Fearful, yet Overjoyed / Temerosos, Pero Llenos de Alegría

Happy Easter! Christ has conquered death and given us new life; let us praise him, Alleluia!

Matthew tells us that Mary Magdalene and the other Mary left Jesus’ tomb to run quickly to the Apostles with the Good News that Jesus had risen. He says they were “fearful, yet overjoyed.” That phrase stood out for me as I read the Gospel. It made me pause to consider how often I have been fearful yet overjoyed in my own life.

I can still recall the weight of my son’s head in the crook of my arm as they wheeled me out of the hospital. I was thrilled to be going home with this sweet baby boy, and yet, could I do this? Be a mom, raise my son – sure, I loved him, but could I do all the things? 

And then, I was led to leave teaching and begin working in parish ministry. It had always been a deep desire of mine, and I was overjoyed that God answered my prayer, but again, the responsibility was a bit daunting.

God has called each of us to many new things as life changes. We are not the people we were five or ten years ago.  And that is a good thing. Growing in our faith, going in the direction Jesus asks, and truly living our faith as Easter people means we can hold two opposite emotions simultaneously. Being fearful does not have to mean we refuse to move forward; fear can make us turn to Jesus and find joy in him.

In fact, the only place we can find true joy is in Jesus. He can take all of our fears, sorrows, pain, and suffering in exchange for joy. The empty tomb that Mary Magdalene and the other Mary left, was not needed anymore. We do not need to hold onto what is not needed. In this Easter season of joy, what fears can you let go of so you can be overjoyed at the gift of Jesus’ resurrection?

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¡Felices Pascuas! Cristo ha vencido la muerte y nos ha dado vida nueva; ¡Alabémoslo, Aleluya!

Mateo nos cuenta que María Magdalena y la otra María salieron de la tumba de Jesús para correr rápidamente hacia los Apóstoles con la Buena Nueva de que Jesús había resucitado. Dice que estaban “llenas de temor y de gran alegría”. Esa frase me llamó la atención mientras leía el Evangelio. Me hizo detenerme a considerar con qué frecuencia he sentido miedo y, al mismo tiempo, me he sentido muy feliz en mi propia vida.

Todavía recuerdo el peso de la cabeza de mi hijo en el hueco de mi brazo mientras me dieron de alta del hospital. Estaba encantada de volver a casa con este dulce bebé y, sin embargo, ¿podría hacer esto? Ser madre, criar a mi hijo; claro, lo amaba, pero ¿podría hacer todo?

Y luego Dios me llamó a dejar de ser profesora y comenzar a trabajar en el ministerio parroquial. Siempre había sido un deseo profundo para mí y estaba muy feliz de que Dios respondiera mi oración, pero nuevamente, la responsabilidad era un poco abrumadora.

Dios nos llama a cada uno de nosotros a muchas cosas nuevas a medida que la vida va cambiando. Ya no somos las personas que éramos hace cinco o diez años. Y eso es algo bueno. Crecer en la fe, ir en la dirección que Jesús pide y vivir verdaderamente nuestra fe como personas de Pascua significa que podemos tener dos emociones opuestas simultáneamente. Tener miedo no tiene por qué significar que nos negamos a seguir adelante; el miedo puede hacernos acudir a Jesús y encontrar alegría en él.

De hecho, el único lugar donde podemos encontrar el verdadero gozo es en Jesús. Él puede tomar todos nuestros miedos, penas, dolor y sufrimiento a cambio de alegría. La tumba vacía que dejaron María Magdalena y la otra María ya no era necesaria. No necesitamos aferrarnos a lo que no es necesario. En este tiempo de alegría pascual, ¿qué temores puedes dejar de lado para poder estar lleno de gozo por el regalo de la resurrección de Jesús?

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Deanna G. Bartalini, M.Ed.; M.P.A., is a certified spiritual director, writer, speaker and content creator. The LiveNotLukewarm.com online community is a place to inform, engage and inspire your Catholic faith. Her weekly Not Lukewarm Podcast gives you tips and tools to live out your faith in your daily life.

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God’s Divine Plan / El Plan Divino de Dios

“God, infinitely perfect and blessed in himself, in a plan of sheer goodness, freely created man to make him share in his own blessed life. For this reason, at every time and in every place, God draws close to man. He calls man to seek him, to know him, to love him with all his strength. He calls together all men, scattered and divided by sin, into the unity of his family, the Church. To accomplish this, when the fullness of time had come, God sent his Son as Redeemer and Saviour. In his Son and through him, he invites men to become, in the Holy Spirit, his adopted children and thus heirs of his blessed life.” -CCC 1

This is the first paragraph from the catechism and I think it perfectly sums up what we celebrate today on this beautiful Easter morning. In today’s first reading we hear the entire Gospel story being preached by Peter. This is the same Peter who denied Jesus three times just a few days before, and who we read about in the Gospel as not fully understanding what Christ was doing until he saw the empty tomb. Peter then knew the plans of God and could easily and succinctly proclaim them to all people. 

The goal of the lenten season is to bring us to a point where we can realize that our destiny is to share in the divine life of God. This isn’t just a vague sentimental idea or ambiguous theology, but it is the entire point of our lives. Jesus loved you enough to die on a tree in order that you might receive adoption as his beloved. It seems simple enough, but do we really grasp the depth of the meaning? Easter morning is the good news that not only were you bought back at a price, but that the death of God was not the end. Rather, it was just the beginning. Christ rising from the dead defeated sin and death once and for all and claims us back as adopted children. 

This is why Easter is the most important feast in our liturgical calendar. And God wants us to feast. We might be a little rusty after 40 days of fasting, but God wants us to pull out all the stops. I recommend making the nicest dinner you can within your means and celebrate as a family what Christ has done in conquering sin and death. The Easter egg hunts are fun and everybody likes baked ham, but let’s not forget the reason for this season. That God desired for you to be saved and come to share in his divine life. This is enough to make even the worst of sinners or hardened criminals rejoice. As John Paul II said often, “We are an Easter people, and Hallelujah is our song.” Now go feast!

From all of us here at Diocesan, God bless!

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“Dios, infinitamente perfecto y bienaventurado en sí mismo, en un designio de pura bondad ha creado libremente al hombre para hacerle partícipe de su vida bienaventurada. Por eso, en todo tiempo y en todo lugar, se hace cercano del hombre: le llama y le ayuda a buscarle, a conocerle y a amarle con todas sus fuerzas. Convoca a todos los hombres, que el pecado dispersó, a la unidad de su familia, la Iglesia. Para lograrlo, llegada la plenitud de los tiempos, envió a su Hijo como Redentor y Salvador. En Él y por Él, llama a los hombres a ser, en el Espíritu Santo, sus hijos de adopción, y por tanto los herederos de su vida bienaventurada.” (CIC 1)

Este es el primer párrafo del catecismo y creo que resume perfectamente lo que celebramos hoy en esta hermosa mañana de Pascua. En la primera lectura de hoy escuchamos toda la historia del Evangelio predicada por Pedro. Este es el mismo Pedro que negó a Jesús tres veces unos días antes, y de quien leemos en el Evangelio que no entendía completamente lo que Cristo estaba haciendo hasta que vio la tumba vacía. Entonces Pedro conoció los planes de Dios y pudo proclamarlos fácil y sucintamente a todas las personas.

