hacerse uno de nosotros y colmarnos con su don gratuito de la gracia, y luego pedir la fuerza necesaria para utilizar sus dones para servir a los demás y atraer a tantas personas como sea posible a la lluvia de su amor.

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Tommy Shultz is a Business Development Representative for Diocesan. In this role he is committed to bringing the best software to dioceses and parishes while helping them evangelize on the digital continent. Tommy has worked in various diocese and parish roles since his graduation from Franciscan University with a Theology degree. He hopes to use his skills in evangelization, marketing, and communications, to serve the Church and bring the Good News to all. His favorite quote comes from St. John Paul II, who said, “A person is an entity of a sort to which the only proper and adequate way to relate is love.”

Feature Image Credit: Nina Mercado, unsplash.com/photos/_qN6tmGjmtg

Wine in Abundance / Vino en Abundancia

The Gospel for today is one of my all time favorites, though it can be easy to misinterpret this verse as Jesus starting a rave party and getting everyone drunk. Some history of the Old Testament is key to understanding this Gospel in the proper context. 

Firstly, wine was seen as a sign of God’s love in the Scriptures. There are numerous stories describing God’s love for his people by talking about wine or new wineskins. It was not only used as a social lubricant but was actually seen as a blessing to those who were getting married. The better the wine, the bigger the blessing. All this being said, wine certainly didn’t hurt because wedding ceremonies in ancient times tended to last several days. That’s a lot of dancing. 

Secondly, the number 7 is significant to the Old Testament. God chooses certain numbers that show up time and again in Scripture and typically have a meaning associated with them. We of course have the number 40 where we could think of the days in the wilderness, we could think of the 12 tribes of Israel, and we could think of the 3 people of the Trinity. But 7 had its own significance. It is often seen as the best number which signifies completion or perfection. 

Put this all together and what do you get? Well, it is interesting that there were 6 jars of water that were turned to wine. Why the number 6? I think it’s because Jesus stepped in as the 7th to offer his unending and perfect love to all people for all times. Even the perfect wine at this wedding would run out. But God’s love will never dry up. It’s significant as well that this miracle takes place at a wedding. 

All throughout Scripture we see the comparison of God’s love for his people as being like that of a husband to his bride. This imagery enlightens the Gospel even more and shows us not only that God cares about and blesses marriage, but that he wants to be in a relationship with us. He wants a perfect relationship with his people that will never end. 

This is why all through the Old Testament he is making covenants with his people. And notice that he never breaks a covenant, but human beings do every time. Here, Jesus is offering us his unending love through his covenant of his death and resurrection. The question is, how will we respond? Will we be like those who are not ready for the wedding feast? Or will we be among those who want to join the party? 

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El Evangelio de hoy es uno de mis favoritos, aunque puede ser fácil malinterpretar este versículo como si Jesús comenzara una gran fiesta y emborrachara a todos. Un poco de historia sobre el Antiguo Testamento es clave para entender este Evangelio en el contexto apropiado.

En primer lugar, el vino fue visto como un signo del amor de Dios en las Escrituras. Existen numerosas historias que describen el amor de Dios por su pueblo al hablar del vino o de odres nuevos. No solo se usaba como un ayuda social, sino que en realidad se consideraba una bendición para quienes se iban a casar. Cuanto mejor sea el vino, mayor será la bendición. Habiendo dicho todo esto, el vino ciertamente no hacía daño porque las ceremonias de boda en la antigüedad tendían a durar varios días. ¡Eso significa bastante baile!

En segundo lugar, el número 7 es significativo para el Antiguo Testamento. Dios escoge ciertos números que aparecen una y otra vez en las Escrituras y típicamente tienen un significado asociado con ellos. Por supuesto, tenemos el número 40 donde podemos pensar en los días en el desierto, podemos pensar en las 12 tribus de Israel y podemos pensar en las 3 personas de la Trinidad. Pero el 7 tenía su propio significado. A menudo se ve como el mejor número que significa finalización o perfección.

