Heavenly Food / Comida Celestial

In today’s first reading Paul calls everyone spiritual babies without actually calling them spiritual babies. He makes the analogy that he has been feeding everyone with milk because they cannot yet handle solid food. I’ve been there. I’m sure you have as well. It’s interesting that so many analogies of the faith in Scripture compare us to children. 

At first, this can seem insulting, but why do we feel that way? We all remember times where our parents came to our aid or helped us through difficult circumstances. No matter how independent or successful we might be, we all need a parental presence in our lives to help guide us and keep us on the right track. Whether that is a friend, mentor, or parent, there are times in our lives when we just need the loving embrace of someone who can help us. 

I think this is what Paul is getting at in the first reading. Notice that he doesn’t say we cannot handle anything. He feeds us milk instead of solid food. But milk is something. Milk is nourishing. At least we are being fed. My wife and I had our second baby boy back in March of this year and I continually look at my son and realize his complete dependance on us. He needs his parents for everything. There are times when I get frustrated and sleep deprived and wonder why he can’t just do some things on his own. But there are other times it brings me complete joy to just serve and love him. 

God is similar in some ways and very different in others. He is similar in that it brings him joy to love us. He is different in that he never has those moments of weakness where he just wants us to do it on our own. He is the perfect parent and knows exactly where we’re at and what we need at this stage in our lives. Just like Paul knew the amount of wisdom to give the Corinthians about the faith, God knows our hearts. Like a loving father he is walking with us and feeding us in a way that we can actually consume. 

I don’t think I have to point out the obvious that he not only feeds us with wisdom, but he feeds us with himself. Even the beauty of the Eucharist is veiled so that it is more digestible for us. God meets us where we’re at and with what we can handle to draw us ever closer into his love. But like any loving parent who longs for the embrace of their children, we need to put in our part. We need to show up. We need to ask for God’s grace so that we can become and continue to be the loving children that he has created. By trusting in Him, we make the next step towards being able to consume solid food. 

From all of us here at Diocesan, God bless!

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En la primera lectura de hoy, Pablo llama a todos bebés espirituales sin llamarlos realmente bebés espirituales. Hace la analogía de que ha estado alimentando a todos con leche porque todavía no pueden soportar alimentos sólidos. Yo he tenido momentos así. Estoy seguro de que tú también. Es interesante que tantas analogías de la fe en las Escrituras nos comparen con los niños.

Al principio esto puede parecer insultante, pero ¿por qué nos sentimos así? Todos recordamos momentos en los que acudimos a nuestros padres buscando su ayuda o nos ayudaron en circunstancias difíciles. No importa cuán independientes o exitosos podamos ser, todos necesitamos la presencia de los padres en nuestras vidas para ayudarnos a guiarnos y mantenernos en el camino correcto. Ya sea un amigo, un mentor o un padre, hay momentos en nuestras vidas en los que simplemente necesitamos el abrazo amoroso de alguien que pueda ayudarnos.

Creo que Pablo se refiere a esto en la primera lectura. Nota que no dice que no podamos digerir nada. Nos alimenta con leche en lugar de alimentos sólidos. Pero la leche es algo. La leche es nutritiva. Al menos nos estamos alimentando. Mi esposa y yo tuvimos nuestro segundo bebé en marzo de este año y continuamente miro a mi hijo y me doy cuenta de que es completamente dependiente de nosotros. Necesita a sus padres para todo. Hay momentos en los que me siento frustrado y me hace falta dormir más y me pregunto por qué él no puede hacer algunas cosas por sí mismo. Pero hay otras ocasiones en las que me produce completa alegría simplemente servirlo y amarlo.

Dios es semejante en algunos aspectos y muy diferente en otros. Es semejante en que le produce alegría amarnos. Es diferente porque nunca tiene esos momentos de debilidad en los que simplemente quiere que lo hagamos por nuestra cuenta. Es el padre perfecto y sabe exactamente dónde estamos y qué necesitamos en esta etapa de nuestras vidas. Así como Pablo sabía cuánta sabiduría debía darles a los corintios acerca de la fe, Dios conoce nuestros corazones. Como un padre amoroso, camina con nosotros y nos alimenta de una manera que realmente podemos consumir.

No creo que tenga que señalar lo obvio de que él no sólo nos alimenta con sabiduría, sino que nos alimenta consigo mismo. Incluso la belleza de la Eucaristía está velada para que sea más digerible para nosotros. Dios nos encuentra donde estamos y con lo que podemos manejar para acercarnos cada vez más a su amor. Pero como cualquier padre amoroso que anhela el abrazo de sus hijos, debemos poner de nuestra parte. Tenemos que presentarnos. Tenemos que pedir la gracia de Dios para que podamos convertirnos en y seguir siendo los hijos amorosos que él ha creado. Al confiar en Él, damos el siguiente paso para poder consumir alimentos sólidos.

De parte de todos nosotros aquí en Diocesano, ¡Dios los bendiga!

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Tommy Shultz is a Business Development Representative for Diocesan. In this role he is committed to bringing the best software to dioceses and parishes while helping them evangelize on the digital continent. Tommy has worked in various diocese and parish roles since his graduation from Franciscan University with a Theology degree. He hopes to use his skills in evangelization, marketing, and communications, to serve the Church and bring the Good News to all. His favorite quote comes from St. John Paul II, who said, “A person is an entity of a sort to which the only proper and adequate way to relate is love.”

Feature Image Credit: Kim Gorga, unsplash.com/photos/clear-drinking-glass-with-white-liquid-p3ViLmVgVJ4

Chewing On Scripture / Masticando las Escrituras

This year I have been volunteering in my parish’s catechesis program. We are so blessed to have two atriums, or classrooms, that are dedicated to using the Catechesis of the Good Shepherd (CGS) model. The CGS model is rooted in a Montessori style approach to education and encourages hands-on opportunities to explore the truths of our faith. I am volunteering with the youngest children, ages 3-6. One of the key questions asked at this level is, “I wonder what….?” After reading this Gospel, I found myself asking this very question.