El objetivo de la temporada de Cuaresma es llevarnos a un punto en el que podamos darnos cuenta de que nuestro destino es compartir la vida divina de Dios. Esto no es sólo una vaga idea sentimental o una teología ambigua, sino que es el objetivo de nuestras vidas. Jesús te amó lo suficiente como para morir en un árbol para que pudieras ser adoptado como su amado. Parece bastante simple, pero ¿realmente comprendemos la profundidad del significado? La mañana de Pascua es la buena noticia de que no sólo fueron redimidos a gran precio, sino que la muerte de Dios no fue el final. Más bien, fue sólo el comienzo. Cristo resucitado de entre los muertos derrotó al pecado y a la muerte de una vez por todas y nos reclama nuevamente como hijos adoptivos.

Por eso la Pascua es la fiesta más importante de nuestro calendario litúrgico. Y Dios quiere que nos deleitemos. Puede que estemos un poco oxidados después de 40 días de ayuno, pero Dios quiere que hagamos todo lo posible. Recomiendo hacer la mejor cena que puedan dentro de sus posibilidades y celebrar en familia lo que Cristo ha hecho al vencer el pecado y la muerte. Las búsquedas de huevos de Pascua son divertidas y a todo el mundo le gusta el jamón cocido, pero no olvidemos el motivo de esta temporada: que Dios deseaba tu salvación y que vinieras a compartir su vida divina. Esto es suficiente para alegrar incluso al peor de los pecadores o al criminal más empedernido. Como decía a menudo Juan Pablo II: “Somos un pueblo de Pascua y el Aleluya es nuestro cántico”. Así que, ¡vete a festejar!

De parte de todos nosotros aquí en Diocesano, ¡Dios los bendiga!

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Tommy Shultz is a Business Development Representative for Diocesan. In this role he is committed to bringing the best software to dioceses and parishes while helping them evangelize on the digital continent. Tommy has worked in various diocese and parish roles since his graduation from Franciscan University with a Theology degree. He hopes to use his skills in evangelization, marketing, and communications, to serve the Church and bring the Good News to all. His favorite quote comes from St. John Paul II, who said, “A person is an entity of a sort to which the only proper and adequate way to relate is love.”

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Does Jesus Love Him Best? / ¿Jesús lo Ama Más a Él?

Today’s Gospel starts out with one of our favorite people in scripture, Peter. He is one of my heroes. Why? Because if he could make it, I’ve got a good chance to make it also!

Apparently, Peter was watching the disciple John follow Jesus. I am sure that everyone at the Last Supper saw John laying his head on Jesus’ chest. Today that might be considered somewhat scandalous. What would you think if you walked into the Last Supper and saw that in person? What would your first reaction be? It might be hard to explain. We now know that the one “whom Jesus loved” was John. He was all in! 

Why would Peter ask Jesus such a question? One could think that Peter might be somewhat jealous of the relationship between John and Jesus. Remember, that sometimes there were power struggles between the disciples. I’m not saying that there’s one here but Jesus straightens it out real quick. He basically tells Peter to back off because it’s no concern of his. Jesus makes it clear that Peter’s job is to follow Jesus and not to worry about John. Somehow Peter took away from that conversation that he thought Jesus said that John would not die.

This is just a small example of things going haywire by flapping one’s jaw. It looks like this was one of many problems that Jesus had to handle. What can we glean from this? Have you ever had the experience of walking out of the confessional and within fifteen seconds some crazy thing went through your head and you felt like you should turn around and walk back in. I confess that it has happened to me.

So, in this new year 2023 once again we have the opportunity to make some healthy changes in our lives. Have you taken the time to start the new year with some character building? In other words, making changes to your character. It can be a difficult process. Why? Because, the body, mind, and spirit are so used to doing things a certain way that they do not want to change. I’m sure you’ve heard the words “muscle memory”. That is the closest thing that I can think of in regard to making a character change. If you are ready to dive into the area of character change, I suggest lots of prayer. And hang in there! You can do it with God’s help!

We all know where Peter ended up and that gives us great hope that we can make great strides in making character changes that are pleasing to God!

Serving with joy!

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El Evangelio de hoy comienza con una de nuestras personas favoritas en las Escrituras, Pedro. Es uno de mis héroes. ¿Por qué? Porque si él pudo hacerlo, ¡tengo una buena oportunidad de hacerlo también!

Aparentemente, Pedro estaba viendo al discípulo Juan seguir a Jesús. Estoy seguro de que todos en la Última Cena vieron a Juan recostando su cabeza sobre el pecho de Jesús. Hoy eso podría considerarse algo escandaloso. ¿Qué pensarías si entraras en la Última Cena y lo vieras en persona? ¿Cuál sería tu primera reacción? Puede ser difícil de explicar. Ahora sabemos que el “a quien Jesús amaba” era Juan. ¡Eestaba completamente comprometido! 

¿Por qué Pedro le haría tal pregunta a Jesús? Uno podría pensar que Pedro podría estar algo celoso de la relación entre Juan y Jesús. Recuerde, que a veces hubo luchas de poder entre los discípulos. No digo que eso es lo que está pasando, pero Jesús lo aclara rápidamente. Básicamente le dice a Pedro que retroceda porque no le concierne. Jesús deja claro que el trabajo de Pedro es seguir a Jesús y no preocuparse por Juan. De alguna manera, Pedro sacó de esa conversación que pensó que Jesús dijo que Juan no moriría.

Este es solo un pequeño ejemplo de cosas que se vuelven locas al abrir la boca. Parece que este fue uno de los muchos problemas que Jesús tuvo que manejar. ¿Qué podemos deducir de esto? ¿Alguna vez has tenido la experiencia de salir del confesionario y en quince segundos se te pasó una locura por la cabeza y sentiste que debías darte la vuelta y volver a entrar? Confieso que a mí me ha pasado.

Entonces, en este nuevo año 2023 una vez más tenemos la oportunidad de hacer algunos cambios saludables en nuestras vidas. ¿Te has tomado el tiempo de comenzar el nuevo año con algo de construcción de carácter? En otras palabras, hacer cambios en tu carácter. Puede ser un proceso difícil. ¿Por qué? Porque el cuerpo, la mente y el espíritu están tan acostumbrados a hacer las cosas de cierta manera que no quieren cambiar. Seguramente has oído las palabras “memoria muscular”. Eso es lo más parecido que se me ocurre con respecto a hacer un cambio de carácter. Si estás listo para sumergirse en el área del cambio de carácter, te sugiero mucha oración. ¡Y mucha suerte! ¡Puedes hacerlo con la ayuda de Dios!

¡Todos sabemos dónde terminó Pedro y eso nos da una gran esperanza de que podemos dar grandes pasos para hacer cambios de carácter que agraden a Dios!

¡Sirviendo con alegria!

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Deacon Dan Schneider is a retired general manager of industrial distributors. He and his wife Vicki have been married for over 50 years. They are the parents of eight children and thirty grandchildren. He has a degree in Family Life Education from Spring Arbor University. He was ordained a Permanent Deacon in 2002.  He has a passion for working with engaged and married couples and his main ministry has been preparing couples for marriage.