Junta todo esto y ¿qué obtienes? Bueno, es interesante que habían 6 tinajas de agua que se convirtieron en vino. ¿Por qué el número 6? Creo que es porque Jesús intervino como el séptimo para ofrecer su amor infinito y perfecto a todas las personas en todos los tiempos. Incluso el vino perfecto en esta boda se acabaría. Pero el amor de Dios nunca se secará. También es significativo que este milagro tenga lugar en una boda.

A lo largo de las Escrituras vemos la comparación del amor de Dios por su pueblo como el de un esposo por su novia. Esta imagen ilumina aún más el Evangelio y nos muestra no solo que Dios se preocupa por el matrimonio y lo bendice, sino que quiere tener una relación con nosotros. Él quiere una relación perfecta con su pueblo que nunca terminará.

Es por eso que a lo largo del Antiguo Testamento hace alianzas con su pueblo y si se dan cuenta, nunca rompe ni una alianza, pero los seres humanos sí lo hacen con frecuencia. Jesús nos ofrece su amor infinito a través de la alianza de su muerte y resurrección. La pregunta es, ¿cómo responderemos? ¿Seremos como aquellos que no están listos para el banquete de bodas? ¿O estaremos entre los que quieren unirse a la fiesta?

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Tommy Shultz is a Business Development Representative for Diocesan. In this role he is committed to bringing the best software to dioceses and parishes while helping them evangelize on the digital continent. Tommy has worked in various diocese and parish roles since his graduation from Franciscan University with a Theology degree. He hopes to use his skills in evangelization, marketing, and communications, to serve the Church and bring the Good News to all. His favorite quote comes from St. John Paul II, who said, “A person is an entity of a sort to which the only proper and adequate way to relate is love.”

Feature Image Credit: Terry Vlisidis, unsplash.com/photos/0dhIwRsPV74

The Son of Adam, the Son of God / El Hijo de Adán, el Hijo de Dios

There are multiple Gospel options for today. The first is that of John the Baptist proclaiming the coming of Jesus, of someone “mightier than I.” The second is the lineage of Jesus, which is one that I personally love. Well, now I love it. 

As a child, sitting in Mass, I definitely didn’t want a list of names read in a droning voice because as a child, I didn’t get it. I wasn’t yet old enough to understand the amazing gravity of what was being read to me. I was hearing a list of just how human Jesus was. Yes, He is divine in a way that we, as humans, can’t even comprehend, but He is also 100% human. He was born from a woman, into a family, and grew up as a human, among humans. He was the son of a carpenter and lived as a common man. All so we could be saved. 

My friend recently reframed it in a totally new light. Imagine having a child that you are so close with and love so much. Now imagine telling them, “Alright, my darling, I’m going to turn you into an ant. So you’ll be birthed… as an ant. To an ant. In an ant colony. Also, you’ll be a worker ant and you’re not invincible, so just know that you, too, will die.”  

Jesus had these amazing gifts of His Father, of unlimited love and strength and power, and yet he became human! He became human. 

So when it says, “The son of Adam, the son of God” it reminds me that you and I truly are the children of God, just as Jesus was. Not in the exact same way, of course, but as a powerful reminder that Jesus was just as human as we are. He had strong emotions, he had high stress, he had friends and people who hated him. In his daily life, he struggled just as we do. 

The difference is that in all he did, he turned to his Father. Throughout the Bible, we hear so often that when Jesus is stressed out, when he is overwhelmed by the crowds, and even when everything seems to be going great… He pulls away from people, from his friends, from the crowds… and retreats into the solitude and silence of prayer with his Father. 

So, today, think of your favorite quiet place to be alone and try to find some time to do the same. Take some time to leave the busyness, the chaos, the overwhelming loudness of the world and spend time in the quiet with the Lord. Just sit with the Lord in all your humanity and rely on Him for all your needs, as human as they are.

