Stay Busy Doing Good / Mantente Ocupado Haciendo el Bien

What strikes me most in today’s reading from the book of Galatians, as well as from the Gospel reading, is the variety of ways we can be displeasing to God while hurting ourselves and others. From sorcery to drinking bouts, from impurity to selfishness, St. Paul covers a lot of ground. In the Gospel reading, Jesus takes the hypocritical religious leaders to task, issuing fearsome warnings for their pride and false piety.

So what are we mere human beings to do? There are so many ways to go wrong! God knows our weakness and provides a remedy. He gives us the Holy Spirit, who lives inside of us and enables us to become holy, if we cooperate with his movements

As adults, we know that when we walk into a room of children who are brawling, we need to act. We can either isolate them from one another (perhaps by plugging them into an electronic gadget), or we can teach them how to think and act virtuously. We may foster virtue by helping them communicate more effectively, or by initiating an interactive game, or by channeling their youthful energy into raking an elderly person’s yard. 

The same principle is true for adults who sin. Temptation to do wrong can become an opportunity for growth. As adults, we must monitor ourselves through frequent self-examination in order to recognize and repent of our own bad behavior. If we really want to grow in virtue, isolating ourselves (perhaps scrolling on our phones or binge watching a show) is ineffective. We must get busy doing good. St. Jerome, in the 4th century, said it this way: “Engage in some occupation, so that the devil may always find you busy.”

Serving others is one particularly good way to stay busy! Many Catholics are familiar with the traditional “Works of Mercy” which help us consider what it means to serve others. The Corporal Works of Mercy are: feed the hungry, give drink to the thirsty, clothe the naked, visit those in prison, shelter the homeless, and visit the sick. The Spiritual Works of Mercy are: admonish the sinner, instruct the ignorant, counsel the doubtful, comfort the sorrowful, bear wrongs patiently, forgive all injuries, and bury the dead. There are myriad ways to assist others and to reach them with love of Christ.

The First Reading says, “Now those who belong to Christ Jesus have crucified their flesh with its passions and desires. If we live in the Spirit, let us also follow the Spirit.” When we are busy following the Spirit and doing God’s work, we will have little time for behavior that is destructive both to us and to others.

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Lo que más me llama la atención en la lectura de hoy del libro de Gálatas, así como de la lectura del Evangelio, es la variedad de formas en que podemos desagradar a Dios mientras nos lastimamos a nosotros mismos y a los demás. Desde la hechicería hasta las borracheras, desde la impureza hasta el egoísmo, San Pablo cubre mucho terreno. En la lectura del Evangelio, Jesús reprende a los líderes religiosos hipócritas, emitiendo temibles advertencias por su orgullo y falsa piedad.

Entonces, ¿qué vamos a hacer nosotros, meros seres humanos? ¡Hay tantas maneras de equivocarse! Dios conoce nuestra debilidad y nos provee un remedio. Él nos da el Espíritu Santo, que vive dentro de nosotros y nos permite ser santos, si cooperamos con él.

Como adultos, sabemos que cuando entramos en una habitación con niños peleando, debemos actuar. Podemos aislarlos unos de otros (tal vez conectándolos a un aparato electrónico), o podemos enseñarles cómo pensar y actuar de manera virtuosa. Podemos fomentar la virtud ayudándolos a comunicarse de manera más efectiva, o iniciando un juego interactivo, o canalizando su energía juvenil para rastrillar el jardín de una persona mayor.

El mismo principio es cierto para los adultos que pecan. La tentación de hacer el mal puede convertirse en una oportunidad de crecimiento. Como adultos, debemos monitorearnos a nosotros mismos a través de un autoexamen frecuente para reconocer y arrepentirnos de nuestro propio mal comportamiento. Si realmente queremos crecer en virtud, aislarnos (quizás viendo el teléfono o un programa en exceso) no es efectivo. Debemos estar ocupados haciendo el bien. San Jerónimo, en el siglo IV, lo decía así: “Ocúpate en alguna ocupación, para que el diablo siempre te encuentre ocupado”.