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A Tale of Three Evangelists / La Historia de Tres Evangelistas

I always enjoy the readings from the Acts of the Apostles that we hear during the Easter season. While the Epistles are full of wisdom, they can be difficult to understand or subject to interpretation. The Acts, though, read like the most interesting history book, presenting the exciting early history of our Church.

In today’s reading from Acts we learn that Paul is being held on charges from his fellow Jews regarding “some issues with him about their own religion and about a certain Jesus who had died but who Paul claimed was alive.” This would not be the last time that Paul would endure imprisonment and persecution for spreading the Good News. Tradition tells us that he eventually suffered martyrdom.

I have mentioned before that my favorite Gospel stories involve Peter, my favorite saint. I love Peter because he is relatable. He is human and makes mistakes, some bigger than others. Yet Jesus chose him to lead the Church, because of his great faith. That gives me hope that God can use me too.

In today’s Gospel reading, the resurrected Jesus shares breakfast with the Apostles and then asks Peter three times to declare his love. Peter seems annoyed by the third request, apparently failing to understand what is obvious to us: that he needs to affirm his love for Jesus three times because he denied him three times. Then Jesus goes on to forecast for Peter the ultimate consequence of living out this love: “When you grow old, you will stretch out your hands, and someone else will dress you and lead you where you do not want to go.” The death Peter sought to escape by denying Christ came in the end when he was crucified after a long life of leading the Church in Rome.

Today is the feast of Saint Philip Neri, who spent most of his life in Rome, leading people to Jesus. He succeeded due to his personal warmth and attractive personality. He is the patron of humor and joy, and he died in his sleep at the end of a long life.

Paul, Peter, and Philip Neri were all evangelists. The original meaning of that word is “bringer of good news.” Each of the three evangelized in his own way: Paul traveled throughout the known world, founding church communities and encouraging them with the letters that have shaped Church teaching; Peter led the early Church in Rome; Philip  gently inspired people to love one another and live holier lives.

When charged with evangelizing, as Catholics we usually think first of the eloquence of Paul or the martyrdom of Peter and we say to ourselves, “I could never do that!” But today remember that there are many ways to evangelize, and not every bringer of the Good News is called to die a martyr’s death. I encourage you to read more about St. Philip Neri and consider how you might reach others via humor, joy, and warmth.

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Siempre disfruto las lecturas de los Hechos de los Apóstoles que escuchamos durante la temporada de Pascua. Si bien las epístolas están llenas de sabiduría, pueden ser difíciles de entender o estar sujetas a interpretación. Los Hechos, sin embargo, se leen como el libro de historia más interesante, presentando la emocionante historia temprana de nuestra Iglesia.

En la lectura de hoy de Hechos, nos enteramos de que Pablo está siendo acusado de sus compañeros judíos con respecto a “Se trataba sólo de ciertas discusiones acerca de su religión y de un tal Jesús, ya muerto, que Pablo asegura que está vivo.” Esta no sería la última vez que Pablo soportaría prisión y persecución por difundir la Buena Nueva. La tradición nos dice que finalmente sufrió el martirio.

He mencionado antes que mis historias favoritas del Evangelio involucran a Pedro, mi santo favorito. Pedro me encanta porque es identificable. Es humano y comete errores, algunos más grandes que otros. Sin embargo, Jesús lo eligió para dirigir la Iglesia, debido a su gran fe. Eso me da esperanza de que Dios también puede utilizarme.

En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús resucitado comparte el desayuno con los Apóstoles y luego le pide tres veces a Pedro que le declare su amor. Pedro parece molesto por la tercera petición, aparentemente sin entender lo que es obvio para nosotros: que tiene que afirmar su amor por Jesús tres veces porque lo negó tres veces. Luego Jesús prosigue pronosticando para Pedro la consecuencia última de vivir este amor: “Cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras.” La muerte que Pedro trató de escapar al negar a Cristo llegó al final cuando fue crucificado después de una larga vida al frente de la Iglesia en Roma.

Hoy es la fiesta de San Felipe Neri, quien pasó la mayor parte de su vida en Roma, llevando a la gente a Jesús. Lo logró por su calidez personal y su atractiva personalidad. Es el patrón del humor y la alegría, y murió mientras dormía al final de una larga vida.

Pablo, Pedro y Felipe Neri eran todos evangelistas. El significado original de esa palabra es “portador de buenas noticias”. Cada uno de los tres evangelizó a su manera: Pablo viajó por todo el mundo conocido, fundando comunidades eclesiales y animándolas con las cartas que han dado forma a la enseñanza de la Iglesia; Pedro dirigió la Iglesia primitiva en Roma; Felipe inspiró gentilmente a las personas a amarse unos a otros y vivir vidas más santas.

Cuando nos encargamos de evangelizar, como católicos solemos pensar primero en la elocuencia de Pablo o en el martirio de Pedro y nos decimos a nosotros mismos: “¡Yo nunca podría hacer eso!”. Pero acuérdate que hay muchas maneras de evangelizar, y no cada portador de la Buena Nueva está llamado a morir como mártir. Los animo a leer más sobre San Felipe Neri y considerar cómo pueden llegar a otros a través del sentido de humor, la alegría y la calidez.

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Leslie Sholly is a Catholic, Southern wife and mother of five, living in her hometown, Knoxville, Tennessee. She graduated from Georgetown University with an English major and Theology minor. She blogs at Life in Every Limb, where for 11 years she has covered all kinds of topics, more recently focusing on the intersection of faith, politics, and social justice.

Feature Image Credit: Edyttka1388, pixabay.com/photos/monument-statue-cathedral-church-7631746/

God Loves Me, We Can Each Say It / Dios Me Ama, Todos Lo Podemos Decir

God loves you. But I don’t feel God’s love.

God loves you. But how could God love me when I’ve messed up?

God loves you. But how can I know God loves me? Really know for certain?

God loves you. But how could God say he loves me when he didn’t help me when I most needed him?

Sound familiar?

God loves us and yet we are so fearful. So insecure. We insist God needs to prove his love to us beyond a shadow of a doubt. 

For many years, many more than I’d care to admit, I doubted God could love me. Why did he let me have a stroke at twenty-one? What about this weakness and that disordered attachment? How could he love me when I’m not all that I should be? How could God love me when I can’t even love myself? I’ve also listened to the hearts of others whispering their secret fear that they were ultimately unlovable or unloved by their Father in heaven.

When I was praying with today’s Gospel passage, I was overwhelmed with how Jesus loves us. Loves me. Pause right now and read this passage from the Gospel of John, replacing every “them” with your own name. Read it slowly. Read it several times. As you eavesdrop on Jesus’ prayer to his Father, listen to what he thinks about you. What he desires for you. What he feels for you. “I pray not only for Sr Kathryn, but also for those who will believe in me through her word….  And I have given her the glory you gave me, so that she may be one [with us], as we are one, I in Sr Kathryn and you in me,…that the world may know that you sent me, and that you loved her even as you loved me.” Father, she is your gift to me….

God loves me, we can each say it. We may not feel his love because our emotions are caught up and “bent out of shape” by the turmoil of our inner world and the situations in which we live. The Father’s love is deeper. He loves you so much that he has made you a gift to his Son Jesus.