I wonder what Jesus was teaching that day which left everyone so astonished?

I wonder what Jesus’ voice sounded like?

I wonder what it would have been like to hear the voice of the man possessed by a demon? 

I wonder what the man looked like?

I wonder how the man changed after the demon left him?

I wonder how people expressed their amazement when describing what happened?

I wonder. This question doesn’t necessarily have a “right” or “correct” answer. When we ask the children in our atrium, “I wonder what Mary felt like when the angel told her about Jesus,” we get all sorts of answers. Some are more focused than others, but no answer is deemed unacceptable. The invitation to wonder is open to everyone and we collectively participate in the process.

By posing “I wonder” questions, we invite the children and ourselves to sit and ponder what was just heard. Perhaps you recall from science class that cows will chew their cud, continuing to chew up their feed to extract every ounce of nutrients from it. Even something that was already chewed once will return to the cow’s mouth to continue to be broken down and further digested. “I wonder” questions provide us the opportunity to “chew on Scripture” if you will. There is always something more we can hear, because God’s Word is alive and active each time we encounter it. I wonder what God will draw your attention to today.

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Este año he sido voluntaria en el programa de catequesis de mi parroquia. Tenemos la gran suerte de tener dos atrios o aulas dedicadas a utilizar el modelo de Catequesis del Buen Pastor (CGS en inglés). El modelo CGS tiene sus raíces en un enfoque educativo estilo Montessori y fomenta oportunidades prácticas para explorar las verdades de nuestra fe. Soy voluntaria con los niños más pequeños que tienen entre 3 y 6 años. Una de las preguntas claves que se hacen en este nivel es: “Me pregunto ¿qué…?” Después de leer este Evangelio, me encontré haciendo esta misma pregunta.

Me pregunto ¿qué estaba enseñando Jesús ese día que dejó a todos tan asombrados?

Me pregunto ¿cómo sonó la voz de Jesús?

Me pregunto ¿cómo habría sido escuchar la voz del hombre poseído por un demonio?

Me pregunto ¿cómo era ese hombre?

Me pregunto ¿cómo cambió el hombre después de que el demonio lo dejó?

Me pregunto ¿cómo la gente expresó su asombro al describir lo que había pasado?

Me pregunto. Esta pregunta no tiene necesariamente una respuesta “correcta” o “correcta”. Cuando preguntamos a los niños en nuestro atrio: “Me pregunto ¿cómo se sintió María cuando el ángel le habló de Jesús?” obtenemos todo tipo de respuestas. Algunos están más centrados que otros, pero ninguna respuesta se considera inaceptable. La invitación a preguntarse está abierta a todos y participamos colectivamente en el proceso.

Al plantear preguntas tipo “Me pregunto”, invitamos a los niños y a nosotros mismos a sentarnos y reflexionar sobre lo que acabamos de escuchar. Quizás te acuerdes de la clase de ciencias que las vacas rumian y continúan masticando su alimento para extraerle cada gramo de nutrientes. Incluso algo que ya fue masticado una vez regresará a la boca de la vaca para continuar descomponiendo y digiriendo. Las preguntas tipo “Me pregunto” nos brindan la oportunidad de “masticar las Escrituras”, por así decirlo. Siempre hay algo más que podemos escuchar, porque la Palabra de Dios está viva y activa cada vez que la encontramos. Me pregunto qué Dios hará llamarte la atención hoy día.

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Kate Taliaferro is an Air Force wife and mother. She is blessed to be able to homeschool, bake bread and fold endless piles of laundry. When not planning a school day, writing a blog post or cooking pasta, Kate can be found curled up with a book or working with some kind of fiber craft. Kate blogs at DailyGraces.net.

Feature Image Credit: Andrey Niqi,  pexels.com/photo/cows-grazing-on-field-against-sky-254178/

The Power and Wisdom of God / El Poder y la Sabiduría de Dios

“When I came to you, brothers and sisters, proclaiming the mystery of God, I did not come with sublimity of words or of wisdom. . . . my message and my proclamation were not with persuasive words of wisdom, but with a demonstration of spirit and power, so that your faith might rest . . . on the power of God” (1 Cor. 2:1–5).

St. Paul describes God’s power as something that is not like human power. God operates through a “demonstration of spirit and power,” not through “sublimity of words or of wisdom.” Elsewhere, Paul indicates that he is thought of as unimpressive and soft-spoken when he speaks in person, but his letters show forth God’s work more clearly. God’s power works almost despite Paul, transforming him from an enemy of Christ to a critical apostle.

Today’s Psalm describes God’s commands as giving more understanding, wisdom, and discernment than teachers, enemies, and elders. We would think that this would make Paul eloquent and impressive, speaking confidently and dumbfounding his listeners with the Gospel. But, as we know, Paul was not like this, and his success is due to the strange workings of God’s power and wisdom. When the Psalmist describes God’s commands, we have to understand the resulting understanding, wisdom, and discernment as supernatural, a different kind than what we might expect. It is still a higher wisdom, but it is not one identical to human wisdom.

Jesus tells His listeners that the wisdom of God will not be received by all. Although human wisdom is powerful enough to be understood by many, divine wisdom requires a different sort of receptivity: faith. If Jesus wanted to use human eloquence to make Himself known, He would have done so, and His listeners would have not taken as much offense at His claims. Instead, He relies on the power and wisdom of God. As a result, He is not understood by those without faith, and they take offense at His messianic claims. He is dishonored in His hometown of Nazareth and is nearly thrown off of a cliff.

These readings show God’s working as something higher than human working, and also something qualitatively different. As Paul shows us, it seems to work despite his failings. It is transformative, allowing us to act in ways that we could never do on our own, giving us outsized influence and effect. As the psalmist says, it rises above human power and wisdom. It may not always operate in human terms, but it will be infinitely higher than them. As Jesus points out, it is still a mystery to those who are not receptive to it. The infinite greatness of God is clearly better than human greatness, but it is only understood as such to those with faith.

With this understanding in mind, we can have a healthy reliance on God for His power and wisdom, recognizing that these things are supernatural gifts and are not things that we can acquire by our own merit.