¡Servir a los demás es una manera particularmente buena de mantenerte ocupado! Muchos católicos están familiarizados con las “Obras de Misericordia” tradicionales que nos ayudan a considerar lo que significa servir a los demás. Las Obras de Misericordia Corporales son: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, visitar a los presos, dar cobijo a los desamparados y visitar a los enfermos. Las Obras Espirituales de Misericordia son: amonestar al pecador, instruir al ignorante, aconsejar al dudoso, consolar al afligido, soportar con paciencia los agravios, perdonar todas las injurias y enterrar a los muertos. Hay innumerables maneras de ayudar a los demás y llegar a ellos con el amor de Cristo.

La Primera Lectura dice: “Y los que son de Jesucristo ya han crucificado su egoísmo junto con sus pasiones y malos deseos. Si tenemos la vida del Espíritu, actuemos conforme a ese mismo Espíritu.”. Cuando estamos ocupados siguiendo al Espíritu y haciendo la obra de Dios, tendremos poco tiempo para conductas que sean destructivas tanto para nosotros como para los demás.

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Christine Hanus currently lives in Upstate, NY. Though she enjoys writing and her work as a catechist, Christine is primarily a wife, mother, and more recently, grandmother!

Feature Image Credit: Elissa Garcia, unsplash.com/photos/MV1l4f_f1os

Shifting our Focus Outward / Cambiando el Enfoque Hacia Afuera

I once read about someone who, instead of seeking attention, gifts, cards and cake on their birthday, chose to bring flowers and a special note to their mother instead. Why? Because that woman on that day labored in love to give birth. That woman on that day chose to give life instead of take it. That woman on that day began the difficult task of raising another human being for the foreseeable future. 

Today I celebrate 43 years of life outside the womb. Sure I will have my fair share of greetings and sweets, but my heart, as any mother’s, is more focused on my children. I almost forget my birthday each year, as I am preceded by one son’s birthday in September and another son’s later this month. 

And although I am grateful for this life that God has given me, I cannot help but be saddened by what is happening throughout our country to destroy life. October is Respect Life Month, and we are in the midst of the 40 Days For Life prayer campaign. The abortion clinic that was shut down in my town, reopened due to a loophole in the law. Elections for pro-abortion laws are looming in the next few weeks. All I can do is pray, pray, pray, vote, and beg God for His mercy. 

In today’s Gospel the Pharisee was amazed that Jesus did not wash before the meal. Jesus rebuked him. What good is it to have a clean body if the soul is not clean. “Did not the maker of the outside also make the inside? But as to what is within, give alms, and behold, everything will be clean for you.” 

Hmmm, interesting. Instead of telling him to change his attitude and his focus, he told the Pharisee to give alms. Wait a minute…maybe he was telling him to change his attitude and his focus! Let’s think about this for a moment. What happens to us when we give to others? We shift from an inward to an outward focus. We are giving instead of receiving. We are caring instead of falling into greed. Our Jesus is one wise God!

So as we all celebrate one more day (or one more year) of life, let us turn our attention outward. May we all make at least one intentional act to help another person today. And may we all continue to pray for God’s mercy so that the right to life may be protected in our country. 

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Una vez leí acerca de alguien que, en lugar de buscar la atención, los regalos, las tarjetas y el pastel en su cumpleaños, optó por llevar flores y una nota especial a su mamá. ¿Por qué? Porque esa mujer en ese día laboró con amor para dar a luz. Esa mujer ese día eligió dar la vida en lugar de quitarla. Esa mujer en ese día comenzó la difícil obra de criar a otro ser humano por el futuro previsible.

Hoy celebro 43 años de vida fuera de la matriz. Claro que recibiré lo suficiente en cuanto a saludos y dulces, pero mi corazón, como el de cualquier madre, está más centrado en mis hijos. Casi me olvido mi cumpleaños cada año, ya que me precede el cumpleaños de un hijo en septiembre y el de otro hijo a finales de este mes.