In this passage from the Gospel of John, Jesus is praying about his apostles who had certainly messed up many times during their three years with him and were about to fail miserably as Jesus was arrested, put on trial, and crucified. Jesus knew these dear friends of his through and through. Yet Jesus prays to his Father with confidence that even as the Father loves his Son, so the Father loves them. He doesn’t say the Father loves them a little bit. Be certain that the Father loves you as he loves his own Son. 

This love of God for us exists, and in that we can put our trust more than in anything else in the world.

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Dios te ama. Pero no siento el amor de Dios.

Dios te ama. Pero, ¿cómo podría amarme cuando me he equivocado?

Dios te ama. Pero, ¿cómo puedo saber que Dios me ama, realmente saber con certeza?

Dios te ama. Pero, ¿cómo podría Dios decir que me ama cuando no me ayudó cuando más lo necesitaba?

¿Suena familiar?

Dios nos ama y, sin embargo, tenemos tanto miedo. Somos tan inseguros. Insistimos en que Dios tiene que probar su amor por nosotros sin sombra de duda.

Durante muchos años, muchos más de los que me gustaría admitir, dudé que Dios pudiera amarme. ¿Por qué me dejó tener un derrame cerebral a los veintiún años? ¿Qué pasa con esa debilidad y ese apego desordenado? ¿Cómo podría amarme cuando no soy todo lo que debería ser? ¿Cómo podría Dios amarme cuando ni siquiera puedo amarme a mí misma? También he escuchado los corazones de otros susurrando su temor secreto de que, en última instancia, su Padre celestial no los amaba.

Cuando estaba orando con el pasaje del Evangelio de hoy, me sentí abrumado por la forma en que Jesús nos ama. Me ama. Haga una pausa ahora mismo y lee este pasaje del Evangelio de Juan, reemplazando cada “ellos” con tu propio nombre. Léelo despacio. Léelo varias veces. Mientras escuchas la oración de Jesús a su Padre, escucha lo que piensa de ti. Lo que él desea para ti. Lo que él siente por ti. “Padre, no sólo te pido por [la Hna. Kathryn], sino también por los que van a creer en mí por la palabra de [ella], para que [ella] sea[] un[a], como tú, Padre, en mí y yo en [la Hna. Kathryn]… a fin de que [ella sea] uno en nosotros y el mundo crea que [la] has enviado…que [la] amas, como me amas a mí.” Padre, ella es tu regalo para mí….

Dios me ama, cada uno podemos decirlo. Es posible que no sintamos su amor porque nuestras emociones quedan atrapadas y “deformadas” por la agitación de nuestro mundo interior y las situaciones en las que vivimos. El amor del Padre es más profundo. Te ama tanto que te ha hecho un regalo a su Hijo Jesús.

En este pasaje del Evangelio de Juan, Jesús está orando por sus apóstoles que ciertamente se habían equivocado muchas veces durante sus tres años con él y estaban a punto de fallar miserablemente cuando Jesús fue arrestado, juzgado y crucificado. Jesús conocía a estos queridos amigos suyos de principio a fin. Sin embargo, Jesús ora a su Padre con la confianza de que así como el Padre ama a su Hijo, el Padre los ama a ellos. No dice que el Padre los ama un poco. Ten la seguridad de que el Padre te ama como ama a su propio Hijo.

Este amor de Dios por nosotros existe, y en eso podemos poner nuestra confianza más que en cualquier otra cosa en el mundo.

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Sr. Kathryn J. Hermes

Sr. Kathryn James Hermes, FSP, is an author and offers online evangelization as well as spiritual formation for people on their journey of spiritual transformation and inner healing. Website: www.touchingthesunrise.com My Books: https://touchingthesunrise.com/books/
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Truth and Joy / Verdad y Alegría

Whenever Jesus lifts his eyes to heaven to address his Father, we are allowed a glimpse into the deep desires of his Heart, burning and motivated by love alone, love for the Father and love for us. Jesus’ desire is for the oneness that love alone makes possible and makes real. He prays that we may be one in love just as he is one with the Father in love.

Why does he desire this? Because he wants us to “share his joy completely”, and it is this true, profound oneness based on mutual love that brings us the fullness of joy.

The “world” often distracts us from this profound wisdom and calling by convincing us that other things will make us happy – power, prestige, prosperity, popularity, and pleasure (what I call the “5 P’s”) pull on all our minds and hearts, but ultimately leave us empty. When we embrace our baptismal grace and anointing into Jesus’ life and his mission as priest, prophet, and king, we enter into the path of true life, which always fills us with peace and joy. Jesus is praying for this out loud for the apostles, so they can glimpse the relationship he has with the Father and begin to understand that they are called to enter into this same communion and this same mission. “Just as the Father sent me, so I send you” (Jn 20:21).

There is another glimpse into the realities we face each day: Jesus specifically asks the Father to “keep them from the Evil One.” The Enemy of our souls is always at work to distract and detract with the clever lie and confusion, and keep us reaching in the wrong direction for all we need, just as he did with Adam and Eve. They gave into the lie, letting their trust in God’s love for them shrivel up, and grasping for something that was not theirs to have. They believed the lie that this would make them happy. But the result of giving into this lie was a human catastrophe that reaches through every life all the way to the end of time!

Jesus, who IS Truth, came to fix this catastrophe, and he asks the Father to consecrate his followers in the truth. We are called to embrace the fullness of Truth so that we can receive the fullness of joy. But clinging to the hard Truth in the face of the Lie can be a difficult thing. Admittedly, it is not always clear or easy to our fallen natures, and will always meet with opposition from the world, our own weakness, and the many distractions from the Enemy. So let us ask for the grace to remain steadfast and adhere to ultimate Truth in all things, so that we will be blessed with the joy and peace for which we are created. 

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Cada vez que Jesús levanta los ojos al cielo para dirigirse a su Padre, se nos permite un vistazo de los anhelos profundos de su Corazón, ardiente y movido sólo por el amor, el amor al Padre y el amor a nosotros. El deseo de Jesús es la unidad que solo el amor hace posible y hace real. Reza para que seamos uno en el amor así como él es uno con el Padre en el amor.

¿Por qué desea esto? Porque quiere que “mi gozo llegue a su plenitud en ellos”, y es esta unidad verdadera y profunda basada en el amor recíproco la que nos lleva a la plenitud de la alegría.

El “mundo” a menudo nos distrae de esta profunda sabiduría y llamado al convencernos de que otras cosas nos harán felices: el poder, el prestigio, la prosperidad, la popularidad y el placer (lo que yo llamo las “5 P’s”) atraen todas nuestras mentes y corazones, pero al final nos dejan vacíos. Cuando aceptamos la gracia y unción bautismal dentro de la vida de Jesús y su misión como sacerdote, profeta y rey, entramos en el camino de la vida verdadera, que siempre nos llena de paz y alegría. Jesús está orando por esto en voz alta por los apóstoles, para que puedan tener un vistazo de la relación que tiene con el Padre y comienzan a comprender que están llamados a entrar en esta misma comunión y esta misma misión. “Así como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo” (Jn 20,21).