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Hay múltiples opciones del Evangelio para hoy. La primera es la de Juan Bautista anunciando la venida de Jesús, de alguien “más poderoso que yo”. El segundo es el linaje de Jesús, que a mí me encanta. Bueno, me encanta ahora.

Cuando era niña, sentada en Misa, definitivamente no quería que se leyera una lista de nombres con voz monótona porque cuando era niña, no lo entendía. Todavía no tenía la edad suficiente para comprender la asombrosa gravedad de lo que me estaban leyendo. Estaba escuchando una lista de cuán humano era Jesús. Sí, Él es divino de una manera que nosotros, como humanos, ni siquiera podemos comprender, pero también es 100% humano. Nació de una mujer, en una familia, y creció como humano, entre humanos. Era hijo de un carpintero y vivía como un hombre común. Todo para que pudiéramos ser salvos.

Mi amigo lo reformuló recientemente de una forma totalmente nueva. Imagina tener un hijo con el que eres tan cercano y amas tanto. Ahora imagina decirles: “Está bien, cariño, te voy a convertir en una hormiga. Entonces nacerás como hormiga de una hormiga, en una colonia de hormigas. Además, serás una hormiga obrera y no eres invencible, así que debes saber que tú también morirás”.

Jesús tenía estos maravillosos dones de Su Padre, de amor, fuerza y ​​poder ilimitados, ¡y sin embargo se hizo humano! Se hizo humano.

Entonces, cuando dice: “El hijo de Adán, el hijo de Dios”, me recuerda que tú y yo verdaderamente somos hijos de Dios, tal como lo fue Jesús. No exactamente de la misma manera, por supuesto, sino como un poderoso recordatorio de que Jesús era tan humano como nosotros. Tenía emociones fuertes, tenía mucho estrés, tenía amigos y gente que lo odiaba. En su vida diaria, luchó al igual que nosotros.

La diferencia es que en todo lo que hizo, se volvió hacia su Padre. A lo largo de la Biblia, escuchamos tan a menudo que cuando Jesús está estresado, cuando está abrumado por la multitud, e incluso cuando todo parece ir bien, se aleja de la gente, de sus amigos, de la multitud y se retira a solas en silencio para orar con su Padre.

Entonces, hoy, piensa en tu lugar tranquilo favorito donde te gusta estar solo y trata de encontrar un poco de tiempo para hacer lo mismo. Tómate un tiempo para dejar el ajetreo, el caos, el ruido abrumador del mundo y pasar tiempo en silencio con el Señor. Simplemente siéntate con el Señor en toda su humanidad y confía en Él para todas tus necesidades humanas.

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Veronica Alvarado is a born and raised Texan currently living in Pennsylvania. Since graduating from Texas A&M University, Veronica has published various Catholic articles in bulletins, newspapers, e-newsletters, and blogs. She continued sharing her faith after graduation as a web content strategist and digital project manager. Today, she continues this mission in her current role as communications director and project manager for Pentecost Today USA, a Catholic Charismatic Renewal organization in Pittsburgh. 


Seen, Known, Loved / Visto, Conocido, y Amado

I just wrote about this Gospel passage a few months ago, and I focused on Jesus’ words, “Come and see,” as an invitation to pursue the Christian life. While I would repeat those words and the same message here (because I wholeheartedly believe in and stand by its importance, that we are all invited to come and see), there is a phrase uttered by one of the disciples that I want to focus on today. 

Verse 48 says, “Nathanael said to him, ‘How do you know me?’“ This is a question we can pose to the Lord ourselves: How do you know (insert your name here)? 

Practically speaking, the Lord knows us because He created us. Just as He knows how many stars are in the sky, He knows how many hairs are on our head. He knows what makes us happy, what our favorite hobby is and what our future holds. He knows every thought that runs through our head and the deepest desires of our heart. There is nothing that a Creator knows better than His creation – and this is the case for every single one of us. 

