Forgiveness and Restoration / Perdón y Restauración

Breakfast on the beach with Jesus would not have been enough to convince the deeply sorrowful Peter that he was still loved by Jesus, still trusted enough by Jesus to lead the Church. Peter, who had protested boldly that he would die for Jesus, had almost immediately denied his dear Friend and Savior, the One he had declared to be the Christ, the Son of God; three times during His most difficult hours, Peter said he did not even know Him.

Peter had wept bitterly over this betrayal, and his tears still probably flowed intermittently at the thought of it. And now, the once proud and outspoken Peter – Kepha, the Rock – was standing again face to face with the One he loved but had not supported in His time of need. How could he forgive himself and stand tall before him?

He could not. But Jesus, the ever-merciful, ever-loving, ever-generous One, could. We see the Savior not content to leave Peter in his sorrowful state of regret, but reaching down to allow him to attest to his love three times, to make up for his three denials. Even more, Jesus draws Peter into his own role as the Good Shepherd, commanding him three times to feed His sheep. Peter’s fear caused him to deny his Lord, which ruptured his closeness to Jesus; Jesus brings him even closer than his original friendship, elevating him to head of the new family of God, the one who shepherds his sheep.

Peter is called to let go of his previous fear and return to the Arms of Love – the disciple must love the Son as the Son loves the Father and the Father loves the Son, so that he can be drawn into that very love. “Follow me,” Jesus commands. Peter will ultimately give everything for this love, laying down his life as Jesus did. Like the Master before him, he will love unto death, in unconditional acceptance of the will of the Father, truly proving his love beyond words.

This is what Jesus offers each of us: in the sacrament of Confession, He offers His merciful forgiveness and restoration of all that our sins disfigure in us, and grace in abundance. Peter had wavered in the difficult hours of the Passion, but we witness Christ renewing him wholly and restoring him to the place he was called to fill: the Rock on which Jesus would build His Church, the primacy of authority over His Family on earth.

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Desayunar en la playa con Jesús no habría sido suficiente para convencer a Pedro, que estaba profundamente afligido, de que Jesús todavía lo amaba y aún confiaba lo suficiente en él para dirigir la Iglesia. Pedro, que había protestado audazmente que moriría por Jesús, casi de inmediato había negado a su querido Amigo y Salvador, Aquel que había declarado ser el Cristo, el Hijo de Dios; Tres veces durante sus horas más difíciles, Pedro dijo que ni siquiera lo conocía.

Peter había llorado amargamente por esta traición, y sus lágrimas probablemente todavía fluían de vez en cuando al pensar en ello. Y ahora, el Pedro que era orgulloso y franco  – Kepha, la Roca – estaba nuevamente frente a frente con Aquel a quien amaba pero a quien no había apoyado en Su momento de necesidad. ¿Cómo podría perdonarse a sí mismo y mantenerse erguido ante él?

La verdad es que no podría por sí mismo. Pero Jesús, el siempre misericordioso, siempre amoroso y siempre generoso, sí pudo. Vemos al Salvador no contento con dejar a Pedro en su doloroso estado de arrepentimiento, sino que se inclina para permitirle dar testimonio de su amor tres veces, para compensar sus tres negaciones. Aún más, Jesús atrae a Pedro a su propio papel de Buen Pastor, ordenándole tres veces que apaciente a sus ovejas. El miedo de Pedro le hizo negar a su Señor y rompió su cercanía a Jesús; Jesús lo acerca aún más que su amistad original, elevándolo a cabeza de la nueva familia de Dios, el que pastorea sus ovejas.

Pedro está llamado a dejar atrás su miedo anterior y regresar a los Brazos del Amor: el discípulo debe amar al Hijo como el Hijo ama al Padre y el Padre ama al Hijo, para que pueda ser atraído a ese mismo amor. “Sígueme”, ordena Jesús. Pedro, en última instancia, lo dará todo por este amor, entregando su vida como lo hizo Jesús. Como el Maestro antes que él, amará hasta la muerte, en aceptación incondicional de la voluntad del Padre, demostrando verdaderamente su amor más allá de las palabras.

Esto es lo que Jesús nos ofrece a cada uno de nosotros: en el sacramento de la Confesión, ofrece su perdón misericordioso y la restauración de todo lo que nuestros pecados desfiguran en nosotros, y gracia en abundancia. Pedro había vacilado en las horas difíciles de la Pasión, pero somos testigos de cómo Cristo lo renueva totalmente y lo devuelve al lugar que estaba llamado a ocupar: la Roca sobre la cual Jesús construiría Su Iglesia, la primacía de autoridad sobre Su Familia en la tierra.

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Kathryn Mulderink, MA, is married to Robert, Station Manager for Holy Family Radio. Together they have seven children (including Father Rob), and seven grandchildren. She is President of the local community of Secular Discalced Carmelites and has published five books and many articles. Over the last 30 years, she has worked as a teacher, headmistress, catechist, Pastoral Associate, and DRE, and as a writer and voice talent for Catholic Radio. Currently, she serves the Church by writing and speaking, and by collaborating with various parishes and to lead others to encounter Christ and engage their faith. Her website is www.KathrynTherese.com

Feature Image Credit: Fernando Nunes, cathopic.com/photo/8745-saint-peter 

We are Gifts / Somos Regalos

There is great depth in today’s readings. I had to read and take to prayer both passages many times during my preparation for this reflection. It is a gift to spend time with the Bible. Every reading of these Sacred Scriptures finds me at a different time in my life experiences as well as the happenings in the world.

In the first reading, Paul was brought before the whole Sanhedrin, which consists of Sadducees and Pharisees. A Pharisee himself, as his father was before him, Paul addressed the group, “ I am on trial for hope in the resurrection of the dead.” His statement caused an uproar amongst the membership due to the fact that Sadducees believed that there was no resurrection, angels or spirits and Pharisees acknowledged all three of these things.

The commander of the guard noticed how serious the situation was and had Paul rescued from the midst of the compound by his troops. Paul was saved from this situation so he could speak the truth of Jesus’ resurrection and love throughout Rome, as the Lord asked him to.

The Gospel contains a phrase that really caught my attention. Jesus prayed with his eyes lifted to heaven: “they are your gift to me.” (Jn 17:24)  Wait, what did I just read? It has never occurred to me that we are a gift from the heavenly Father to Jesus.