Hay otro vistazo a las realidades que enfrentamos cada día: Jesús le pide específicamente al Padre que “que los libres del mal”. El Enemigo de nuestras almas siempre está trabajando para distraernos con la mentira y la confusión astutas, y mantenernos buscando en la dirección equivocada todo lo que necesitamos, tal como lo hizo con Adán y Eva. Cedieron a la mentira, dejando que su confianza en el amor de Dios por ellos se marchitara, y aferrándose a algo que no les pertenecía. Creyeron la mentira de que esto los haría felices. ¡Pero el resultado de ceder a esta mentira fue una catástrofe humana que se extiende a través de cada vida hasta el final de los tiempos!

Jesús, que ES Verdad, vino a arreglar esta catástrofe, y le pide al Padre que consagre a sus seguidores en la verdad. Estamos llamados a aceptar la plenitud de la Verdad para que podamos recibir la plenitud de la alegría. Pero aferrarse a la dura verdad frente a la mentira puede ser algo difícil. Es cierto que no siempre es claro o fácil para nuestras naturalezas caídas, y siempre se encontrará con la oposición del mundo, nuestra propia debilidad y las muchas distracciones del Enemigo. Así que pidamos la gracia de permanecer firmes y adherirnos a la Verdad última en todas las cosas, para que seamos bendecidos con el verdadero gozo y paz.

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Kathryn Mulderink, MA, is married to Robert, Station Manager for Holy Family Radio. Together they have seven children (including Father Rob), and seven grandchildren. She is President of the local community of Secular Discalced Carmelites and has published five books and many articles. Over the last 30 years, she has worked as a teacher, headmistress, catechist, Pastoral Associate, and DRE, and as a writer and voice talent for Catholic Radio. Currently, she serves the Church by writing and speaking, and by collaborating with various parishes and to lead others to encounter Christ and engage their faith. Her website is www.KathrynTherese.com

Feature Image Credit: Karolina Grabowska, www.pexels.com/photo/a-close-up-shot-of-a-woman-holding-a-rosary-while-praying-5311314/

The Perfect Evangelist / El Evangelista Perfecto

In the Gospel today there is a beautiful conversation between Jesus Christ and God the Father. Jesus is the perfect evangelist, stating that he has revealed the name of God to all people. It is no mistake that the First Reading also shows Paul explaining all the steps he has taken to bring people into the life of the Gospel. Both Paul and Jesus know that their hour has come and that they will be put to death for the things they have preached, but they move forward steadfastly to accomplish their mission. 

Many of us are probably not called to be martyrs for the Lord, but these two texts of Scripture highlight the importance of evangelization, modeling how to do it and giving reasons why we have a responsibility to preach the good news to all. This might be a little scary or overwhelming for those of us who do not feel as worthy as a Paul or Jesus to preach the Gospel, but the Catechism is clear that all men should be willing to give the reason for the joy that they have in Christ. 

More than just giving us a missionary mandate, the Catechism of the Catholic Church (paragraph 6) outlines three ways we can bring the Gospel to all people. “The initial proclamation of the Gospel or missionary preaching to arouse faith; examination of the reasons for belief; experience of Christian living; celebration of the sacraments; integration into the ecclesial community; and apostolic and missionary witness.” 

It may seem daunting to try to articulate all of these principles, but the reality is that all of us have been given specific gifts that will lend themselves to one of these specific areas. Some have been blessed with a higher knowledge of spiritual truths, others have been blessed with the gift of hospitality to help serve their fellow man, and still others have a deep prayer life that you can always count on when you need someone to speak to God on your behalf. Maybe during this Easter season we can ask the Lord what gifts he has given us and how specifically he is calling us to preach the Gospel.

All of us are called to give a reason for the hope within us. God wants you to be a part of his glorious plan to save all men. All we have to do is pray, trust in the gifts we have been given, and take courage from the grace the Lord gives us. As St. John Paul II said so many times during his pontificate, “Be not afraid”. God believes in you. Trust that God hasn’t made a mistake. You can be an incredible witness to the Gospel! 

From all of us here at Diocesan, God bless!

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En el Evangelio de hoy hay una hermosa conversación entre Jesucristo y Dios Padre. Jesús es el evangelista perfecto, afirmando que ha revelado el nombre de Dios a todas las personas. No es un error que la Primera Lectura también muestra a Pablo explicando todos los pasos que ha dado para llevar a las personas a la vida del Evangelio. Tanto Pablo como Jesús saben que ha llegado su hora y que serán condenados a muerte por las cosas que han predicado, pero avanzan con firmeza para cumplir su misión.

Muchos de nosotros probablemente no estamos llamados a ser mártires por el Señor, pero estos dos textos de la Escritura resaltan la importancia de la evangelización, dan un modelo de cómo hacerlo y razones por las que tenemos la responsabilidad de predicar las buenas nuevas a todos. Esto puede ser un poco aterrador o abrumador para aquellos de nosotros que no nos sentimos tan dignos como Pablo o Jesús para predicar el Evangelio, pero el Catecismo es claro en que todos los hombres deben estar dispuestos a dar la razón de la alegría que tienen en Cristo.

Más que simplemente darnos un mandato misionero, el Catecismo de la Iglesia Católica (párrafo 6) describe tres formas en que podemos llevar el Evangelio a todas las personas. “[El] primer anuncio del Evangelio o predicación misionera para suscitar la fe; búsqueda de razones para creer; experiencia de vida cristiana: celebración de los sacramentos; integración en la comunidad eclesial; testimonio apostólico y misionero “.

Puede parecer desalentador tratar de articular todos estos principios, pero la realidad es que a todos se nos han dado dones específicos que se prestarán a una de estas áreas específicas. Algunos han sido bendecidos con un mayor conocimiento de las verdades espirituales, otros han sido bendecidos con el don de la hospitalidad para ayudar a servir a sus prójimos, y otros tienen una vida de oración profunda con la que siempre puedes contar cuando necesitas a alguien para hablar con Dios a nombre tuyo. Tal vez durante este tiempo de Pascua podamos preguntarle al Señor cuáles dones nos ha dado y cómo específicamente nos está llamando a predicar el Evangelio.

Todos estamos llamados a dar razón de la esperanza que hay en nosotros. Dios quiere que seas parte de su glorioso plan para salvar a todos los hombres. Todo lo que tenemos que hacer es orar, confiar en los dones que se nos han dado y tomar valor de la gracia que el Señor nos da. Como dijo San Juan Pablo II tantas veces durante su pontificado, “No teman”. Dios cree en ti. Confía en que Dios no se ha equivocado. ¡Puedes ser un testigo increíble del Evangelio!

De parte de todos nosotros aquí en Diocesan, ¡Dios los bendiga!

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Tommy Shultz is a Business Development Representative for Diocesan. In this role he is committed to bringing the best software to dioceses and parishes while helping them evangelize on the digital continent. Tommy has worked in various diocese and parish roles since his graduation from Franciscan University with a Theology degree. He hopes to use his skills in evangelization, marketing, and communications, to serve the Church and bring the Good News to all. His favorite quote comes from St. John Paul II, who said, “A person is an entity of a sort to which the only proper and adequate way to relate is love.”