What would the answer be if the tables were turned and Jesus posed it to us? How do we know the Lord? 

The answer is as different as every person on the face of the earth. No two of us are alike, so we will know the Lord in ways that are as different as we are. He is the same Lord, though. He has the same love, gives us the same graces and bestows upon us the same mercy. It is deep and unending, just like He is. 

How we know the Lord depends on how we live out our relationship with Him. Here are a few questions to help us reflect: do we spend time with the Lord in prayer every day? If so, what does that prayer look like? Do you give Him time to speak or do you dominate the conversation? Do you know his voice? Do you give him the first place on Sundays by going to Mass? Do you spend time in adoration or simply just sitting before the tabernacle? Do you seek out his mercy in the confessional? 

How do we know you, Lord? 

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Acabo de escribir sobre este pasaje del Evangelio hace unos meses, y me concentré en las palabras de Jesús, “Ven y verás”, como una invitación a seguir la vida cristiana. Si bien repetiría esas palabras y el mismo mensaje aquí (porque de todo corazón creo y mantengo su importancia, que todos estamos invitados a venir y ver), hay una frase pronunciada por uno de los discípulos en la que quiero centrarme hoy.

El versículo 48 dice: “Natanael le dijo: ‘¿Cómo me conoces?'”. Es una pregunta que podemos hacerle al Señor nosotros mismos: ¿Cómo conoces (inserta tu nombre aquí)?

En términos prácticos, el Señor nos conoce porque Él nos creó. Así como Él sabe cuántas estrellas hay en el cielo, también sabe cuántos cabellos hay en nuestra cabeza. Sabe qué nos hace felices, cuál es nuestro pasatiempo favorito y qué viene en nuestro futuro. Él conoce cada pensamiento que pasa por nuestra cabeza y los deseos más profundos de nuestro corazón. No hay nada que un Creador conozca mejor que Su creación, y este es el caso de cada uno de nosotros.

¿Cuál sería nuestra respuesta si Jesús nos hiciera esta pregunta? ¿Cómo conocemos al Señor?

La respuesta es tan diferente como cada persona sobre la faz de la tierra. No hay dos de nosotros iguales, así que conoceremos al Señor de formas tan diferentes como nosotros. Él es el mismo Señor, sin embargo. Él tiene el mismo amor, nos da las mismas gracias y nos concede la misma misericordia. Es profundo e interminable, tal como lo es Él.

Cómo conocemos al Señor depende de cómo vivimos nuestra relación con Él. Aquí hay algunas preguntas para ayudarnos a reflexionar: ¿pasamos tiempo con el Señor en oración todos los días? Si es así, ¿cómo es esa oración? ¿Le das tiempo para hablar o dominas la conversación? ¿Conoces su voz? ¿Le das el primer lugar los domingos yendo a Misa? ¿Pasas tiempo en adoración o simplemente te sientas frente al tabernáculo? ¿Buscas su misericordia en el confesionario?

¿Cómo te conocemos, Señor?

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Erin is a Cleveland native and graduate of Franciscan University of Steubenville. She is passionate about the Lord Jesus, all things college sports and telling stories and she is blessed enough to get paid for all three of her passions as a full-time youth minister and a freelance sports writer.

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Come and See / Ven y Verás

In his Gospel, John shares that there are many details about Jesus’ life and ministry that he could share but did not incorporate. Because of this, we can infer that John was careful with his words – deliberate. These details matter because, especially when read in the context of the whole Gospel, they illuminate who Jesus Christ is.  

In today’s Gospel one phrase particularly stands out to me: “Come and see.” Jesus is inviting the disciples into a relationship with himself and to his dwelling. This is not a mere invitation to observe or take a house tour, it’s an invitation into his very self. 