Wow. We are a gift to spread the love of the Lord throughout the world as His disciples. We are to do this through the words, witness and message of Jesus Christ. Every person is a gift created in the image of God. We know this because Jesus refers to his disciples as brothers and sisters.

The gifts of the Holy Spirit are intensified in each person who receives the sacraments of the Catholic Church. Every time I receive the sacrament of Reconciliation or Eucharist it is a gift from the Lord to nourish and sustain me to stay on the path of truth and light.

I look forward to the celebration of Pentecost this coming Sunday! Come Holy Spirit!

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Hay gran profundidad en las lecturas de hoy. Tuve que leer y orar ambos pasajes muchas veces durante mi preparación para esta reflexión. Es un regalo pasar tiempo con la Biblia. Cada vez que leo las Sagradas Escrituras me encuentro en un momento diferente de mi vida con todas sus experiencias, y los acontecimientos del mundo son diferentes también.

En la primera lectura, Pablo fue llevado ante todo el Sanedrín, compuesto por saduceos y fariseos. Pablo, que era fariseo, como lo fue su padre también, se dirigió al grupo: “me quieren juzgar porque espero la resurrección de los muertos”. Su declaración causó un gran revuelo entre los miembros debido al hecho de que los saduceos creían que no había ni resurrección, ni ángeles ni espíritus, y los fariseos reconocían estas tres cosas.

El comandante de la guardia se dio cuenta de la gravedad de la situación e hizo que sus tropas rescataran a Pablo del medio del recinto. Pablo fue salvado de esta situación para poder hablar la verdad de la resurrección y el amor de Jesús por toda Roma, como el Señor se lo pidió.

El Evangelio contiene una frase que realmente me llamó la atención. Jesús oró con los ojos elevados al cielo: “los que me has dado”, (Jn 17,24) en otras palabras, los que me has regalado. Un momento. ¿Qué acabo de leer? Nunca se me había ocurrido que somos un regalo del Padre celestial hacia Jesús.

¡Increíble! Somos un regalo para difundir el amor del Señor por todo el mundo como Sus discípulos. Debemos hacer esto a través de las palabras, el testimonio y el mensaje de Jesucristo. Cada persona es un don creado a imagen de Dios. Sabemos esto porque Jesús se refiere a sus discípulos como hermanos y hermanas.

Los dones del Espíritu Santo se intensifican en cada persona que recibe los sacramentos de la Iglesia Católica. Cada vez que recibo el sacramento de la Reconciliación o la Eucaristía es un regalo del Señor para nutrirme y sostenerme para permanecer en el camino de la verdad y la luz.

¡Espero con ansias la celebración de Pentecostés el próximo domingo! ¡Ven, Espíritu Santo!

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Beth Price is part of the customer care team at Diocesan. She is a Secular Franciscan (OFS) and a practicing spiritual director. Beth shares smiles, prayers, laughter, a listening ear and her heart with all of creation. Reach her here bprice@diocesan.com.

Feature Image Credit: Carlos Daniel, cathopic.com/photo/10898-bread-fraction

Unity and Support in Christ / Unidad y Apoyo en Cristo

This passage is part of a prayer Jesus offered to God prior to his passion and death. It expresses his desire that we, the Church, may be one with God just as Jesus is one with God. He wants us to have his joy in a world where we will be hated. He asks God to keep the Church safe from the evil one because the Church is not of this world. 

I find this prayer comforting because it reminds me that Jesus knows what we are being asked to do – he did it too – and he is praying on our behalf. It’s increasingly difficult to raise a Catholic family in this world that we are in but not of. The societal narrative goes against many things Jesus taught as truth. It’s comforting that we were not tossed into a challenging situation by a God who isn’t prepared to be by our side. 

We are not alone as we strive to be one with God and raise families that are one with God. We were made for more – the world of heaven where we will be in full communion with our Lord. And while we are here in this world on earth, God surrounds us with others to support us. Who supports you as you raise your Catholic family? Hopefully we can count on our extended families and our parish communities. 

We believe God’s Word is truth (John 17:17) and we cling to that truth. The Catholic Church has remained for over 2000 years. Jesus founded it, Jesus prayed for it, and Jesus remains with us in it. 

Lord Jesus, surround us with good and faithful people with whom we can journey together. Help us to be that supportive person to others as well. 

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Este pasaje es parte de una oración que Jesús ofreció a Dios antes de su pasión y muerte. Expresa su deseo de que nosotros, la Iglesia, seamos uno con Dios así como Jesús es uno con Dios. Él quiere que tengamos su gozo en un mundo donde seremos odiados. Pide a Dios que mantenga a la Iglesia a salvo del maligno porque la Iglesia no es de este mundo.

Esta oración me consuela porque me recuerda que Jesús sabe lo que se nos pide que hagamos (él también lo hizo) y está orando por nosotros. Es cada vez más difícil formar una familia católica en este mundo, porque estamos aquí pero no somos de aquí. La narrativa social va en contra de muchas cosas que Jesús enseñó como verdad. Es reconfortante que no nos hayamos visto arrojados a una situación desafiante por un Dios que no está preparado para estar a nuestro lado.

No estamos solos mientras nos esforzamos por ser uno con Dios y criar familias que sean una con Dios. Fuimos creados para más: el mundo celestial donde estaremos en plena comunión con nuestro Señor. Y mientras estamos aquí en este mundo en la tierra, Dios nos rodea de otros para apoyarnos. ¿Quién te apoya mientras crías a tu familia católica? Ojalá podamos contar con nuestras familias extendidas y nuestras comunidades parroquiales.

Creemos que la Palabra de Dios es verdad (Juan 17,17) y nos aferramos a esa verdad. La Iglesia Católica ha permanecido durante más de 2000 años. Jesús la fundó, Jesús oró por ella y Jesús permanece con nosotros en ella.

Señor Jesús, rodéanos de personas buenas y fieles con quienes podamos caminar juntos. Ayúdanos a ser esa persona que apoya a los demás también.

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Merridith Frediani loves words and is delighted by good sentences. She also loves Lake Michigan, dahlias, the first sip of hot coffee in the morning, millennials, and playing Sheepshead with her husband and three kids. She writes for Catholic Mom, Diocesan.com, and her local Catholic Herald. Her first book Draw Close to Jesus: A Woman’s Guide to Adoration is available at Our Sunday Visitor and Amazon. You can learn more at merridithfrediani.com.