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Peace in Me / La Paz en Cristo

“I have told you this so that you might have peace in me. In the world you will have trouble, but take courage, I have conquered the world” (Jn 16:29-33) are among the last words Jesus speaks to the Apostles before entering his passion. He is offering words of consolation not just for the events soon to transpire as he crucified for our sins but for the days and years to follow, for the Apostles and for us, as well.

What Jesus offers is truly the peace this world cannot give because any earthly consolation we cling to will eventually fade or be disrupted by our next crisis or passing concern. Earlier in John’s Gospel, Jesus declares, “Peace I leave with you; my Peace I give to you. I do not give to you as the world gives. Do not let your hearts be troubled, and do not let them be afraid.” If Jesus repeats a message, it is to assure that his disciples don’t miss its importance. 

So, what causes your heart to be troubled? Do you currently face tribulations robbing you of peace? Do you believe that in Jesus, you will find lasting peace? 

In Luke 10:34, we met two sisters, Mary and Martha of Bethany, whose interaction with Jesus during a visit to their home teaches us all a valuable lesson on maintaining a peaceful heart. Martha, busy cleaning, preparing the meal, and serving her guests (of which Jesus is among), is angry with her sister’s lack of assistance. Perturbed, she implores Jesus to force her sister to help. Mary, we find at the feet of Jesus, listening and learning from the Master. Jesus commends Mary’s choosing the good portion (or the better part) and tells Martha it will not be taken from her. Martha is anxious and worried about many things, but Jesus points out only one thing is needed. He, and our time with him, is that one thing! Without time for worship and prayer, finding peace in Jesus – the peace this world cannot give – may be impossible. 

Let’s explore one more verse. How would you answer Jesus’ question, “Do you now believe?” If not in him, then where do you place your trust? Faith is one of our greatest treasures, and “For where your treasure is, there your heart will be also” (Luke 12:34). Our peace can be shattered through a lack of faith, belief, and trust in the one true God; if you rely on the fleeting, you will never rest on secure and solid ground. 

Take heart, for we know the rest of the story. Jesus has conquered the world; he has overcome death and opened the gates of heaven. Knowing that alone, nothing should shake our soul or rob our Peace.  

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“Les he dicho estas cosas, para que tengan paz en mí. En el mundo tendrán tribulaciones; pero tengan valor, porque yo he vencido al mundo” (Jn 16,29-33) son algunas de las últimas palabras que Jesús dirige a los Apóstoles antes de entrar en su pasión. Está ofreciendo palabras de consuelo no sólo por los eventos que pronto ocurrirán cuando fue crucificado por nuestros pecados, sino también por los días y años siguientes, para los Apóstoles y para nosotros.

Lo que Jesús ofrece es verdaderamente la paz que este mundo no puede dar porque cualquier consuelo terrenal al que nos aferramos eventualmente se desvanecerá o será interrumpido por nuestra próxima crisis o preocupación pasajera. Anteriormente en el Evangelio de Juan, Jesús declara: “La paz les dejo; mi Paz les doy. No se lo doy como lo da el mundo. No se turbe su corazón, ni tenga miedo.” Si Jesús repite un mensaje, es para asegurarse de que sus discípulos no pierdan de vista su importancia.

Entonces, ¿qué hace que tu corazón se turbe? ¿Actualmente enfrentas tribulaciones que te roban la paz? ¿Crees que en Jesús encontrarás paz duradera?

En Lucas 10:34, nos encontramos con dos hermanas, María y Marta de Betania, cuya interacción con Jesús durante una visita a su hogar nos enseña a todos una valiosa lección sobre cómo mantener un corazón en paz. Marta, ocupada limpiando, preparando la comida y sirviendo a sus invitados (incluyendo a Jesús), está enojada por la falta de ayuda de su hermana. Perturbada, implora a Jesús que obligue a su hermana a ayudar. María, se encuentra a los pies de Jesús, escuchando y aprendiendo del Maestro. Jesús felicita a María por elegir la buena parte (o la mejor parte) y le dice a Marta que no se la quitará. Marta está ansiosa y preocupada por muchas cosas, pero Jesús señala que solo se necesita una cosa, ¡él, y nuestro tiempo con él! Sin tiempo para la adoración y la oración, encontrar la paz en Jesús, la paz que este mundo no puede dar, puede ser imposible.

Exploremos un versículo más. ¿Cómo responderías a la pregunta de Jesús: “¿De veras creen?” Si no es en él, ¿dónde pones tu confianza? La fe es uno de nuestros mayores tesoros, y “Porque donde esté su tesoro, allí estará también su corazón” (Lucas 12:34). Nuestra paz puede ser destrozada por la falta de fe, creencia y confianza en el único Dios verdadero; si confías en lo pasajero, nunca descansarás en terreno seguro y sólido.

Anímense, porque conocemos el resto de la historia. Jesús ha vencido al mundo; ha vencido a la muerte y ha abierto las puertas del cielo. Sabiendo eso, nada debe sacudir nuestra alma o robar nuestra paz.

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Allison Gingras ( www.ReconciledToYou.com ) — Shares her love of the Catholic Faith with stories, laughter, and honesty as experienced in the ordinary of life! Her writing includes Encountering Signs of Faith (Ave Maria Press) and the Stay Connected Journals for Women (OSV). Allison is a Catholic Digital Media Specialist for Family Rosary, Catholic Mom, and the Fall River Diocese. She hosts A Seeking Heart podcast and is co-host of the Catholic Momcast podcast.

Feature Image Credit: Amor Santo, cathopic.com/photo/2657-after-taking-the-communion

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The Great Commission / La Gran Comisión

“He would be everywhere, whenever his friends gathered to pray. He would continue to act through them just as he promised: forgiving sins, sharing mercy, bringing young and old into the embrace of eternal life through Baptism, and feeding their very souls with himself, the Bread of Life. He would remain on earth through his Church.” (Great Adventure Kids Catholic Bible Chronicles, by Amy Welborn, p 265)

There is one command at the end of the Gospel of Matthew; to go and make disciples. A disciple doesn’t just believe, but acts. He imitates his leader. As we recognize in James 2:26 that faith without works is dead, we are called to live our faith out in our daily life. By doing so, we inspire others to follow similarly. 

Catholic Social Teaching explains, “No one can be a Christian merely for his own benefit. Coming to Jesus, seeking his friendship, and following him also means publicly professing faith in him, allowing him to speak to us and commission us.  All of us must be ‘messengers’ and ‘witnesses’ of the Gospel.” (DOCAT 235)

So that we might proclaim the Kingdom of God in word and deed, God gives us the gifts of the Holy Spirit. Having wonder and awe of how good God is, we will seek to please Him by sharing this same goodness. We show what we believe by loving one another. 

In the end, God will measure our lives by how much we love. How much we love Him will show by spilling over to how much we love those that he has placed in our path. Christ lives in us through our words, healing, sharing, acts of kindness and mercy. Unconditionally serving one another is essential to true love. 