Y aunque estoy agradecida por esta vida que Dios me ha dado, no puedo evitar entristecerme por lo que está pasando en todo nuestro país para destruir la vida. Octubre es el Mes de Respeto a la Vida, y estamos en medio de la campaña de oración 40 Días por la Vida. La clínica de aborto que cerró en mi ciudad, reabrió debido a un detalle de la ley. Las elecciones a favor de las leyes a favor del aborto están por venir en las próximas semanas. Todo lo que puedo hacer es orar, orar, orar, votar y rogar a Dios por su misericordia.

En el Evangelio de hoy, el fariseo se asombra de que Jesús no se lave antes de comer. Jesús lo reprendió. ¿De qué sirve tener un cuerpo limpio si el alma no está limpia? “¿Acaso el que hizo lo exterior no hizo también lo interior?”

Muy interesante. En lugar de decirle que cambie su actitud y su enfoque, le dijo al fariseo que diera limosna. Espera un minuto… ¡tal vez le estaba diciendo que cambiara su actitud y su enfoque! Vamos a pensarlo. ¿Qué nos sucede cuando damos a los demás? Pasamos de un enfoque interno a uno externo. Estamos dando en lugar de recibir. Nos preocupamos en lugar de caer en la codicia. ¡Nuestro Jesús es un Dios sabio!

Entonces, mientras todos celebramos un día más (o un año más) de vida, dirijamos nuestra atención hacia afuera. Que todos hagamos al menos un acto intencional para ayudar a otra persona hoy. Y que todos sigamos orando por la misericordia de Dios para que en nuestro país se proteja el derecho a la vida.

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Tami Urcia grew up in Western Michigan, a middle child in a large Catholic family. She spent early young adulthood as a missionary in Mexico, studying theology and philosophy, then worked and traveled extensively before finishing her Bachelor’s Degree in Western Kentucky. She loves tackling projects, finding fun ways to keep her little ones occupied, quiet conversation with the hubby and finding unique ways to love. She works at for Christian Healthcare Centers, is a guest blogger on CatholicMom.com and BlessedIsShe.net, runs her own blog at https://togetherandalways.wordpress.com and has been doing Spanish translations on the side for over 20 years.

Feature Image Credit: Towfiqu barbhuiya, unsplash.com/photos/0ITvgXAU5Oo

Encountering Signs of Faith / Encontrando Señales de Fe

Jesus refused to be a sideshow attraction, as he rightfully should have. Jesus referred to the generation he encountered on earth as evil for their unwillingness to accept the things of heaven on faith. They sought signs and wonders; some were given, but not on demand to humor the believer. Instead, the signs offered blessed those already possessing faith, even faith as small as a mustard seed.

Yes, even the tiniest mustard seed of faith can move mountains. Faith preceded the healing of the hemorrhaging woman, Jairus’ Son, and the centurion’s slave. No one is more guilty of seeking signs than this girl! And when I first read Jesus’ words in this Gospel, I was taken aback, having been blessed abundantly with signs accredited by me to the showering of love and mercy from heaven. I didn’t consider my desire to see God in some tangible way as evil; most often, I sought signs to clarify His will over mine. Not as proof of his existence but as affirmation of what He was asking of me.

I have discovered a vast difference between the one who demands proof of God’s existence versus the one who seeks verification of the will of God. The skeptic who looks to check Jesus’ heavenly ID card to prove He is who He says He is, versus those who accept the truth on faith. We should not mistake the proud trying to debunk the humble approaching God’s throne of grace with confidence for an occasional bit of reassurance, not convincing.

If His Resurrection doesn’t convince them, nothing else He does will. The sign of Jonah would be witnessed and attested to not only by believers but also by “hostile witnesses.” People alive at the time of the Resurrection who, although they did not wish to perpetuate Jesus’ mission, could not refute what their eyes beheld. Jesus who died had risen, not as a spirit but as a man, who ate among them, something a ghost cannot do and has no need for.