Feature Image Credit: Priscilla Du Preez, unsplash.com/photos/person-in-black-long-sleeve-shirt-holding-babys-feet-aPa843frIzI

Truth in Memes and Choices / La Verdad en los Memes y las Elecciones

Recently, I saw a meme that actually made me laugh out loud. 

The meme said that God factors in a person’s stupidity when putting a calling on one’s life. It went on to say that this was “the most comforting thing I ever heard.” 

In the Gospel today, Jesus tells us that we did not choose Him but He chose us to bear fruit and abide in Him. Not to deny the free will that we have as humans, but to acknowledge the call to live in Him that every human person has. Even so, God could foresee how we would choose. 

Every action, every “yes” or “no”, every step taken in life – God foresaw how we would choose and yet he still called us by name to follow him. The only way we can follow him is if we remain rooted in his love – Jesus, the Vine and us, the Branches. 

During these days between the Ascension and Pentecost, let us continue to pray for the gift of the Spirit who consoles and guides all who ask. May we ask the Spirit to guide our footsteps toward the True Vine. 

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Recientemente vi un meme que me hizo reír a carcajadas.

El meme decía que Dios tiene en cuenta la estupidez de una persona cuando pone un llamado en su vida. Continuó diciendo que esto fue “lo más reconfortante que he escuchado en mi vida”.

En el Evangelio de hoy, Jesús nos dice que no lo elegimos nosotros, sino que Él nos eligió para que demos fruto y permanezcamos en Él. No negar el libre albedrío que tenemos como humanos, sino reconocer el llamado a vivir en Él que tiene toda persona humana. Aun así, Dios pudo prever cómo elegiríamos.

Cada acción, cada “sí” o “no”, cada paso dado en la vida, Dios supo cómo elegiríamos y, sin embargo, nos llamó por nuestro nombre para seguirlo. La única manera de seguirlo es si permanecemos arraigados en su amor: Jesús, la Vid y nosotros, los ramos.

Durante estos días entre la Ascensión y Pentecostés, sigamos orando por el don del Espíritu que consuela y guía a todos los que lo piden. Que pidamos al Espíritu que guíe nuestros pasos hacia la Vid Verdadera.

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Mary Thissen is a St. Louis native living in East Central Illinois with her husband and children. She is blessed with twin boys Earthside and four children now living in Heaven. When she is not working as a healthcare data analyst or caring for her boys, she enjoys studying and writing about the Catholic faith and ministering to women who are suffering through miscarriage or infertility. You can connect with Mary on Instagram @waitingonmiracles. 

Feature Image Credit: @malenymedina, https://cathopic.com/photo/7501-the-vineyard 

Listen, Believe and Be Faithful / Escuchar, Creer y Ser Fiel

Mary’s message at Fatima, and wherever she appears, is foreshadowed in today’s Gospel. 

A woman calls out a blessing to Jesus’ mother after hearing him teach. In return, Jesus states, “…blessed are those who hear the word of God and observe it.” This becomes Mary’s message to us throughout the ages: listen, believe and be faithful. 

Mary’s message at Fatima is relatively simple. As complex and overwhelming as the problems of the world appear, they are, at their core, spiritual. Our response to those complexities and the difficulties we face, should also be spiritual. Mary promises, “My Immaculate Heart will triumph.” 

So how do we do that?  It starts with prayer. Our Blessed Mother asks for a rosary each day. If you aren’t used to praying the rosary, start by praying one decade. Reflect on the mystery and allow the repetition of the prayers to guide you into the life of Christ. As an elementary school principal, I know even our youngest students are able to learn the “Hail Mary” and recite it along with the rest of the school. They may not understand how to use the beads to keep track, but they like to hold them and can understand they are a sacred tool, not a toy. 

We are asked to pray for conversion and do penance. We need our own hearts to be converted to God’s will on a daily basis. We can do penance for ourselves and others. Catholics are no longer required to fast from meat on Fridays in Ordinary time, but we are asked to fast from something. Do we fast from dessert? television? time-consuming games? When we practice self-denial, even on such a small scale, we are training our bodies and our spirits to more closely follow God’s will. These seemingly small practices provide the fertile ground for our hearts to grow more like Jesus’ heart.

The triumph of Mary’s Immaculate Heart starts now, with you and me, when day by day we choose to listen, believe and be faithful, when we pray, open our hearts to conversion, and do penance. These may seem like small, insignificant acts, but remember, when we approach Jesus through Mary, she increases our prayers and offerings when she places them before her Son. 

Holy Mary, Mother of God, pray for us sinners, now and at the hour of our death. Amen.

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El mensaje de la Virgen María en Fátima, y ​​dondequiera que aparezca, está presagiado en el Evangelio de hoy.

Una mujer grita una bendición a la madre de Jesús después de escucharlo enseñar. A cambio, Jesús afirma: “Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica.” Este se convierte en el mensaje de María para nosotros a lo largo de los tiempos: escucha, cree y sé fiel.

El mensaje de la Virgen María en Fátima es relativamente sencillo. Por complejos y abrumadores que parezcan los problemas del mundo, son, en esencia, espirituales. Nuestra respuesta a esas complejidades y dificultades que enfrentamos también debe ser espiritual. María promete: “Mi Inmaculada Corazón triunfará”.

¿Entonces cómo hacemos eso? Comienza con la oración. Nuestra Santísima Madre pide que recemos un rosario todos los días. Si no estás acostumbrado a rezar el rosario, empieza rezando una decena. Reflexiona sobre el misterio y deja que la repetición de las oraciones te guíe hacia la vida de Cristo. Como directora de una escuela primaria, sé que incluso nuestros estudiantes más jóvenes pueden aprender el “Ave María” y recitarlo junto con el resto de la escuela. Puede que no entiendan cómo usar las cuentas para llevar la cuenta, pero les gusta sostener el rosario y pueden entender que es una herramienta sagrada, no un juguete.

Se nos pide orar por la conversión y hacer penitencia. Necesitamos que nuestros propios corazones se conviertan a la voluntad de Dios diariamente. Podemos hacer penitencia por nosotros mismos y por los demás. Los católicos ya no están obligados a ayunar de carne los viernes durante el tiempo ordinario, pero se nos pide que hagamos un sacrificio. ¿Ayunamos del postre? ¿de la televisión? ¿de los juegos que nos consumen mucho tiempo? Cuando practicamos la abnegación, incluso a una escala tan pequeña, estamos entrenando nuestro cuerpo y nuestro espíritu para seguir más de cerca la voluntad de Dios. Estas prácticas aparentemente pequeñas proporcionan el terreno fértil para que nuestros corazones crezcan más como el corazón de Jesús.