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Él estaría en todas partes, siempre que sus amigos se reunían para orar. Continuaría actuando a través de ellos tal como lo prometió: perdonando los pecados, compartiendo la misericordia, llevando a jóvenes y mayores al abrazo de la vida eterna a través del Bautismo, y alimentando sus almas con sí mismo, el Pan de Vida, permanecerá en la tierra a través de su Iglesia”. (Great Adventure Kids Catholic Bible Chronicles, por Amy Welborn, p 265)

Hay un mandamiento al final del Evangelio de Mateo; para ir y hacer discípulos. Un discípulo no sólo cree, sino que actúa. Imita a su líder. Como reconocemos en Santiago 2:26 que la fe sin obras es muerta, estamos llamados a vivir nuestra fe en nuestra vida diaria. Al hacerlo, inspiramos a otros a seguir de manera similar.

La enseñanza social de la Iglesia explica: “Nadie puede ser cristiano sólo por su propio beneficio. Ir a Jesús, buscar su amistad y seguirlo significa también profesar públicamente la fe en él, dejar que nos hable y nos encomiende. Todos nosotros debemos ser ‘mensajeros’ y ‘testigos’ del Evangelio”. (DOCAT 235)

Para que podamos proclamar el Reino de Dios en palabra y obra, Dios nos da los dones del Espíritu Santo. Sintiéndonos maravillados y asombrados de lo bueno que es Dios, buscaremos agradarle compartiendo esta misma bondad. Mostramos lo que creemos amándonos unos a otros.

Al final, Dios medirá nuestras vidas por cuánto amamos, y eso se demuestra al derramar el amor a aquellos que él ha puesto en nuestro camino. Cristo vive en nosotros a través de nuestras palabras, la sanación, al compartir, los actos de bondad y la misericordia. Servirnos incondicionalmente unos a otros es esencial para el amor verdadero.

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Dr. Alexis Dallara-Marsh is a board-certified neurologist who practices in Bergen County, NJ. She is a wife to her best friend, Akeem, and a mother of two little ones on Earth and two others in heaven above.

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Content and Charisma / Contenido y Carisma

In our First Reading, we encounter Apollos, an eloquent Jewish convert who speaks in the synagogue. He has an interesting situation: Apollos is knowledgeable and well spoken, but he does not know of Christ’s baptism, only the baptism of John. As he preaches and as he presumably converts others, Priscilla and Aquila take him aside to correct him and fill in the gaps in his instruction. Once instructed, he is sent on his way with encouragement and becomes an even more successful preacher.

We may have encountered people who remind us of Apollos. They have the charisma to evangelize, and they may even be intelligent and eloquent, but they do not have the whole picture. We may listen to them attentively and eagerly, only to be surprised when they are mistaken about something important regarding Faith or morality. Their heart is in the right place but perhaps they need additional catechesis to effectively spread the Gospel. 

Our reading today makes it clear that both content and charisma are important to effectively preach the Gospel. We can have a whole host of natural gifts, but we need to be clear on our topic and make sure any gaps are filled in with the proper formation. Thankfully, this does not have to be complicated or time-consuming, as Apollos’ case shows. All it took was for Priscilla and Aquila to pull him aside and explain to him that Jesus had called for a new type of baptism, and he was off to the races. With his preaching complete, he could be a more effective witness to the Resurrection.

Drawing from this example, we can pray for the grace to be an effective witness of Christ to others. Apollos needed both human virtues and knowledge of the divine to be the best disciple possible. If we are lacking in charisma to communicate effectively, we can practice our writing and speaking, honing our human talents so that we provide an effective conduit for grace. If we are lacking in the proper formation in faith or morals, we can seek it out, filling in any gaps so that we are not unintentionally leading others astray and are not caught off guard when an unexpected topic arises. Either way, we can pray for both the charisma to preach the Gospel enthusiastically and the understanding to preach on the right topics with the right level of depth for the audience at hand.

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En nuestra Primera Lectura, nos encontramos con Apolos, un elocuente judío convertido que habla en la sinagoga. Tiene una situación interesante: Apolos es sabio y bien hablado, pero no sabe del bautismo de Cristo, solo del bautismo de Juan. Mientras predica y presumiblemente convierte a otros, Priscila y Aquila lo llevan aparte para corregirlo y llenar los vacíos en su instrucción. Una vez instruido, se le envía en su camino con ánimo y se convierte en un predicador aún más exitoso.

Es posible que nos hayamos encontrado con personas que nos recuerdan a Apolos. Tienen el carisma para evangelizar, e incluso pueden ser inteligentes y elocuentes, pero no tienen el panorama completo. Podemos escucharlos con atención y entusiasmo, sólo para sorprendernos cuando se equivocan en algo importante relacionado con la fe o la moral. Su corazón está en el lugar correcto, pero tal vez necesitan catequesis adicional para difundir el Evangelio de manera efectiva.

Nuestra lectura de hoy deja en claro que tanto el contenido como el carisma son importantes para predicar el Evangelio con eficacia. Podemos tener una gran cantidad de dones naturales, pero debemos ser claros en nuestro tema y asegurarnos de que los vacíos se llenan con la formación adecuada. Afortunadamente, esto no tiene por qué ser complicado ni llevar mucho tiempo, como muestra el caso de Apolos. Lo único necesario fue que Priscila y Aquila le explicaran que Jesús había pedido un nuevo tipo de bautismo, y ya estaba listo para seguir enseñando. Predicando de forma más completa, podría ser un testigo más eficaz de la Resurrección.

Partiendo de este ejemplo, podemos orar por la gracia de ser un testimonio eficaz de Cristo para los demás. Apolos necesitaba tanto las virtudes humanas como el conocimiento de lo divino para ser el mejor discípulo posible. Si nos falta carisma para comunicarnos de manera efectiva, podemos practicar nuestra escritura y expresión oral, perfeccionando nuestros talentos humanos para que proporcionemos un conducto efectivo para la gracia. Si nos falta la formación adecuada en la fe o la moral, podemos buscarla, llenando cualquier vacío para no desviar involuntariamente a otros y no ser tomados por sorpresa cuando surge un tema inesperado. De cualquier manera, podemos orar tanto por el carisma para predicar el Evangelio con entusiasmo como por el entendimiento para predicar sobre los temas correctos con el nivel adecuado de profundidad para la audiencia en cuestión.

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David Dashiell is a freelance author and editor in Nashville, Tennessee. He has a master’s degree in theology from Franciscan University, and is the editor of the anthology Ever Ancient, Ever New: Why Younger Generations Are Embracing Traditional Catholicism.

Feature Image Credit: Amor Santo, cathopic.com/photo/1649-speaking-of-love

Joy That Cannot Be Taken / La Alegría Que No se te Puede Quitar

In the First Reading from Acts Jesus tells Paul not to be afraid to speak and that Jesus is with him. Jesus promises us more in the verses from John’s Gospel. Our grief and mourning will be turned to joy; that Jesus will return; that the Father will give us what we ask. 

We do not know the day or the hour when Jesus will return. Our faith is based on the hope of his return and our joining him in heaven. Does this mean we wait without joy and must live with unanswered prayers? Not at all. Our joy comes when we trust in God’s will for us and lean on him to show us the way, as Paul does in Acts. 

Our joy, to be steadfast, must be rooted in Christ. St. Ignatius of Loyola reminds us that we need to detach from the things which keep us from God. Fr. Dolindo Ruotolo, in his beautiful Surrender Novena, encourages us to surrender our worries, our worldly concerns, and our struggles to Jesus. 