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“Cuando llegué a la ciudad de ustedes para anunciarles el Evangelio, no busqué hacerlo mediante la elocuencia del lenguaje o la sabiduría humana… Cuando les hablé y les prediqué el Evangelio, no quise convencerlos con palabras de hombre sabio; al contrario, los convencí por medio del Espíritu y del poder de Dios, a fin de que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios” (1 Cor. 2:1-5).

San Pablo describe el poder de Dios como algo que no se parece al poder humano. Dios opera “por medio del Espíritu y del poder de Dios”, no con “palabras de hombre sabio”. En otro momento, Pablo indica que se le considera poco impresionante y de voz suave cuando habla en persona, pero sus cartas muestran la obra de Dios con mayor claridad. El poder de Dios obra casi a pesar de Pablo, transformándolo de un enemigo de Cristo a un apóstol indispensable.

El Salmo de hoy describe los mandamientos de Dios como que dan más comprensión, sabiduría y discernimiento que los maestros, los enemigos y los ancianos. Pensaríamos que esto haría a Pablo elocuente e impresionante, hablando con confianza y dejando estupefactos a sus oyentes con el Evangelio. Pero, como sabemos, Pablo no era así, y su éxito se debe a las extrañas obras del poder y la sabiduría de Dios. Cuando el salmista describe los mandamientos de Dios, tenemos que entender la comprensión, la sabiduría y el discernimiento resultantes como sobrenaturales, de un tipo diferente al que podríamos esperar. Sigue siendo una sabiduría superior, pero no es idéntica a la sabiduría humana.

Jesús dice a sus oyentes que no todos recibirán la sabiduría de Dios. Aunque la sabiduría humana es lo suficientemente poderosa como para ser comprendida por muchos, la sabiduría divina requiere un tipo diferente de receptividad: la fe. Si Jesús hubiera querido utilizar la elocuencia humana para darse a conocer, lo habría hecho y sus oyentes no se habrían ofendido tanto por sus afirmaciones. En cambio, Él confía en el poder y la sabiduría de Dios. Como resultado, quienes no tienen fe no lo entienden y se ofenden por sus afirmaciones mesiánicas. Es deshonrado en su ciudad natal de Nazaret y casi es arrojado por un precipicio.

Estas lecturas muestran la obra de Dios como algo superior a la obra humana, y también como algo cualitativamente diferente. Como nos muestra Pablo, parece funcionar a pesar de sus fallas. Es transformador, nos permite actuar de maneras que nunca podríamos hacer por nuestra cuenta, dándonos una influencia y un efecto descomunales. Como dice el salmista, se eleva por encima del poder y la sabiduría humanos. Puede que no siempre opere en términos humanos, pero será infinitamente superior a ellos. Como señala Jesús, sigue siendo un misterio para quienes no son receptivos a él. La infinita grandeza de Dios es claramente mejor que la grandeza humana, pero sólo es entendida como tal por quienes tienen fe.

Con este entendimiento en mente, podemos tener una confianza sana en Dios por Su poder y sabiduría, reconociendo que estas cosas son dones sobrenaturales y no cosas que podamos adquirir por el propio mérito.

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David Dashiell is a freelance author and editor in Nashville, Tennessee. He has a master’s degree in theology from Franciscan University, and is the editor of the anthology Ever Ancient, Ever New: Why Younger Generations Are Embracing Traditional Catholicism.

Feature Image Credit: Lorenzo Lamonica, unsplash.com/photos/mountain-photograph-PJAXlV_H8-4

Blessed Are the Pure of Heart / Bienaventurados los Puros de Corazón

The heart is “the depths of one’s being, where the person decides for or against God” (CCC 368). In today’s Gospel passage, Jesus defines purity of heart by telling us what it is not. A pure heart is not a heart from which come thoughts and actions, attitudes and desires for “unchastity, theft, murder, adultery, greed, malice, deceit, licentiousness, envy, blasphemy, arrogance, and folly.”

The human heart is wracked by the distortions of concupiscence making it difficult at times to decide for God. Every one of us can testify to the struggles we undergo to be “pure of heart” and how difficult it is to keep our hearts clean when we are standing knee-deep in available options for satisfying our lower instincts. Certainly, we could think of the person struggling with an addiction to pornography or lust, but there is also the uncleanness of anger, of greed, of deceit, of envy, of arrogance. Who among us can boast about never having wrestled with these?

Here are some points of spiritual advice when our hearts struggle to put on the mind and heart of Christ:

  • Refuse to let ideas, memories, and images into your mind that lead you to thoughts and behaviors that are angry, lustful, envious, deceitful, and so on. Fill your mind and heart with what is true, good and beautiful through a careful choice of the media you use, how much time you spend on social media, and what you read and decide to look at.
  • Look for patterns and discover the one or two main ways in which you struggle with temptation. Focus your prayer and watchfulness on these.
  • Become intimately aware of the movements of your heart so you can meet an evil thought with a short prayer, for example, Lord Jesus, I love you… Jesus, mercy… Jesus.
  • Increase your love for Jesus through prayer, spiritual reading, and above all the sacraments. 

When St. Catherine of Siena had been beset with temptations against purity and had struggled for several days without a sense of Jesus being there to help her, she complained to him, “Lord, where were you when my heart was so tormented?” Jesus responded, “I was in the center of your heart.”

In this Gospel passage Jesus rejects the legalistic reduction of the virtue of purity to exterior cleansing and focuses on our heart because it is within us that the Trinity abides. “Whoever loves me will keep my word, and my Father will love him, and we will come to him and make our dwelling with him” (Jn 14:23). 

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El corazón es “lo más profundo del ser”…donde la persona se decide o no por Dios” (CIC 368). En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús define la pureza de corazón diciéndonos lo que no es. Un corazón puro no es un corazón del que surgen pensamientos y acciones, actitudes y deseos de “las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad”.