El triunfo del Inmaculado Corazón de María comienza ahora, contigo y conmigo, cuando día a día elegimos escuchar, creer y ser fieles, cuando oramos, abrimos nuestro corazón a la conversión y hacemos penitencia. Estos pueden parecer actos pequeños e insignificantes, pero recuerda, cuando nos acercamos a Jesús a través de María, ella aumenta nuestras oraciones y ofrendas cuando las coloca ante su Hijo.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

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Sheryl’s first calling is to be wife and partner to Tom, who is a candidate for the Permanent Diaconate in the Diocese of Kalamazoo. She also gets to live out her passion for teaching and learning by serving as principal at St. Therese Catholic School in Wayland, Michigan. Home is full with Carlyn, our goofy golden retriever, Lucy, our terrier mix wild child, and Mila, our very special Bernese Mountain dog. 

Feature Image Credit: Mateus Campos Felipe, unsplash.com/photos/white-virgin-mary-statue-with-gold-crown-f_Kdtqs8EWE

Jesus our Model / Jesús Nuestro Ejemplo

Here we are at the Solemnity of the Ascension, one of the highest feast days in the Church calendar. We hear the story of the Ascension in the Gospel today, but notice what comes right before Jesus ascends into heaven. He asks for the apostles to go out to all the world and preach the good news. 

The way I see it, Jesus didn’t just come to die for our sins and open the gates of heaven. That would have been more than enough, of course, but it seems pretty clear from today’s Gospel that Jesus also came to be our model. He came to show us what it truly means to be human, how to act, and what our destiny is. 

Because we live in a world that has amnesia about how we were created and by whom, it is sometimes difficult for us to realize how beautifully and wonderfully we were all made and the purpose God has for us. It is easier to believe the lie that we don’t have free will, that sin is too powerful, and that the best we can do, if we are lucky, is just to be kind to others and keep our heads down. 

That sounds like a pretty lame existence, but thankfully we are reminded today that we aren’t supposed to fall into the trap of mediocrity. God wants us to be on fire for the love and mercy he brings, he wants us to bring that same fire to others, and most importantly, he wants to remind us of our destiny. If we follow his example then we will one day be brought up into heaven as well. Maybe not in the same way as Jesus was, but make no mistake, our destiny is to be happy with God forever and to bring as many of our friends and family with us as we can by preaching the saving power of the Gospel. 

This is why the very first paragraph in the Catechism states, “God, infinitely perfect and blessed in himself, in a plan of sheer goodness freely created man to make him share in his own blessed life. For this reason, at every time and in every place, God draws close to man. He calls man to seek him, to know him, to love him with all his strength. He calls together all men, scattered and divided by sin, into the unity of his family, the Church. To accomplish this, when the fullness of time had come, God sent his Son as Redeemer and Saviour. In his Son and through him, he invites men to become, in the Holy Spirit, his adopted children and thus heirs of his blessed life.” There is nothing lame about our call and our destiny. Now let’s get out there and live it!

From all of us here at Diocesan, God bless!

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Estamos en la Solemnidad de la Ascensión, una de las fiestas más importantes del calendario de la Iglesia. Escuchamos la historia de la Ascensión en el Evangelio de hoy, pero observemos lo que sucede justo antes de que Jesús ascienda al cielo. Pide a los apóstoles que vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Nueva.

A mi modo de ver, Jesús no vino simplemente a morir por nuestros pecados y abrir las puertas del cielo. Eso habría sido más que suficiente, por supuesto, pero parece bastante claro en el Evangelio de hoy que Jesús también vino a darnos ejemplo. Vino a mostrarnos lo que realmente significa ser humano, cómo actuar y cuál es nuestro destino.

Debido a que vivimos en un mundo que tiene amnesia acerca de cómo fuimos creados y por quién, a veces nos resulta difícil darnos cuenta de cuán hermosa y maravillosamente fuimos creados y del propósito que Dios tiene para nosotros. Es más fácil creer la mentira de que no tenemos libre albedrío, que el pecado es demasiado poderoso y que lo mejor que podemos hacer, si tenemos suerte, es simplemente ser amables con los demás y mantener la cabeza agachada.

Suena como una existencia bastante aburrida, pero afortunadamente hoy se nos recuerda que se supone que no debemos caer en la trampa de la mediocridad. Dios quiere que estemos ardiendo por el amor y la misericordia que él trae, quiere que llevemos ese mismo fuego a los demás y, lo más importante, quiere recordarnos nuestro destino. Si seguimos su ejemplo, algún día también seremos llevados al cielo. Quizás no de la misma manera que lo fue Jesús, pero no nos equivoquemos, nuestro destino es ser felices con Dios para siempre y traer con nosotros a tantos amigos y familiares como podamos predicando el poder salvador del Evangelio.

Por eso, el primer párrafo del Catecismo afirma: “Dios, infinitamente perfecto y bienaventurado en sí mismo, en un designio de pura bondad ha creado libremente al hombre para hacerle partícipe de su vida bienaventurada. Por eso, en todo tiempo y en todo lugar, se hace cercano del hombre: le llama y le ayuda a buscarle, a conocerle y a amarle con todas sus fuerzas. Convoca a todos los hombres, que el pecado dispersó, a la unidad de su familia, la Iglesia. Para lograrlo, llegada la plenitud de los tiempos, envió a su Hijo como Redentor y Salvador. En Él y por Él, llama a los hombres a ser, en el Espíritu Santo, sus hijos de adopción, y por tanto los herederos de su vida bienaventurada.” No hay nada aburrido de nuestro llamado y nuestro destino. ¡Ahora salgamos y vivámoslo!

De parte de todos nosotros aquí en Diocesan, ¡Dios los bendiga!

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Tommy Shultz is a Business Development Representative for Diocesan. In this role he is committed to bringing the best software to dioceses and parishes while helping them evangelize on the digital continent. Tommy has worked in various diocese and parish roles since his graduation from Franciscan University with a Theology degree. He hopes to use his skills in evangelization, marketing, and communications, to serve the Church and bring the Good News to all. His favorite quote comes from St. John Paul II, who said, “A person is an entity of a sort to which the only proper and adequate way to relate is love.”