Through Jesus’ life, death, and resurrection, we too are invited to come and see. Because John was a writer attune to details, it’s not a coincidence that John shares about coming to see where Jesus dwells (or will dwell) in another point in this Gospel, and it helps us today to understand that Jesus’ invitation to “come and see” is an invitation to an enduring relationship. 

In the Last Supper discourse in John 14, Jesus again shares about his dwelling, but this time, he provides more detail, revealing that his dwelling is not merely a place on earth, but a place with God the Father: “In my Father’s house there are many dwelling places. If there were not, would I have told you that I am going to prepare a place for you? And if I go and prepare a place for you, I will come back again and take you to myself, so that where I am you also may be” (Jn 14:2-4).   

If we consider today’s Gospel passage in light of John 14, it is clear that Jesus’ invitation “come and see” is an invitation to begin a relationship that will ultimately lead to dwelling with God in heaven. New Year brings new opportunity, motivation, and intentions. I hope that you will seize Jesus’ words to “come and see” and dwell more closely with him this year. 

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En su Evangelio, Juan comparte que hay muchos detalles sobre la vida y el ministerio de Jesús que podría compartir pero que no incorporó. Por esto, podemos inferir que John fue cuidadoso con sus palabras, deliberadamente. Estos detalles son importantes porque, especialmente cuando se leen en el contexto de todo el Evangelio, iluminan quién es Jesucristo.

En el Evangelio de hoy me llama especialmente la atención una frase: “Ven y verás”. Jesús está invitando a los discípulos a una relación consigo mismo y con su morada. Esta no es una mera invitación para observar o hacer un recorrido por la casa, es una invitación a sí mismo.

A través de la vida, muerte y resurrección de Jesús, nosotros también estamos invitados a venir y ver. Debido a que Juan era un escritor atento a los detalles, no es una coincidencia que Juan comparta acerca de venir a ver dónde habita (o habitará) Jesús en otro punto de este Evangelio, y nos ayuda hoy a comprender que la invitación de Jesús de “ven y verás” es una invitación a una relación duradera.

En el discurso de la Última Cena en Juan 14, Jesús nuevamente comparte sobre su morada, pero esta vez proporciona más detalles, revelando que su morada no es simplemente un lugar en la tierra, sino un lugar con Dios Padre: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas. Si no lo hubiera, ¿les habría dicho que les voy a preparar un lugar? Y si me fuere y les preparare lugar, volveré y los tomaré conmigo, para que donde yo estoy, ustedes también estén” (Jn 14, 2-4).

Si consideramos el pasaje del Evangelio de hoy a la luz de Juan 14, es claro que la invitación de Jesús “ven y verás” es una invitación a comenzar una relación que finalmente conducirá a morar con Dios en el cielo. El Año Nuevo trae nuevas oportunidades, motivación e intenciones. Espero que captes las palabras de Jesús de “ven y verás” y vivas más cerca de él este año.

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Elizabeth Tomlin is the author of Joyful Momentum: Building and Sustaining Vibrant Women’s Groups and contributing author to the Ave Prayer Book for Catholic Mothers. She is General Counsel for the Archdiocese for the Military Services, USA. Elizabeth is an Army wife and mother of three and currently lives in the DC area. She blogs at JoyfulMomentum.org or @elizabethannetomlin on social media.

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Am I a Student or a Disciple? / ¿Soy Estudiante o Discípulo?

What does it mean to be devoted to the Most Holy Name of Jesus? Or one could ask, what does it mean to be a disciple? 

There is an important distinction to be made between a disciple and a student. A student studies with his Master to learn all that the Master knows. His desire to gain knowledge is his driving force. A disciple, goes beyond learning from his Master, and desires to imitate his Master’s life and way of living. A student sits at his Master’s feet until he is ready to take his knowledge and walk on his own. A disciple quite literally walks in his Master’s footsteps. 

God the Son, who is equal to God the Father and God the Holy Spirit, chose not to grasp that equality, but to humble himself to become one of us. He chose obedience so that we could have the gift of life with him. 