El corazón humano está atormentado por las distorsiones de la concupiscencia, lo que hace que a veces sea difícil decidirse por Dios. Cada uno de nosotros puede dar testimonio de las luchas que afrontamos para ser “puros de corazón” y de lo difícil que es mantener nuestro corazón limpio cuando estamos sumergidos hasta las rodillas en las opciones disponibles para satisfacer nuestros instintos inferiores. Ciertamente, podríamos pensar en la persona que lucha contra la adicción a la pornografía o la lujuria, pero también está la impureza de la ira, de la avaricia, del engaño, de la envidia, de la arrogancia. ¿Alguno de nosotros podría presumir de no haber batallado nunca con ninguno de ellos?

Aquí hay algunos puntos de consejo espiritual cuando nuestros corazones luchan por revestirse de la mente y el corazón de Cristo:

  • No permitas que entren en tu mente ideas, recuerdos e imágenes que te lleven a pensamientos y comportamientos enojados, lujuriosos, envidiosos, engañosos, etc. Llena tu mente y tu corazón con lo que es verdadero, bueno y hermoso a través de una cuidadosa elección de los medios que utilizas, cuánto tiempo pasas en las redes sociales y qué lees y decides mirar.
  • Esté atento a tus tendencias y descubre una o dos formas principales en las que luchas contra la tentación. Enfoca tu oración y vigilancia en estas cosas.
  • Hazte íntimamente consciente de los movimientos de tu corazón para poder afrontar un mal pensamiento con una breve oración, por ejemplo, Señor Jesús, te amo… Jesús, ten misericordia… Jesús.
  • Aumenta tu amor por Jesús a través de la oración, la lectura espiritual y sobre todo los sacramentos.

Cuando Santa Catalina de Siena se vio acosada por tentaciones contra la pureza y luchó durante varios días sin sentir que Jesús estaba allí para ayudarla, se quejó con él: “Señor, ¿dónde estabas cuando mi corazón estaba tan atormentado?” Jesús respondió: “Yo estaba en el centro de tu corazón”.

En este pasaje del Evangelio Jesús rechaza la reducción legalista de la virtud de la pureza a la limpieza exterior y se centra en nuestro corazón porque es dentro de nosotros donde habita la Trinidad. “El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada con él” (Jn 14,23).

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Sr. Kathryn J. Hermes

Sr. Kathryn James Hermes, FSP, is an author and offers online evangelization as well as spiritual formation for people on their journey of spiritual transformation and inner healing. Website: www.touchingthesunrise.com My Books: https://touchingthesunrise.com/books/
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There’s No Time Like the Present / No Hay Mejor Momento que el Presente

It’s the last Saturday of August, the unofficial end of the summer season and Labor Day weekend. Where did the time go? I haven’t finished the projects or spent time with the people I hoped to catch up with like I had intended. But, whether I like it or not, summer has passed and I must continue doing what God asks of me in the here and now.

Today’s Scriptures focus on the concept of living in the present, and knowing the difference between wisdom and foolishness. These Bible passages have escaped my understanding for a long time. It is only through daily lived experiences that I have begun to grasp what is held in Paul’s teaching in First Corinthians about no human being boasting before God and Jesus’ parable of the servants and the talents.

My closest companions know that I work better with a firm deadline; for the most part. I say this tongue in cheek as I continue to mull on bits and pieces of the appointed task leading up to the date. Then, in a flurry and in a hurry, I accomplish it by the grace of God and the help of my guardian angel. Friends also tell me that would drive them nuts, continuing to put tasks aside. I’m a work in progress and not as bad as I used to be. God willing, I will continue to mature, one thing or project at a time, and with a whole lot less multi-tasking. 

The parable of talents in today’s Gospel isn’t necessarily one of my favorites. When I was younger, the master’s responses to his servants seemed quite harsh to me even though I learned Aesop’s fables and enjoyed ‘A Bug’s Life’. There are so many situations where a choice is made to kick the can down the road, and not to prepare for the next day, event, season or generation.

O gracious God, help me to take care of what needs to be done in the moment. Give me the energy to prepare for the things that will happen in my lifetime. I know I need to breathe, drink, eat, vote and at some point, die. Grant me the courage, insight and wisdom to act on what You would have me do as your ears, eyes, hands and voice in this world. Amen.

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Es el último sábado de agosto, el final de la temporada de verano y el fin de semana del Día de los Trabajadores. ¿Dónde se fue el tiempo? No terminé los proyectos ni pasé tiempo con las personas con las que esperaba ponerme al día como tenía previsto. Pero, me guste o no, el verano ya pasó y debo seguir haciendo lo que Dios me pide en el aquí y ahora.

Las Escrituras de hoy se centran en el concepto de vivir en el presente y en conocer la diferencia entre la sabiduría y la necedad. No he entendido estos pasajes de la Biblia durante mucho tiempo. Sólo a través de las experiencias vividas diariamente he comenzado a comprender lo que quiere decir la enseñanza de Pablo en la Primera Carta a los Corintios acerca de que ningún ser humano debe jactarse ante Dios y la parábola de Jesús sobre los siervos y los talentos.

Mis compañeros más cercanos saben que trabajo mejor con una fecha límite; en la mayoría de los casos. Digo esto en broma mientras sigo reflexionando sobre pedacitos de la tarea asignada antes de la fecha. Luego, rápida y apresuradamente, lo logro terminar, por la gracia de Dios y la ayuda de mi ángel de la guarda. Los amigos también me dicen que eso los volvería locos el seguir dejando de lado las tareas. Soy un trabajo en elaboración y no tan mala como era antes. Si Dios quiere, seguiré madurando, una cosa o proyecto a la vez, y con muchas menos tareas múltiples.

La parábola de los talentos en el Evangelio de hoy no es necesariamente una de mis favoritas. Cuando era más joven, las respuestas del amo a sus sirvientes me parecían bastante duras a pesar de que aprendí las fábulas de Esopo y disfruté de ‘La vida de un bicho’. Hay tantas situaciones en las que se toma la decisión para sobrevivir el momento y no prepararse para el día, evento, temporada o generación siguiente.