Seeing by faith and not by sight, as Jesus tells St. Thomas, is a tremendous gift. “Have you believed because you have seen me? Blessed are those who have not seen and yet believe.” I believe Jesus; sometimes, I just need a little nugget to help my unbelief. 

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Jesús se negó a ser una atracción secundaria, como debería haberlo hecho. Jesús se refirió a la generación que encontró en la tierra como mala por su falta de voluntad para aceptar con fe las cosas del cielo. Buscaban señales y prodigios; algunos fueron dados, pero no a pedido para complacer al creyente. En cambio, las señales ofrecidas bendijeron a aquellos que ya tenían fe, incluso una fe tan pequeña como una semilla de mostaza.

Sí, incluso una fe muy pequeña como la semilla de mostaza puede mover montañas. La fe precedió a la curación de la mujer con hemorragias, el hijo de Jairo y el esclavo del centurión. Tengo que decir que ¡nadie es más culpable de buscar señales que yo! Y cuando leí por primera vez las palabras de Jesús en este Evangelio, quedé desconcertada, habiendo sido bendecida abundantemente con señales acreditadas por mí para la lluvia de amor y misericordia del cielo. No consideré mi deseo de ver a Dios de alguna manera tangible como malo. La mayoría de las veces, he buscado señales para aclarar Su voluntad sobre la mía, no como prueba de su existencia, sino como afirmación de lo que él me estaba pidiendo.

He descubierto una gran diferencia entre el que exige prueba de la existencia de Dios y el que busca la verificación de la voluntad de Dios. El escéptico que busca verificar la tarjeta de identificación celestial de Jesús para probar que Él es quien dice ser, frente a aquellos que aceptan la verdad por fe. No debemos confundir a los orgullosos que intentan desacreditar a los humildes que se acercan al trono de la gracia de Dios con confianza con un poco de tranquilidad ocasional, sin convencer.

Si Su Resurrección no los convence, ninguna otra cosa que Él haga lo convencerá. La señal de Jonás sería presenciada y atestiguada no solo por los creyentes sino también por “testigos hostiles”. Las personas que vivían en el momento de la Resurrección que, aunque no querían perpetuar la misión de Jesús, no podían refutar lo que veían sus ojos. Jesús que murió había resucitado, no como un espíritu sino como un hombre, que comía entre ellos, algo que un fantasma no puede hacer ni tiene necesidad de hacer.

Ver por la fe y no por la vista, como le dice Jesús a Santo Tomás, es un don tremendo. “¿Has creído porque me has visto? Bienaventurados los que no han visto y creen”. Yo creo a Jesús; a veces, solo necesito una pequeña semilla para ayudar a mi incredulidad.

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Allison Gingras is a Deacon’s wife and seasoned mom of three. Allison works for Family Rosary as a social media and digital specialist, as well as a new media consultant for Catholic Mom and the Diocese of Fall River. She is the author of Encountering Signs of Faith: My Unexpected Journey with Sacramentals, the Saints, and the Abundant Grace of God (Fall 2022, Ave Maria Press). Allison developed the Stay Connected Journals for Women series including her two volumes – The Gift of Invitation and Seeking Peace (OSV). She’s hosted A Seeking Heart with Allison Gingras podcast since 2015.

Feature Image Credit: Nicolás Nuñez, LC, cathopic.com/photo/13647-luz-del-mundo

The views and opinions expressed in the Inspiration Daily blog are solely those of the original authors and contributors. These views and opinions do not necessarily represent those of Diocesan, the Diocesan staff, or other contributors to this blog.

Why Does Matter, Matter?/ ¿Por Qué Importa la Materia?

There is a scene in a popular TV show where two scientists are discussing what makes up a human person. They go through all the elements that a body is made of and the percentages that we have of each. Most of our bodies are made of a mix of just six elements: Oxygen, hydrogen, nitrogen, carbon, calcium, and phosphorus. Pretty remarkable way to describe a human being, huh? But I bring this up because I think oftentimes we treat our own bodies this way. As if they are just masks that we can change at will, or abuse. After all, they are just elements mixed together at random right? What’s the harm?