Think about that for a second, God, Creator and Lord, chose to have all the trials and tribulations of human life and not only that, he took human form knowing that it would require absolute obedience, obedience even unto death. 

Let’s face it, we have a hard time maintaining obedience with just the speed limit. We have a lot to learn.

Today is the Memorial of the Most Holy Name of Jesus. Living out the Most Holy Name of Jesus isn’t about a far off heaven. It isn’t about following a prescribed list of rules. It is a description for living in the Kingdom of God in the here and now. It is how we are to walk in our Master’s footsteps. It isn’t going to be easy and St. Paul gives a pretty straightforward picture of how we are to live. We will find our joy when we are of one mind and heart. 

This doesn’t mean that we are robotrons all programmed to think the same exact thing. It means that we have the humility to put others first. Jesus died and rose for all people. No one has a monopoly on his precious name. Everything that exists, was created and exists through God. When we walk in humility that gives us the freedom to be obedient, in all the little things and the big things. When we walk in humility, we walk in Jesus’s footsteps. Then we are truly disciples.

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¿Qué significa ser devoto del Santísimo Nombre de Jesús? O uno podría preguntar, ¿qué significa ser discípulo?

Hay que hacer una distinción importante entre un discípulo y un estudiante. Un estudiante estudia con su Maestro para aprender todo lo que el Maestro sabe. Su deseo de adquirir conocimiento es su fuerza motriz. Un discípulo va más allá de aprender de su maestro y desea imitar la vida y la forma de vivir de su maestro. Un estudiante se sienta a los pies de su Maestro hasta que esté listo para tomar su conocimiento y caminar por sí mismo. Un discípulo literalmente sigue los pasos de su Maestro.

Dios Hijo, que es igual a Dios Padre y a Dios Espíritu Santo, eligió no aferrarse a esa igualdad, sino humillarse para hacerse uno de nosotros. Escogió la obediencia para que pudiéramos tener el don de la vida con él.

Piensa en eso por un segundo, Dios, Creador y Señor, escogió tener todas las pruebas y tribulaciones de la vida humana y no solo eso, tomó forma humana sabiendo que requería obediencia absoluta, obediencia hasta la muerte.

Seamos realistas, tenemos dificultades para mantener la obediencia con solo seguir el límite de velocidad. Tenemos mucho que aprender.

Hoy es el Memorial del Santísimo Nombre de Jesús. Vivir el Santísimo Nombre de Jesús no se trata de un cielo lejano. No se trata de seguir una lista prescrita de reglas. Es una descripción para vivir en el Reino de Dios aquí y ahora. Así es como debemos caminar en los pasos de nuestro Maestro. No va a ser fácil y San Pablo da una imagen bastante sencilla de cómo debemos vivir. Encontraremos nuestro gozo cuando seamos uno en mente y corazón.

Esto no significa que todos somos robots programados para pensar exactamente lo mismo. Significa que tenemos la humildad de poner a los demás primero. Jesús murió y resucitó por todas las personas. Nadie tiene el monopolio de su precioso nombre. Todo lo que existe, fue creado y existe a través de Dios. Cuando caminamos en humildad eso nos da la libertad de ser obedientes, en todas las cosas pequeñas y en las cosas grandes. Cuando caminamos en humildad, caminamos en los pasos de Jesús. Entonces somos verdaderamente discípulos.

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Sheryl is happy to be the number 1 cheerleader and supporter for her husband, Tom who is a candidate for the Permanent Diaconate in the Diocese of Kalamazoo. They are so grateful for the opportunity to grow together in this process. Sheryl’s day job is serving her community as the principal for St. Therese Catholic School in Wayland, Michigan. Since every time she thinks she gets life all figured out, she realizes just how far she has to go, St. Rita of Cascia is her go-to Saint for intercession and help. Home includes Carlyn, a very, very goofy Golden Retriever and Lucy, our not-so-little rescue puppy. 

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