Oh Dios misericordioso, ayúdame a ocuparme de lo que hay que hacer en este momento. Dame la energía para prepararme para las cosas que sucederán en mi vida. Sé que necesito respirar, beber, comer, votar y, en algún momento, morir. Concédeme el coraje, la perspicacia y la sabiduría para actuar según lo que Tú quieres que haga como tus oídos, ojos, manos y voz en este mundo. Amén.

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Beth Price is part of the customer care team at Diocesan. She is a Secular Franciscan (OFS) and a practicing spiritual director. Beth shares smiles, prayers, laughter, a listening ear and her heart with all of creation. Reach her here bprice@diocesan.com.

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One Step Ahead / Un Paso Adelante

“Stay awake, for you know neither the day nor the hour” (Matt. 25:13). Our Gospel reading ends with these words, a stark reminder that we should be ready for the Second Coming, or the hour of our death, whichever comes first, and we will most likely not know when it is coming.

The five wise virgins spent their time on this earth preparing as best they could for the wedding feast of the Lamb, building up their supply of oil through their works of charity. The five foolish virgins counted on the ability to recognize when the Bridegroom would come to take them into the feast, but they were caught off guard, without the oil of charity.

The foolish virgins are much like the Jews described by St. Paul in the first reading. The Jews thought they knew what to look for in a Messiah and would surely know him when they saw him, but they did not expect the Cross. If they would have searched the Scriptures with a heart open to the Holy Spirit, they would have been prepared, but their hearts were not open to the possibility of God acting in a way that they did not expect. Because of this, the Cross came and went, and they viewed it as a scandal. 

The foolish virgins and the Jews expected God to act in a way that they could understand completely, but He caught them off guard. He was one step ahead of them. They could not know the day nor the hour of His coming, try as they might. He came, and they were not ready. He was not unreasonable or foolish, but, as St. Paul says, His foolishness was wiser than their wisdom, and His weakness was stronger than their strength.

Often, God acts in ways that we cannot anticipate. His order of creation is rational and beautiful, and His precepts are clearly communicated for all to embrace. But in the day-to-day action of grace, and especially in the hour of our death and the Second Coming, He is unpredictable. Let us learn from the foolish virgins and the Jews to prepare ourselves for God to act in a way that surprises us. We may hope and pray for certain things, but God knows best, and He already has planned what will happen, while allowing for our cooperation in it. If we strive to practice faith and charity, and are resigned to follow the will of God within the changing opportunities and graces of life, we will be prepared to recognize Him when He comes.

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Estén pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora” (Mateo 25,13). El Evangelio de hoy termina con estas palabras, un claro recordatorio de que debemos estar preparados para la Segunda Venida, o la hora de nuestra muerte, lo que ocurra primero, y lo más probable es que no sepamos cuándo llegará.

Las cinco vírgenes previsoras pasaron su tiempo en esta tierra preparándose lo mejor que pudieron para la fiesta de bodas del Cordero, acumulando su suministro de aceite a través de sus obras de caridad. Las cinco vírgenes descuidadas contaban con la capacidad de reconocer cuándo vendría el Esposo a llevarlas al banquete, pero fueron tomadas por sorpresa, sin el aceite de la caridad.

Las vírgenes descuidadas se parecen mucho a los judíos descritos por San Pablo en la primera lectura. Los judíos pensaban que sabían qué buscar en un Mesías y seguramente lo reconocerían cuando lo vieran, pero no esperaban la Cruz. Si hubieran estudiado las Escrituras con un corazón abierto al Espíritu Santo, hubieran estado preparados, pero sus corazones no estaban abiertos a la posibilidad de que Dios actuara de una manera que no esperaban. Por eso la Cruz iba y venía, y lo veían como un escándalo.

Las vírgenes descuidadas y los judíos esperaban que Dios actuara de una manera que pudieran entender completamente, pero Él los tomó por sorpresa. Estaba un paso adelante de ellos. No podían saber el día ni la hora de su venida, por mucho que lo intentaran. Él vino y ellos no estaban listos. No era irracional ni necio, pero, como dice San Pablo, su necedad era más sabia que la sabiduría de ellos, y su debilidad era más fuerte que su fortaleza.

A menudo, Dios actúa de maneras que no podemos anticipar. Su orden de creación es racional y hermoso, y sus preceptos se comunican claramente para que todos los adopten. Pero en la acción cotidiana de la gracia, y especialmente en la hora de nuestra muerte y de la Segunda Venida, Él es impredecible. Aprendamos de las vírgenes descuidadas y de los judíos a prepararnos para que Dios actúe de una manera que nos sorprenda. Podemos esperar y orar por ciertas cosas, pero Dios sabe más y ya ha planeado lo que sucederá, aunque permite nuestra cooperación en ello. Si nos esforzamos por practicar la fe y la caridad, y nos resignamos a seguir la voluntad de Dios dentro de las cambiantes oportunidades y gracias de la vida, estaremos preparados para reconocerlo cuando venga.

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David Dashiell is a freelance author and editor in Nashville, Tennessee. He has a master’s degree in theology from Franciscan University, and is the editor of the anthology Ever Ancient, Ever New: Why Younger Generations Are Embracing Traditional Catholicism.

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The Best Food for Children / El Mejor Alimento para los Niños

When my oldest son was four years old, he was playing one day in our tiny fenced-in yard. I had the front door open and was keeping an eye on him when a service man pulled up in a van and approached the neighbor’s house. I heard my son say hi to him and then ask the man what his name was. “John,” he replied. My son responded in an almost accusatory sing-song voice, “Oh, like John the Baptist?” The young man told my son that he shouldn’t be rude, and although I could understand the fellow’s knee jerk reaction to my son’s mocking tone, I thought that his comment was quite a compliment since John the Baptist is a hero in our family.

Of course my young son did not fully understand John the Baptist’s role, though he knew he was a “good guy” and was Jesus’ cousin, but what I love is the fact that the name of St. John was on my son’s lips. He had an Uncle John and a grandpa named John, but the moment he heard the name John, he thought of John the Baptist. The stories of John the Baptist and other Biblical people, as well as the lives of the saints, modern and ancient, were capturing my son’s imagination. 