When we reach the point where we no longer question Jesus about anything, when we have detached and surrendered, we will have true joy. I pray often for the grace to detach and surrender. Those two words offer us both comfort and consternation. It is in the giving up of ourselves that has us pause, asking “what if” over and over. We know that greater things await when we surrender, but in our humanity we are afraid. Paul is an imposing example of a man who changed his life for Christ. He approached living for him in a radical and total commitment of detachment and surrender. And then he found joy!

Whatever you are being asked to detach and surrender today, pray for the grace to do as well as Paul did so that you find the joy that comes from loving Christ fully.

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En la Primera Lectura de Hechos, Jesús le dice a Pablo que no tenga miedo de hablar y que Jesús está con él. Jesús nos promete más en los versículos del Evangelio de Juan. Nuestro dolor y luto se convertirán en alegría; que Jesús volverá; que el Padre nos dará lo que le pidamos.

No sabemos el día ni la hora en que Jesús volverá. Nuestra fe se basa en la esperanza de su regreso y nuestra unión con él en el cielo. ¿Esto significa que esperamos sin alegría y debemos vivir con oraciones sin respuesta? Para nada. Nuestro gozo viene cuando confiamos en la voluntad de Dios para nosotros y nos apoyamos en él para que nos muestre el camino, como lo hace Pablo en los Hechos.

Nuestro gozo, para ser firme, debe estar arraigado en Cristo. San Ignacio de Loyola nos recuerda que debemos desapegarnos de las cosas que nos alejan de Dios. Padre Dolindo Ruotolo, en su hermosa Novena de Entrega, nos anima a entregar nuestras preocupaciones, problemas mundanos y nuestras batallas a Jesús.

Cuando lleguemos al punto en que ya no interroguemos a Jesús sobre nada, cuando nos hayamos desprendido y entregado, tendremos verdadera alegría. Rezo a menudo por la gracia de separarme y entregarme. Esas dos palabras nos ofrecen tanto consuelo como consternación. Es en el abandono de nosotros mismos que nos hace hacer una pausa, preguntando “qué pasaría si” una y otra vez. Sabemos que nos esperan cosas mayores cuando nos rendimos, pero en nuestra humanidad tenemos miedo. Pablo es un ejemplo imponente de un hombre que cambió su vida por Cristo. Se acercó a vivir para él en un compromiso radical y total de desprendimiento y entrega. ¡Y luego encontró la alegría!

Independientemente de lo que se te pida que despegues y entregues hoy, ora por la gracia de hacerlo tan bien como lo hizo Pablo para que encuentres el gozo que proviene de amar a Cristo plenamente.

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Deanna G. Bartalini, M.Ed.; M.P.A., is a certified spiritual director, writer, speaker and content creator. The LiveNotLukewarm.com online community is a place to inform, engage and inspire your Catholic faith. Her weekly Not Lukewarm Podcast gives you tips and tools to live out your faith in your daily life.

Feature Image Credit: Mohamed Nohassi, unsplash.com/photos/odxB5oIG_iA

A Little While / Dentro de un Rato

I have a hard time waiting for change. Don’t misunderstand me, I am patient in most situations, and I get better with each passing year.  There are some instances, however, which are really challenging: waiting for results (academic, job related or medical), transitions, help when in need, and births or deaths. To hear the phrase, “in a little while”, as a response during conversation can cause stress or bring back thoughts of wants and dreams which never came to pass.

 “A little while” is typically used as a signal to wait. No one knows for how long: minutes, days, months, milenia or a blink of an eye. There is no context for the unknown time or change that will occur, only the anticipation that something will happen. 

The apostles were familiar with the phrase as Jesus used it in His teachings in today’s Gospel. “A little while and you no longer see me, and again a little while and you will see me.” Jn 16:16  His followers were confused. They had no idea that Jesus would ascend into heaven. They did not understand when Jesus told them their grief would become joy, spoken in anticipation of the Ascension and the descent of the Holy Spirit, that the apostles could not fathom.

The disciples had forgotten what Jesus said to them at the Last Supper. The Alleluia Verse is part of those Gospel passages. John 14:18-20 states, “I will not leave you orphans: I will come back to you, and your hearts will rejoice.”  The apostles’ trust in Jesus was not yet complete. There was still doubt and misunderstanding as to what Jesus’ words truly meant in their lives; I occasionally share these feelings as well. 

The phrase, “a little while” is now a reminder for me to stop and pray. I came across this prayer a little while ago. I invite you to pray it with me:

Father, forgive me for all my worries, fears and doubts. Forgive my impatience as I wait in this place. Forgive my questioning of the journey that is before me. I believe, help me in my unbelief! Help me to remember that it is good to wait for you. Grant me the joy that comes from knowing you. Fill my heart with your Way. Amen

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Me cuesta mucho esperar el cambio. No me malinterpreten, soy paciente en la mayoría de las situaciones y mejoro con cada año que pasa. Sin embargo, hay algunos casos que son realmente desafiantes: esperar resultados (académicos, relacionados con el trabajo o médicos), transiciones, ayuda cuando se necesita y nacimientos o muertes. Escuchar la frase “dentro de un rato” como respuesta durante una conversación puede causar estrés o traer de vuelta pensamientos de deseos y sueños que nunca se cumplieron.

 “Dentro de un rato” se dice cuando hay que esperar. Nadie sabe por cuánto tiempo: minutos, días, meses, milenios o un abrir y cerrar de ojos. No hay contexto para el tiempo desconocido o el cambio que ocurrirá, sólo la anticipación de que algo sucederá.

Los apóstoles estaban familiarizados con la frase tal como la usó Jesús en Sus enseñanzas en el Evangelio de hoy. “Dentro de poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me volverán a ver”. Jn 16:16 Sus seguidores estaban confundidos. No tenían idea de que Jesús ascendería al cielo. No entendieron cuando Jesús les dijo que su dolor se convertiría en alegría, dicho en anticipación de la Ascensión y la venida del Espíritu Santo, que los apóstoles no podían comprender.

Los discípulos habían olvidado lo que Jesús les dijo en la Última Cena. La Aclamación antes del Evangelio es parte de esos pasajes del Evangelio. Juan 14:18-20 dice: “No los dejaré desamparados, dice el Señor; me voy, pero volveré a ustedes y entonces se alegrará su corazón.” La confianza de los apóstoles en Jesús aún no estaba completa. Todavía había dudas y malentendidos en cuanto a lo que realmente significaban las palabras de Jesús en sus vidas; De vez en cuando también comparto estos sentimientos.

La frase, “dentro de un rato” ahora es un recordatorio para mí de detenerme y orar. Me encontré con esta oración hace un tiempo. Te invito a rezarla conmigo:

Padre, perdóname por todas mis preocupaciones, miedos y dudas. Perdone mi impaciencia mientras espero en este lugar. Perdona mi cuestionamiento del camino que tengo por delante. ¡Creo, ayúdame en mi incredulidad! Ayúdame a recordar que es bueno esperarte. Concédeme la alegría que proviene de conocerte. Llena mi corazón. Amén

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Beth Price is part of the customer care team at Diocesan. She is a Secular Franciscan (OFS) and a practicing spiritual director. Beth shares smiles, prayers, laughter, a listening ear and her heart with all of creation. Reach her here bprice@diocesan.com.

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