The scene in the show gets them to the end of a list of elements but they are still missing some percentage of unaccounted for elements. They determine that it must be the soul. As Catholics, we believe we are body and soul composites that have been infused with the life and breath of God. We even hear in Genesis that we are made in the image and likeness of God. More than just a cute little phrase to hand out on prayer cards, this means something. It means that matter (our bodies), matters.

Our body and our soul together is what makes us a human being, totally unique and perfect in the plan of God. The Catechism tells us then that, “Man may not despise his bodily life. Rather he is obliged to regard his body as good and to hold it in honor since God has created it and will raise it up on the last day.”  CCC 364

Matter, matters. God, as our Creator, knows that we are both physical and spiritual beings, and he loves us so much that this purely spiritual being took on flesh. God became man. That is significant. The moment that the second person of the Trinity took on flesh, our bodies were raised to a higher level than ever. We now share the same human DNA with God.

Now, it’s not only that God created us and became man for us, he also wanted to stay with us even after he was taken back into heaven. We receive his grace and love in a tangible way through the sacraments. And notice, every sacrament requires matter. Baptism requires water and the Eucharist requires bread and wine. In the First Reading today we have a foreshadowing of baptism where Naaman washes and is made clean of leprosy. His body is made new. And we know that in baptism we are made new as well. Matter, matters.

The Catechism sums this up beautifully by saying, “The flesh is the hinge of salvation. We believe in God who is the creator of the flesh; we believe in the word made flesh in order to redeem the flesh, we believe in the resurrection of the flesh, the fulfillment of both the creation and redemption of the flesh.” CCC 1015

God loves your body. God loves you. Let’s take a few moments today to thank God for making us in his image and likeness, for giving us his sacraments so that we might partake in his love, and for the future hope of one day reaching heaven and being happy with him and all the saints forever. Just a bunch of humans walking around with glorified bodies praising God and living their best life. Sounds pretty good to me.

From all of us here at Diocesan, God bless!

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Hay una escena en un popular programa de televisión en la que dos científicos discuten qué constituye una persona humana. Pasan por todos los elementos que componen un cuerpo y los porcentajes que tenemos de cada uno. La mayoría de nuestros cuerpos están hechos de una mezcla de solo seis elementos: oxígeno, hidrógeno, nitrógeno, carbono, calcio y fósforo. Una forma bastante notable de describir a un ser humano, ¿verdad? Pero menciono esto porque creo que a menudo tratamos a nuestros propios cuerpos de esta manera. Como si fueran solo máscaras que podemos cambiar a nuestro antojo o abusar de ellos. Después de todo, son solo elementos mezclados al azar, ¿verdad? ¿Cuál es el daño?

La escena en el programa los lleva al final de una lista de elementos, pero todavía les falta un porcentaje de elementos no contabilizados. Determinan que debe ser el alma. Como católicos, creemos que somos compuestos de cuerpo y alma que han sido infundidos con la vida y el aliento de Dios. Incluso escuchamos en Génesis que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. Más que una pequeña frase linda para repartir en las tarjetas de oración, esto significa algo. Significa que la materia (nuestros cuerpos), importa.

Nuestro cuerpo y nuestra alma juntos es lo que nos hace un ser humano, totalmente único y perfecto en el plan de Dios. El Catecismo nos dice entonces que “no es lícito al hombre despreciar la vida corporal, sino que, por el contrario, tiene que considerar su cuerpo bueno y digno de honra, ya que ha sido creado por Dios y que ha de resucitar en el último día”. CIC 364

La materia importa. Dios, como nuestro Creador, sabe que somos seres tanto físicos como espirituales, y nos ama tanto que este ser puramente espiritual se hizo carne. Dios se hizo hombre. Eso es significativo. En el momento en que la segunda persona de la Trinidad se hizo carne, nuestros cuerpos se elevaron a un nivel más alto que nunca. Ahora compartimos el mismo ADN humano con Dios.