Feature Image Credit: Zachary Olson, unsplash.com/photos/christ-the-redeemer-vEQe_DuVmKk

Consider the “God-wink” / Considerar el “Guiño de Dios”

I often have difficulty sleeping at night. I use this as an opportunity to ask God to speak to me. Insomnia can be a scary and unsettling occurrence. But what may appear to be a misstep is often exactly how God meant for it to be. We must go where God wants us to and listen to His nudges. A trusted friend has coined the term the “God-wink”, when things happen for one reason or another and we realize they are God’s intervention.

Right now, I can’t sleep particularly because I have nasal congestion. I often tend to get frustrated or disheartened. Yet I am so overdue for prayer and a conversation with God that this cold is a good thing. And since this post is also overdue, it works out, because in the silence that surrounds me, I can write and finally be aware of God’s presence. 

God, I need assistance to find patience and strength, to remember that you should be my number one priority, and that through this, everything else that needs to happen in my life will follow. Help me to find the words and to know your presence is right here with me when I am distracted by the busyness of daily life.

Today’s Gospel is a reminder of the importance of going to the Father, Son, and Holy Spirit together in prayer. It reminds us that Christ wants an active relationship with each one of us. Anything we need, we can find in life with Him. We just have to be able to listen to His voice. Sometimes, the silence of the night can be the best time to seize that opportunity. After all, it is in darkness that the presence of light is most appreciated.

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A menudo se me dificulta dormir por las noches. Utilizo esto como una oportunidad para pedirle a Dios que me hable. El insomnio puede ser un hecho aterrador e inquietante. Pero lo que puede parecer una equivocación es a menudo exactamente como Dios quiso que fuera. Debemos ir a donde Dios quiere que vayamos y escuchar sus empujones. Un amigo de confianza ha acuñado el término “guiño de Dios”, cuando las cosas suceden por una razón u otra y nos damos cuenta de que son intervención de Dios.

En este momento no puedo dormir porque tengo congestión nasal. A menudo tiendo a sentirme frustrada o desanimada. Sin embargo, estoy tan atrasada en orar y conversar con Dios que este resfriado es algo bueno. Y como esta reflexión también está atrasada, funciona, porque en el silencio que me rodea, puedo escribir y por fin ser consciente de la presencia de Dios.

Dios, necesito ayuda para encontrar paciencia y fortaleza, para recordar que tú debes ser mi prioridad número uno, y que a través de esto, todo lo demás que deba suceder en mi vida seguirá. Ayúdame a encontrar las palabras y a saber que tu presencia está aquí conmigo cuando estoy distraída por el ajetreo de la vida diaria.

El Evangelio de hoy es un recordatorio de la importancia de acudir juntos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en la oración. Nos recuerda que Cristo quiere una relación activa con cada uno de nosotros. Todo lo que necesitamos lo podemos encontrar en la vida con Él. Sólo tenemos que poder escuchar Su voz. A veces, el silencio de la noche puede ser el mejor momento para aprovechar esa oportunidad. Después de todo, es en la oscuridad donde más se aprecia la presencia de la luz.

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Dr. Alexis Dallara-Marsh is a board-certified neurologist who practices in Bergen County, NJ. She is a wife to her best friend, Akeem, and a mother of two little ones on Earth and two others in heaven above.

Feature Image Credit: Vanesa Guerrero, rpm, cathopic.com/photo/249-lantern

Joy is Coming / La Alegría Está por Venir

Today’s Gospel starts with the words, “Jesus said to his disciples…” It doesn’t say, “Jesus said to those who were close to him physically.” It doesn’t say, “Jesus said to his followers at the time.” It says, “Jesus said to his disciples…” Of course, Jesus was talking to Peter, Andrew, James, John and the rest, but he was also talking to you and I. He was talking to every disciple throughout the ages. 

Jesus is truly God and truly man. As God, he exists outside of time. He knew what the disciples of that time would go through. He wanted them to know that even the darkness of the time of sorrow and pain following the crucifixion would be transformed into joy. Not just any joy, but joy like that of a woman after she holds her baby for the first time after giving birth. They would experience a joy so deep and so profound that they would forget what had happened before that.  

This is just as true for us today. We exist because God knows us so intimately that he holds us constantly in the palm of his hand. He knows every detail of the joy and pain in our lives. That means that whatever sorrow, pain, embarrassment, difficulty or struggle we endure, Jesus is speaking to us, to our hearts. Whatever this world holds for us, what is to come is beyond our wildest imagination. It is a happiness, a joy outside of anything we have ever experienced. 

The pangs of birth in our former lives will be forgotten in the joy of being in God’s presence. 

For the time being, our job is to trust. It is so hard when we are in the midst of whatever we are facing. It is so easy to just give in to the pain and the hurt, to allow it to become our focus. We have Jesus’s words spoken directly to our hearts, and he tells us to hang in there, indescribable joy is just around the corner. 

So wherever you are, whatever you are facing, my prayer for you today is that you are able to trust. Reread today’s Gospel and let Jesus talk straight to your heart. 

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El Evangelio de hoy comienza con las palabras: “Jesús dijo a sus discípulos…” No dice: “Jesús dijo a los que estaban cerca de él físicamente”. No dice: “Jesús dijo a sus seguidores en ese momento”. Dice: “Jesús dijo a sus discípulos…” Por supuesto, Jesús estaba hablando con Pedro, Andrés, Santiago, Juan y los demás, pero también estaba hablando contigo y conmigo. Estaba hablando con cada discípulo a lo largo de los siglos.

Jesús es verdaderamente Dios y verdaderamente hombre. Como Dios, existe fuera del tiempo. Sabía por lo que pasarían los discípulos de esa época. Quería que supieran que incluso la oscuridad de ese momento de tristeza y dolor que siguió a la crucifixión se transformaría en gozo. No una alegría cualquiera, sino una alegría como la de una mujer después de tener en brazos a su bebé por primera vez después de dar a luz. Experimentarían una alegría tan profunda que olvidarían lo que había sucedido anteriormente.

Esto es igualmente cierto para nosotros hoy. Existimos porque Dios nos conoce tan íntimamente que nos sostiene constantemente en la palma de su mano. Él conoce cada detalle de la alegría y el dolor de nuestras vidas. Eso significa que cualquier tristeza, dolor, vergüenza, dificultad o lucha que suframos, Jesús nos está hablando a nosotros, a nuestros corazones. Lo que sea que este mundo nos depare, lo que está por venir está más allá de lo que podemos imaginar. Es una felicidad, una alegría fuera de cualquier cosa que hayamos experimentado.