These stories are life-giving “food” to a child’s soul. Grown-ups have the power and responsibility to supply children with this “food,” so that they can grow strong with a truthful, reality-based perception of themselves, the world, and God. The wrong stories can poison and warp a child. And while there are many quality secular stories offered to our children, the best spiritual nourishment is the organic stuff of salvation history, and what God has been doing in the hearts and minds of real individuals for thousands of years. These stories not only teach children about salvation history, but they also help young people of this generation to believe that God can and will work powerfully in their lives too. 

My son is now grown, and his 2- year-old son has been taught about the saints by his own parents. Recently he’s been calling everyone “Faustina.”  I couldn’t be happier!

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Cuando mi hijo mayor tenía cuatro años, un día estaba jugando en nuestro pequeño jardín cercado. Tenía la puerta de entrada abierta y lo estaba vigilando cuando un hombre de servicio se detuvo en una camioneta y se acercó a la casa del vecino. Escuché a mi hijo saludarlo y luego preguntarle al hombre cómo se llamaba. “Juan”, respondió. Mi hijo respondió con una voz cantarina casi acusatoria: “Oh, ¿como Juan el Bautista?” El joven le dijo a mi hijo que no debe faltar el respeto, y aunque pude entender la reacción instintiva del joven ante el tono burlón de mi hijo, pensé que su comentario era todo un cumplido ya que Juan el Bautista es un héroe en nuestra familia.

Por supuesto, mi hijo pequeño no entendía completamente el papel de Juan Bautista, aunque sabía que era un “buen tipo” y primo de Jesús, pero lo que me encanta es el hecho de que el nombre de San Juan estaba en labios de mi hijo. Tenía un tío Juan y un abuelo llamado Juan, pero en el momento en que escuchó el nombre de John, pensó en Juan el Bautista. Las historias de Juan el Bautista y otros personajes bíblicos, así como las vidas de los santos, modernos y antiguos, capturaban la imaginación de mi hijo.

Estas historias son un “alimento” que da vida al alma de un niño. Los adultos tienen el poder y la responsabilidad de proporcionar a los niños este “alimento”, para que puedan crecer fuertes con una percepción veraz y basada en la realidad de sí mismos, del mundo y de Dios. Las historias equivocadas pueden envenenar y deformar a un niño. Y si bien hay muchas historias seculares de calidad que se ofrecen a nuestros hijos, el mejor alimento espiritual es la materia orgánica de la historia de la salvación y lo que Dios ha estado haciendo en los corazones y las mentes de personas reales durante miles de años. Estas historias no sólo enseñan a los niños sobre la historia de la salvación, sino que también ayudan a los jóvenes de esta generación a creer que Dios también puede obrar poderosamente en sus vidas, y lo hará.

Mi hijo ya es mayor y ahora sus propios padres le están enseñando a mi nieto de dos años acerca de los santos. Recientemente ha estado llamando a todo el mundo “Faustina”. ¡Me pone tan contenta!

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A lover of Jesus Christ, a wife, and a mother of five, Christine is the author of Everyday Heroism: 28 Daily Reflections on the Little Way of Motherhood. She is a graduate of Franciscan University, an instructor for the Institute for Excellence in Writing, and an experienced catechist. Thrilled to have recently become grandparents, she and her husband currently live in Upstate, NY. Visit her author webpage at christinehanus.com

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Inspecting Our Insides / Revisando Nuestro Interior

** This reflection has been reposted from Diocesan Archives.**

Does your outside match your inside? Actions, as they say, speak far louder than words. We reveal so much more of ourselves by our behavior than from what we say. However, even if we sometimes fool the world, we can never hide the truth from God. 

No wonder today’s Gospel calling out the Pharisees is paired with Psalm 128, particularly the responsorial refrain, “Blessed are those who fear the Lord.” God’s knowledge of us goes so far beyond what we can imagine, for He has created us. He knows every hair on our heads, our comings in our goings, and our inner beings. What good does it do us to even attempt to hide from God? What objective do we hope to accomplish? If we believe in Him, should not our whole being become a symphony of pleasing Him? Every moment in harmony with the life of grace and holiness His love calls us to?  

Through sin and temptation, we can fail, we can fall, we can even attempt to evade, but regardless of what we do, because of what He did, we are never lost. Even if we become unwittingly whitewashed tombs, God is there to rescue our souls with the vivid color of His grace.  On the outside, a perfectly crafted faithful avatar to show the world, but inside we rail against many of God’s teachings. 

Jesus calls the Pharisees “Hypocrites”. Looking at your life, does this harsh term apply to who you have allowed yourself to be? Do your Christian insides match your outsides?  You search me, and you know me, Lord. You know there are days I struggle to attend Mass or even to pray. You know, my battle with gossip and judging, and all the sins I continually bring to my Confessor. You know I doubt, fear, and forget some days to bring these weaknesses to you in prayer. 

Loving God, never leave me without hope. “Whoever keeps the word of Christ, the love of God is truly perfected in him” (Alleluia verse). May you find more of you and less of me the next time you search me, God. May my insides match more closely the outside, especially that image of me who longs to love and live like you.

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¿Tu exterior coincide con tu interior? Las acciones, como suele decirse, hablan mucho más fuertes que las palabras. Revelamos mucho más de nosotros mismos a través del comportamiento que por lo que decimos. Sin embargo, incluso si a veces engañamos al mundo, nunca podremos ocultar la verdad a Dios.

No es de extrañar que el Evangelio de hoy que llama a los fariseos esté emparejado con el Salmo 128, particularmente el estribillo responsorial: “Bienaventurados los que temen al Señor”. El conocimiento que Dios tiene de nosotros va mucho más allá de lo que podemos imaginar, porque Él nos ha creado. Él conoce cada cabello de nuestra cabeza, nuestras idas y venidas y nuestro ser interior. ¿De qué nos sirve siquiera intentar escondernos de Dios? ¿Qué objetivo esperamos lograr? Si creemos en Él, ¿no debería todo nuestro ser convertirse en una sinfonía para agradarle y cada momento en armonía con la vida de gracia y santidad a la que Su amor nos llama?