Ahora bien, no es solo que Dios nos creó y se hizo hombre por nosotros, sino que también quiso quedarse con nosotros incluso después de haber sido llevado de regreso al cielo. Recibimos su gracia y amor de manera tangible a través de los sacramentos. Y si se dan cuenta, cada sacramento requiere materia. El bautismo requiere agua y la Eucaristía requiere pan y vino. En la Primera Lectura de hoy tenemos un presagio del bautismo donde Naamán se lava y queda limpio de lepra. Su cuerpo es hecho nuevo. Y sabemos que en el bautismo también somos hechos nuevos. La materia importa.

El Catecismo resume esto hermosamente al decir: “La carne es soporte de la salvación. Creemos en Dios que es el creador de la carne; creemos en el Verbo hecho carne para rescatar la carne; creemos en la resurrección de la carne, perfección de la creación y de la redención de la carne”. CIC 1015

Dios ama tu cuerpo. Dios te ama. Tomemos hoy unos momentos para agradecer a Dios por hacernos a su imagen y semejanza, por darnos sus sacramentos para que participemos de su amor, y por la esperanza futura de llegar un día al cielo y ser felices con él y todos los santos para siempre. Un grupo de humanos caminando con cuerpos glorificados alabando a Dios y viviendo su mejor vida. A mí me suena bastante bien.

De parte de todos nosotros aquí en Diocesan, ¡Dios los bendiga!

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Tommy Shultz is a Business Development Representative for Diocesan. In this role he is committed to bringing the best software to dioceses and parishes while helping them evangelize on the digital continent. Tommy has worked in various diocese and parish roles since his graduation from Franciscan University with a Theology degree. He hopes to use his skills in evangelization, marketing, and communications, to serve the Church and bring the Good News to all. His favorite quote comes from St. John Paul II, who said, “A person is an entity of a sort to which the only proper and adequate way to relate is love.”

Feature Image Credit: Josh Applegate, unsplash.com/photos/mjn1LcoU1Cw

The Faith of Mary / La Fe de María

When the Gospels are short like today’s–only two verses–it always makes me think that the message is really vital to how we live our lives. It’s like someone wanted us to be hit with something short so that we could spend our time reflecting on that message. Today’s Gospel offers us beautiful words with which we can contemplate the faith of Mary and how we are to imitate her faith in our lives. 

These two verses from Luke can be a bit confusing; the first time I read them I asked myself, “Is Jesus saying that Mary’s role as His mother is unimportant?” That is certainly not what He is saying to this woman! St. John Chrysostom, in a reflection on these two verses from Luke says, “In His answer He did not disgrace His mother, but showed that His birth would have profited her nothing had she not been really fruitful in works and faith.” Christ is not dismissing nor diminishing the importance of Mary’s role as His mother. Rather, He is emphasizing the importance of her faith in her role as mother. In order for her to become the Mother of God, she first had to say yes to the will of God. Before fulfilling her title of mother she fulfilled the words Christ uses to respond to the woman: “Blessed are those who hear the word of God and observe it.” Mary heard the word of God and observed it when, after learning that she would bear the Son of God, she responded with “Let it be done unto me according to thy word.”

We should look to Mary as a perfect example of faith. It is she who models true blessedness. She embodies perfect and joyful submission to the will of the Father. When God calls us to something that is difficult, do we answer as Mary did? 

When we are struggling to observe the word of God, may we remember Mary and her joyful acceptance of His word. When we hear the word of God, may we joyfully observe it!

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Cuando los evangelios son cortos como el de hoy, solo dos versículos, siempre me hace pensar que el mensaje es vital para la forma en que vivimos nuestras vidas. Es como si alguien quisiera que nos golpeáramos con algo corto para que pudiéramos pasar nuestro tiempo reflexionando sobre ese mensaje. El Evangelio de hoy nos ofrece hermosas palabras con las que podemos contemplar la fe de María y cómo debemos imitar su fe en nuestra vida.