Los dolores del parto en nuestras vidas anteriores serán olvidados en el gozo de estar en la presencia de Dios.

Por el momento, lo que nos toca es confiar. Es muy difícil cuando estamos en medio de lo que sea que enfrentamos. Es muy fácil simplemente ceder ante el dolor, y permitir que se convierta en nuestro enfoque. Tenemos las palabras de Jesús habladas directamente  nuestros corazones, y él nos dice que aguantemos, que un gozo indescriptible está a la vuelta de la esquina.

Entonces, dondequiera que estés, sea lo que sea que te enfrentes, mi oración por ti hoy es que puedas confiar. Vuelve a leer el Evangelio de hoy y deja que Jesús te hable directamente al corazón.

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Sheryl’s first calling is to be wife and partner to Tom, who is a candidate for the Permanent Diaconate in the Diocese of Kalamazoo. She also gets to live out her passion for teaching and learning by serving as principal at St. Therese Catholic School in Wayland, Michigan. Home is full with Carlyn, our goofy golden retriever, Lucy, our terrier mix wild child, and Mila, our very special Bernese Mountain dog. 

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Those Who Believe / Aquellos Que Creen

Today is the Solemnity of the Ascension in many dioceses. Others transfer it to this coming Sunday, but I will focus on the readings for the Solemnity in this reflection.

Jesus’ Ascension gives us hope that we can also rise with Him. In the second reading, Saint Paul speaks of “the hope that belongs to his call, what are the riches of glory in his inheritance among the holy ones, and what is the surpassing greatness of his power for us who believe, in accord with the exercise of his great might, which he worked in Christ . . . seating him at his right hand in the heavens” (Eph. 1:18–20). What does this mean?

Breaking this passage apart phrase by phrase, we can take “the hope that belongs to his call,” to mean the hope that we have as Christians called by the Father. And what we hope for are the “riches of glory in his inheritance among the holy ones,” which means the great glory that awaits us in heaven with the saints. “[T]he surpassing greatness of his power for us who believe,” can be described as the power of God at work in the faithful. This heavenly glory and power is “in accord with the exercise of his great might, which he worked in Christ.” In other words, as Christians, we await glory and power similar to the heavenly glory and power that Christ Himself received when He was raised to the right hand of the Father in the heavens.

Taking this into consideration, it should be of no surprise to us that Jesus says in the Gospel that those who believe “will drive out demons . . . speak new languages . . . pick up serpents with their hands, and if they drink any deadly thing, it will not harm them. They will lay hands on the sick, and they will recover” (Mark 16:17–18). This may seem like a stretch for us, but the first followers of Jesus did exactly these things. Saint John drank poisoned wine and survived. Saint Peter performed healings. Those present on Pentecost spoke new languages. Exorcists continue to drive out demons today.

When Christ ascended, He did not do so to give us a spectacle. Otherwise, the angels would not have asked the onlookers why they were still staring at the sky. He showed us that we can also rise with Him. He rose as a divine Person with a divine nature and a human nature, a human body and a human soul, and proved that those who believe will ascend after him, receiving their bodies and souls in glory at the end of time and dwelling in the glory of God with the angels and saints.

Although we should probably not go looking for opportunities to drink poisoned wine, the truth of the Ascension should cause us to reflect on our own Christian commitment. The first disciples boldly practiced the Faith in a hostile environment. Can we manage to conduct ourselves like “those who believe” in comparably easier times?

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Hoy es la Solemnidad de la Ascensión en muchas diócesis. Otros lo trasladan a este próximo domingo, pero yo me centraré en las lecturas de la Solemnidad en esta reflexión.

La Ascensión de Jesús nos da la esperanza de que nosotros también podemos resucitar con Él. En la segunda lectura, San Pablo habla de “la esperanza que les da su llamamiento, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da a los que son suyos y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros, los que confiamos en él, por la eficacia de su fuerza poderosa. Con esta fuerza resucitó a Cristo de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo.” (Efesios 1,18-20). ¿Qué quiere decir esto?

Desglosando este pasaje frase por frase, podemos entender que “la esperanza que les da su llamamiento” significa la esperanza que tenemos como cristianos llamados por el Padre. Y lo que esperamos es la “gloriosa y rica…herencia que Dios da a los que son suyos”, lo que significa la gran gloria que nos espera en el cielo con los santos. “[L]a extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros, los que confiamos en él”, puede describirse como el poder de Dios obrando en los fieles. Esta gloria y poder celestiales están “por la eficacia de su fuerza poderosa”, que obró en Cristo. Con otras palabras, como cristianos, esperamos gloria y poder semejante a la gloria y el poder celestiales que Cristo mismo recibió cuando fue elevado a la diestra del Padre en los cielos.

Teniendo esto en cuenta, no debería sorprendernos que Jesús diga en el Evangelio que los que crean “arrojarán demonios… hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos” (Marcos 16,17-18). Esto puede parecernos exagerado, pero los primeros seguidores de Jesús hicieron exactamente estas cosas. San Juan bebió vino envenenado y sobrevivió. San Pedro realizaba curaciones. Los presentes en Pentecostés hablaron nuevos idiomas. Los exorcistas siguen expulsando demonios hoy en día.

Cuando Cristo ascendió, no lo hizo para darnos un espectáculo. De lo contrario, los ángeles no habrían preguntado a los espectadores por qué seguían mirando al cielo. Nos mostró que también podemos resucitar con Él. Resucitó como Persona divina con naturaleza divina y naturaleza humana, cuerpo humano y alma humana, y demostró que los que creen ascenderán tras él, recibiendo sus cuerpos y almas en gloria al final de los tiempos y habitando en la gloria de Dios con los ángeles y los santos.

Aunque probablemente no deberíamos buscar oportunidades para beber vino envenenado, la verdad de la Ascensión debería hacernos reflexionar sobre nuestro propio compromiso cristiano. Los primeros discípulos practicaron audazmente la fe en un ambiente hostil. ¿Podremos comportarnos como “aquellos que creen” en tiempos comparativamente más fáciles?

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David Dashiell is a freelance author and editor in Nashville, Tennessee. He has a master’s degree in theology from Franciscan University, and is the editor of the anthology Ever Ancient, Ever New: Why Younger Generations Are Embracing Traditional Catholicism.