A través del pecado y la tentación, podemos fallar, podemos caer, incluso podemos intentar evadirlo, pero independientemente de lo que hagamos, debido a lo que Él hizo, nunca estamos perdidos. Incluso si sin darnos cuenta nos convertimos en tumbas blanqueadas, Dios está ahí para rescatar nuestras almas con el color vívido de Su gracia. Por fuera, un avatar fiel perfectamente diseñado para mostrárselo al mundo, pero por dentro criticamos muchas de las enseñanzas de Dios. Jesús llama a los fariseos “hipócritas”. Mirando a tu vida, ¿se aplica este duro término a quién te has permitido ser? ¿Tu interior cristiano coincide con tu exterior? 

Tú me buscas y me conoces, Señor. Sabes que hay días en los que me cuesta asistir a misa o incluso orar. Ya sabes mi batalla contra los chismes y los juicios, y todos los pecados que continuamente llevo al confesionario. Sabes que dudo, temo y me olvido algunos días de traerte estas debilidades en oración.

Amado Dios, nunca me dejes sin esperanza. “En aquel que cumple la palabra de Cristo el amor de Dios ha llegado a su plenitud.” (Aclamación antes del Evangelio). Que encuentres más de ti y menos de mí la próxima vez que me busques, Dios. Que mi interior coincide más con el exterior, especialmente con ese lado de mí que anhela amar y vivir como tú.

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Allison Gingras ( www.ReconciledToYou.com ) — Shares her love of the Catholic Faith with stories, laughter, and honesty as experienced in the ordinary of life! Her writing includes Encountering Signs of Faith (Ave Maria Press) and the Stay Connected Journals for Women (OSV). Allison is a Catholic Digital Media Specialist for Family Rosary, Catholic Mom, and the Fall River Diocese. She hosts A Seeking Heart podcast and is co-host of the Catholic Momcast podcast.

Feature Image Credit: Adam Kring, unsplash.com/photos/closed-door-DZ_qUcUrOXg

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Healthy Hearts / Corazones Sanos

Is your heart healthy? No, I’m not talking about the organ, though that’s important too. I’m talking about the part of you that shows mercy, justice, faithfulness – all those important qualities that Jesus mentions in today’s Gospel. Do we make an effort to work on our interior life? Or do we just cleanse the outside of the cup and allow filth and garbage to fill the inside?

Money isn’t everything. Yes, finances are of importance in our fallen world, and our Church needs our financial support. But more importantly, is your heart being changed by living for Jesus? Pharisees are very critical of other people and forget to look inside their hearts for major issues. While it is necessary to give fraternal correction, are you much more concerned with your own heart? What are you doing to root out the sin that settles into your soul? 

The matters of the heart are much more important than money and outward appearances. The most important things aren’t financial, or physical, or worldly. One person who understood this well was St. Monica, who spent years praying for her son, St. Augustine, to be converted. St. Augustine lived a life more concerned with worldly affairs than with the things of the heart. St. Monica’s years of prayer for her son benefited his heart and had a dramatic effect on the Western world, since St. Augustine’s works and influence on the Church cannot be overstated. Both saints proclaim the dominance and importance of the interior life over exterior attractions. 

Today, let us recommit to the importance of prayer and virtue over worldly distractions. Let us place prayer at the center of our lives with God, and let us pray that we may always be more concerned with our interior lives and forming virtue than our external, material lives.

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¿Tu corazón está sano? No, no me refiero al órgano, aunque eso también es importante. Me refiero a la parte de ti que muestra misericordia, justicia, fidelidad, todas esas cualidades importantes que Jesús menciona en el Evangelio de hoy. ¿Nos esforzamos por trabajar en la vida interior? ¿O simplemente limpiamos el exterior del vaso y permitimos que la suciedad y la basura llenen el interior?

El dinero no lo es todo. Sí, las finanzas son importantes en nuestro mundo caído y nuestra Iglesia necesita nuestro apoyo financiero. Pero lo más importante es: ¿está cambiando tu corazón al vivir para Jesús? Los fariseos son muy críticos con otras personas y se olvidan de mirar dentro de sus corazones durante asuntos importantes. Si bien es necesario dar corrección fraterna, ¿estás mucho más preocupado por tu propio corazón? ¿Qué estás haciendo para erradicar el pecado que se ha instalado en tu alma?

Los asuntos del corazón son mucho más importantes que el dinero y las apariencias. Las cosas más importantes no son financieras, físicas o mundanas. Una persona que entendió esto bien fue Santa Mónica, quien pasó muchos años orando para que su hijo, San Agustín, se convirtiera. San Agustín vivió una vida más preocupada por los asuntos mundanos que por las cosas del corazón. Los años de oración de Santa Mónica por su hijo beneficiaron su corazón y tuvieron un efecto dramático en el mundo occidental, ya que no se pueden subestimar las obras y la influencia de San Agustín en la Iglesia. Ambos santos proclaman el predominio y la importancia de la vida interior sobre los atractivos exteriores.

Hoy, volvamos a comprometernos a la importancia de la oración y la virtud por encima de las distracciones mundanas. Pongamos la oración en el centro de nuestra vida con Dios, y oremos para que siempre estemos más preocupados por la vida interior y por la formación de la virtud que por la vida exterior y material.

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Mary Thissen is a St. Louis native living in East Central Illinois with her husband and children. She is blessed with twin boys Earthside and four children now living in Heaven. When she is not working as a healthcare data analyst or caring for her boys, she enjoys studying and writing about the Catholic faith and ministering to women who are suffering through miscarriage or infertility. You can connect with Mary on Instagram @waitingonmiracles. 

Feature Image Credit: Deb Dowd, unsplash.com/photos/gray-praying-hand-statue-IaCswSJ__uc

In Good Times and in Bad / En los Buenos y los Malos Momentos

One of the many perks of homeschooling is the ability to extend summer break. While many are enduring the back to school rush and deliberating how to coordinate morning drop offs, my family is enjoying Lake Michigan and daily ice cream at our favorite B&B up north. While I realize all good things come to an end (as do all bad things), for now we are going to enjoy what God has granted us. 

As all parents of young children can attest to, even the best of times often do not come off without a hitch. In the scramble to pack and leave, a child’s favorite stuffed animal could be left behind, causing them to whine half the way there. During the drive, an argument could arise over which video to watch and another child will pout the rest of the way there. As you arrive at your destination and unpack your belongings, your cooler could tip over and spill ice all over the floor. As you settle down for your first night away, yet another child may complain that it’s too hot or too cold or they’re too excited to sleep, and it keeps everyone else up too. 

I specifically remember one year, frantically running to the gas station at 9:00pm because it was still light out and there were no curtains on the windows. At this point I was completely exhausted and it was way past the kids’ normal bedtime, so they were ornery. I was desperate for a solution. I asked the clerk for black trash bags to tape up on the windows, since I didn’t happen to bring darkening curtains on vacation with me. There were none on the shelves. Noticing my desperation, he replied, “I think I have some in my truck though, let me go check.” I couldn’t believe his kindness. With two sleep-saving bags and one roll of duct tape in hand, I returned to the B&B to get some much needed shut eye. 

At times like these, it may seem difficult, or even contradictory, to give thanks to the Lord. Afterall, we are getting away for a time of fun and relaxation and everything seems to be falling apart. But as we awaken the next morning, we see how our children enjoy all the delicious breakfast foods that are served, how they laugh as they throw a football or kick a soccer ball in the yard, and how they enjoy catching minnows in a net at the beach that afternoon. Your heart swells as their favorite ice cream flavor drips down their chins and a healthy tan begins to appear on their young faces.

Life is full of so many ebbs and flows, isn’t it? So why not praise Him through it all? Today’s Psalm declares: “Sing to the LORD a new song; sing to the LORD, all you lands. Sing to the LORD; bless his name…For great is the LORD and highly to be praised; awesome is he, beyond all gods.” So let us praise our God in good times and in bad, whether we are on vacation or heading back to school, whether we are happy or sad, for He is good indeed.

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Una de las muchas ventajas de la educación en el hogar es la posibilidad de extender las vacaciones de verano. Mientras muchos están soportando el ajetreo del regreso a clases y deliberando sobre cómo coordinar los horarios matutinos, mi familia está disfrutando del Lago de Michigan y del helado diario en nuestro hotelito favorito en el norte. Si bien me doy cuenta de que todo lo bueno llega a su fin (como todo lo malo), por ahora vamos a disfrutar de lo que Dios nos ha concedido.

Como pueden atestiguar todos los padres de niños pequeños, incluso los mejores momentos a menudo no salen sin problemas. En la lucha por hacer las maletas e irse, el peluche favorito de un niño podría quedarse atrás, y se pone a chillar la mitad del camino. Durante el viaje, podría surgir una discusión sobre cuál video quieren mirar y otro niño chilla el resto del camino. Cuando llegues a tu destino y desempaques las cosas del carro, tu hielera podría volcarse y derramar hielo por todo el piso. Mientras se preparan para pasar la primera noche fuera, otro niño puede quejarse de que hace demasiado calor o demasiado frío o que está demasiado emocionado para dormir, y eso mantiene despiertos a todos los demás también.

Me acuerdo un año en particular, haber corrido desesperadamente a la gasolinera a las 9:00pm porque todavía había luz y no había cortinas en las ventanas. En ese momento estaba completamente exhausta y ya había pasado la hora normal de dormir de los niños, por lo que estaban de mal humor. Estaba desesperada por encontrar una solución. Le pedí al empleado bolsas de basura negras para pegarlas con cinta adhesiva en las ventanas, ya que obviamente no traía cortinas oscuras durante las vacaciones. No había. Al darse cuenta de mi desesperación, respondió: “Creo que tengo algo en mi camioneta, déjame ir a ver. No podía creer su amabilidad. Con dos bolsas para dormir y un rollo de cinta adhesiva en la mano, regresé al hotelito a dormir un poco.

En momentos como estos, puede parecer difícil, o incluso contradictorio, dar gracias al Señor. Después de todo, nos estamos escapando para pasar un rato de diversión y descanso y todo parece desmoronarse. Pero cuando nos despertamos a la mañana siguiente, vemos cómo nuestros niños disfrutan de todos los deliciosos platos que se sirven en el desayuno, cómo se ríen mientras lanzan una pelota de fútbol o patean una pelota en el patio, y cómo disfrutan atrapando pececillos en una red en la playa esa tarde. Nuestros corazones se agrandan cuando su sabor de helado favorito gotea por sus barbillas y un bronceado saludable comienza a aparecer en sus rostros jóvenes.

La vida está llena de tantos subes y bajas, ¿verdad? Entonces, ¿por qué no alabarlo a pesar de todo? El Salmo de hoy declara: “Cantemos al Señor un nuevo canto; que le cante al Señor toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo… porque él es grande, más digno de alabanza y más tremendo que todos los dioses paganos, que ni existen.” Así que alabemos a nuestro Dios en los buenos y en los malos momentos, ya sea que estemos de vacaciones o regresando a la escuela, ya sea que estemos felices o tristes, porque Dios es verdaderamente bueno.

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Feature Image Credit: Leo Rivas, unsplash.com/photos/girl-playing-beside-body-of-water-during-daytime-R_BLOGXpsOg


Tami Urcia grew up in Western Michigan, a middle child in a large Catholic family. She spent early young adulthood as a missionary in Mexico, studying theology and philosophy, then worked and traveled extensively before finishing her Bachelor’s Degree in Western Kentucky. She loves tackling projects, finding fun ways to keep her little ones occupied, quiet conversation with the hubby and finding unique ways to love. She works full time at Diocesan, is a guest blogger on CatholicMom.com and BlessedIsShe.net, and has been doing Spanish translations on the side for over 20 years.