Feature Image Credit: Anto Altare, cathopic.com/photo/3002-i-will-put-enmity-between-you-and-the-woman

The Spirit Speaks /El Espíritu Habla

“But when he comes, the Spirit of truth, he will guide you to all truth.  He will not speak on his own, but he will speak what he hears, and will declare to you the things that are coming” (John 16:13-14).

During a recent Confession, I realized my greatest desire was truly to do the will of God; at the same time, coming to grips with this is also my greatest difficulty. My contrite heart longs to please God; however, as Jesus told the sleepy Apostles in Gethsemane, “The spirit is willing, but the flesh is weak.”  How do we please God? Jesus, our model of pleasing the Father, did so by simply doing the will of the Father. 

This is where my flesh is weakest, discerning God’s will over mine. My fear of the unknown or doing the wrong thing can overwhelm me. I take comfort in this Scripture verse that the Spirit will guide us to that truth. We merely need to pray, listen, and trust. Trusting God should not be as difficult as I make it. How easily I allow fear to overcome my heart and forget the Spirit’s role in guiding my path. What is the Spirit of God trying to declare to you? 

Sometimes, discerning God’s Will can be incredibly daunting for me; I waffle back and forth, especially when the decision requires doing things out of my comfort zone. I find in those moments that it is best to pray and beg for the Lord to make it 100% clear what He wills. As I write this from thousands of feet in the air, I would still rather, for so many reasons, be at home. Yet I could not deny the message revealed to me was to step out in faith and go.

My spiritual director, the late Deacon Jerry Ryan, used to say, “if you’re going to trust God, then trust God.” I need to live what I believe by merely asking for the grace to be open to the movement of the Holy Spirit, to continue to seek his guidance in my life, and to have the courage to respond to what he declares. 

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“Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder.” (Juan 16,13-14).

Durante una Confesión reciente, me di cuenta de que mi mayor deseo era verdaderamente hacer la voluntad de Dios; Al mismo tiempo, afrontar esto es también mi mayor dificultad. Mi corazón contrito anhela agradar a Dios; sin embargo, como Jesús les dijo a los soñolientos Apóstoles en Getsemaní: “El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil”. ¿Cómo agradamos a Dios? Jesús, nuestro modelo de cómo agradar al Padre, lo hizo simplemente haciendo la voluntad del Padre.

Aquí es donde mi carne es más débil, discerniendo la voluntad de Dios sobre la mía. Mi miedo a lo desconocido o a hacer algo incorrecto puede abrumarme. Me consuela este versículo de las Escrituras de que el Espíritu nos guiará a esa verdad. Simplemente tenemos que orar, escuchar y confiar. Confiar en Dios no debería ser tan difícil como yo lo hago. Con qué facilidad permito que el miedo venza mi corazón y olvido el papel del Espíritu al guiar mi camino. ¿Qué está tratando de declararte el Espíritu de Dios?

A veces, discernir la Voluntad de Dios puede resultar increíblemente desalentador para mí; Dudo de un lado a otro, especialmente cuando la decisión requiere hacer cosas fuera de mi zona de confort. Encuentro en esos momentos que lo mejor es orar y rogar para que el Señor deje 100% claro lo que Él quiere. Mientras escribo esto dentro de un avión, miles de pies arriba de la tierra, todavía preferiría, por muchas razones, estar en mi casa. Sin embargo, no podía negar que el mensaje que se me reveló fue el de dar un paso de fe e ir.

Mi director espiritual, el difunto diácono Jerry Ryan, solía decir: “si vas a confiar en Dios, entonces confía en Dios”. Necesito vivir lo que creo simplemente pidiendo la gracia de estar abierto al movimiento del Espíritu Santo, de seguir buscando su guía en mi vida y de tener el valor de responder a lo que él declara.

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Allison Gingras ( www.ReconciledToYou.com ) — Shares her love of the Catholic Faith with stories, laughter, and honesty as experienced in the ordinary of life! Her writing includes Encountering Signs of Faith (Ave Maria Press) and the Stay Connected Journals for Women (OSV). Allison is a Catholic Digital Media Specialist for Family Rosary, Catholic Mom, and the Fall River Diocese. She hosts A Seeking Heart podcast and is co-host of the Catholic Momcast podcast.

Feature Image Credit: PixxlTeufel, pixabay.com/photos/decision-path-signpost-crossing-5291766 

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Lose to Gain / Perder para Ganar

Today’s Gospel offers a unique insight into the work of sanctity in a few short lines. Jesus is talking with His apostles about how an Advocate, the Holy Spirit, will come to them. However, in order for the Holy Spirit to come, Jesus must return to the Father. Jesus notices that this news fills the apostles with grief. They cannot imagine what it would be like to lose Him. 

It is God’s Will, which means it is Jesus’ Will, that he return to heaven. It also means that this plan will be for the good of the apostles and the good of the whole world. In that moment, the apostles can only see their loss. How can the Messiah leave them? 

Jesus is teaching the apostles how to let go, even of good and beautiful things, so that they can more freely receive what God intends for them. In this case, the Holy Spirit was coming to dwell intimately with the new Christian community and to continue spreading the faith of the salvation found in Jesus Christ. This isn’t a trade in, as if the Spirit is somehow better than Jesus. The Holy Spirit is, in every way, God, the Third Person of the Blessed Trinity. But His presence with us is uniquely His own and different from Jesus walking on the earth. 

Being a saint involves listening closely to the whisperings of the Spirit. Just like the apostles had to let go of Jesus to receive the Spirit, we may be asked to let go of something good or fulfilling in order to receive something new from God. 

Like the apostles, this isn’t a trade-in system like when we trade in a new phone for an upgrade. God’s ways are not our ways. We may not be able to see with clarity how the experience or situation being sacrificed can ever be replaced. However, we can trust in God’s faithfulness. St. Paul reminds us that, “all things work for the good of those who love God and are called according to His purpose” (Romans 8:28).

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El Evangelio de hoy ofrece una visión única de la obra de la santidad en unas pocas líneas. Jesús está hablando con sus apóstoles acerca de cómo vendrá a ellos un Abogado, el Espíritu Santo. Sin embargo, para que el Espíritu Santo venga, Jesús debe regresar al Padre. Jesús nota que esta noticia llena de dolor a los apóstoles. No pueden imaginar cómo sería perderlo.

Es la Voluntad de Dios, lo que significa que es la Voluntad de Jesús, que regrese al cielo. También significa que este plan será para el bien de los apóstoles y el bien del mundo entero. En ese momento, los apóstoles sólo pueden ver su pérdida. ¿Cómo puede el Mesías dejarlos?

Jesús está enseñando a los apóstoles cómo dejar ir, incluso las cosas buenas y hermosas, para que puedan recibir más libremente lo que Dios quiere para ellos. En este caso, el Espíritu Santo venía a habitar íntimamente con la nueva comunidad cristiana y a seguir difundiendo la fe de la salvación que se encuentra en Jesucristo. Esto no es un intercambio, como si el Espíritu fuera de alguna manera mejor que Jesús. El Espíritu Santo es, en todos los sentidos, Dios, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Pero Su presencia con nosotros es únicamente suya y diferente de la de Jesús caminando sobre la tierra.

Ser santo implica escuchar atentamente los susurros del Espíritu. Así como los apóstoles tuvieron que dejar ir a Jesús para recibir el Espíritu, a nosotros se nos puede pedir que dejemos ir algo bueno o satisfactorio para recibir algo nuevo de Dios.

Al igual que los apóstoles, este no es un sistema de intercambio como cuando cambiamos un teléfono nuevo por una actualización. Los caminos de Dios no son los nuestros. Es posible que no seamos capaces de ver con claridad cómo la experiencia o situación que se sacrifica puede alguna vez ser reemplazada. Sin embargo, podemos confiar en la fidelidad de Dios. San Pablo nos recuerda que “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien y son llamados conforme a su propósito ” (Romanos 8,28).

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Kate Taliaferro is an Air Force wife and mother. She is blessed to be able to homeschool, bake bread and fold endless piles of laundry. When not planning a school day, writing a blog post or cooking pasta, Kate can be found curled up with a book or working with some kind of fiber craft. Kate blogs at DailyGraces.net.

Feature Image Credit: Myriams-Fotos, pixabay.com/photos/hand-open-finger-sand-1599898/

Contradictions Turned into Blessings / Contradicciones Transformadas en Bendiciones

Have you ever heard the song “Blessings” by Laura Story? It talks about blessings coming amid the storms and healing being granted through pain. These types of contradictions sometimes happen during the four seasons as well. Last winter it was 55 degrees on Christmas and some Easters we have had snow. We may even experience some seasons of our lives when things are so topsy turvy that we don’t know which way is up and which way is down. 

Those of us who have lived a few decades understand that that’s just the way life is. We have good times and bad times, moments of plenty and moments of scarcity, laughter and tears. For those who are a bit younger, it may be difficult to understand why life has to be so hard or why things don’t go their way just a little bit more often. 

Although I’ve been around the block a few times, I still have a lot to learn, and like it or not, much of that learning comes during times of difficulty. When my mind and my heart are stretched to function beyond their normal capacity, when I am called to make changes in the way I act and react in order to become a better person, when I am asked to walk the walk and not just talk the talk. 

In today’s Gospel, Jesus warns his followers about a case of opposites as well. “The hour is coming when everyone who kills you will think he is offering worship to God. They will do this because they have not known either the Father or me. (John 16: 2-3) Imagine thinking that you are offering worship to God by killing someone! It is hard for us to fathom.

But if we take a long and honest look at our interior, we may find that we have a few areas for growth as well. They may come in different shapes and sizes. They may be mountains or molehills. They may be complicated or simple. But all of them can be refined and healed at the hand of our loving Savior. All of them can truly be transformed into blessings.

I pray that you are able to find a few of those hidden blessings today. 

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¿Alguna vez has escuchado la canción “Blessings” (Bendiciones) de Laura Story? Habla de las bendiciones que llegan en medio de las tormentas y de la curación que se otorga a través del dolor. También suceden esas contradicciones durante las cuatro estaciones. El invierno pasado hacía 55 grados durante las Navidades y a veces durante la Pascua hemos tenido nieve. Incluso podemos experimentar algunas temporadas de la vida cuando las cosas están tan revueltas que no sabemos qué cosa está arriba y qué cosa está abajo.

Aquellos de nosotros que hemos vivido unas cuantas décadas entendemos que así es la vida. Tenemos buenos y malos momentos, momentos de abundancia y momentos de escasez, risas y lágrimas. Para aquellos que son un poco más jóvenes, puede resultar un poco más difícil entender por qué la vida tiene que ser tan dura o por qué las cosas no salen como quisieran un poco más frecuentemente.

Aunque he dado la vuelta al sol unas cuantas veces, todavía tengo mucho que aprender y, nos guste o no, gran parte de ese aprendizaje se produce en momentos de dificultad. Cuando mi mente y mi corazón se ven obligados a funcionar más allá de su capacidad normal, cuando soy llamada a hacer cambios en la forma en que actúo y reacciono para convertirme en una persona mejor, cuando me piden que ponga en práctica lo que mi boca habla.

En el evangelio de hoy, Jesús advierte a sus seguidores sobre un caso de opuestos también. “[L]legará un tiempo, cuando el que les dé muerte creerá dar culto a Dios. Esto lo harán, porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. (Juan 16, 2-3) ¡Imagínate pensar que estás ofreciendo adoración a Dios al matar a alguien! Nos resulta difícil comprenderlo.

Pero si echamos un vistazo profundo y honesto a nuestro interior, podemos encontrar que también tenemos algunas áreas para crecer. Pueden venir en diferentes formas y tamaños. Pueden ser montañas o granos de arena. Pueden ser complicados o simples. Pero todos ellos pueden ser refinados y sanados por la mano de nuestro amoroso Salvador. Todos ellos pueden verdaderamente transformarse en bendiciones.

Le pido a Dios que puedas encontrar unas cuantas de esas bendiciones ocultas hoy día.

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Feature Image Credit: Mike Kotsch, unsplash.com/photos/green-plant-HNx4QLRgy2k


Tami Urcia grew up in Western Michigan, a middle child in a large Catholic family. She spent early young adulthood as a missionary in Mexico, studying theology and philosophy, then worked and traveled extensively before finishing her Bachelor’s Degree in Western Kentucky. She loves tackling projects, finding fun ways to keep her little ones occupied, quiet conversation with the hubby and finding unique ways to love. She works full time, is a guest blogger on CatholicMom.com and BlessedIsShe.net, and has been doing Spanish translations on the side for over 20 years.