Estos dos versículos de Lucas pueden ser un poco confusos; la primera vez que los leí me pregunté: “¿Está diciendo Jesús que el papel de María como Su madre no es importante?” ¡Ciertamente eso no es lo que Él le está diciendo! San Juan Crisóstomo, en una reflexión sobre estos dos versículos de Lucas dice: “En su respuesta no deshonró a su madre, sino que mostró que su nacimiento no le habría aprovechado nada si no hubiera sido realmente fructífera en obras y fe”. Cristo no está descartando ni disminuyendo la importancia del papel de María como Su madre. Más bien, está enfatizando la importancia de su fe en su papel como madre. Para que ella se convirtiera en la Madre de Dios, primero tuvo que decir sí a la voluntad de Dios. Antes de cumplir su título de madre, cumplió las palabras con las que Cristo responde a la mujer: “Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la guardan”. María escuchó la palabra de Dios y la observó cuando, después de saber que daría a luz al Hijo de Dios, respondió: “Hágase en mí según tu palabra”.

Debemos mirar a María como un ejemplo perfecto de fe. Es ella el modelo de la verdadera bienaventuranza. Ella encarna la sumisión perfecta y gozosa a la voluntad del Padre. Cuando Dios nos llama a algo que es difícil, ¿respondemos como María?

Cuando estemos luchando por observar la palabra de Dios, recordemos a María y su gozosa aceptación de Su palabra. Cuando escuchemos la palabra de Dios, ¡que la observemos con gozo!

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Dakota lives in Denver, CO with her husband, Ralph, and their two sons, Alfie & Theophilus. She is the Dean of Enrollment Management for Bishop Machebeuf High School where her husband also teaches. You can find Dakota at the zoo or a brewery with her family or with her nose in a book at home. For more of Dakota’s writing check out https://dakotaleonard16.blogspot.com/

Feature Image Credit: Manuel Asturias, cathopic.com/photo/11955-the-sorrow-of-mary

Our Lady of the Rosary / Nuestra Señora del Rosario

October is full of special days in our family. We celebrate my mother-in-law and father-in-law’s birthdays, my birthday, my dad’s birthday and my son’s birthday. Not to mention all the fun the kids have on Halloween and choosing which saint to dress up as. This month anticipation also begins to build as the weather gets chillier and our thoughts turn toward the holidays.

But no day takes greater precedence in my opinion than what we celebrate today, the Feast of Our Lady of the Rosary. Each year I am filled with a small amount of jealousy as my sister-in-law gets to share this day with her birthday.

Our Lady herself asked us to pray this prayer during at least five apparitions. This request was made for specific intentions: world peace, an end to war, for the pope, bishops and priests, for repentance, and to lighten grief. As the mediatrix of all graces, Our Lady is waiting to aid us in our need, if only we go to her in prayer.

In today’s Gospel, Jesus has just driven out a demon. He does not downplay the reality of demons. He does not deny their existence. Instead he makes a rather frightening statement: “When an unclean spirit goes out of someone, it roams through arid regions searching for rest but, finding none, it says, ‘I shall return to my home from which I came.’ But upon returning, it finds it swept clean and put in order. Then it goes and brings back seven other spirits more wicked than itself who move in and dwell there, and the last condition of that man is worse than the first.”

But instead of falling into fear, we can recognize the almighty power of our God and the intercessory power of our Blessed Mother. If you have ever seen an image of Our Lady of Guadalupe, she is depicted stepping on a serpent. This is to symbolize her crushing Satan. The graces that flow from praying the rosary and invoking her intercession are our safeguard against the wiles of the wicked one.

So whatever your situation may be, whether you be celebrating or fearful, run into the arms of our Blessed Mother and know that she will cover you with her mantle of protection and God will fill you with the joy that comes from Him alone.

Hail Mary, full of grace…

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Octubre está lleno de días especiales en nuestra familia. Celebramos los cumpleaños de mis suegros, mi cumpleaños, el cumpleaños de mi papá y el cumpleaños de mi hijo. Sin mencionar toda la diversión que los niños tienen en Halloween y al elegir sus disfraces de santos. La anticipación de este mes también comienza a aumentar a medida que el clima se vuelve más frío y nuestros pensamientos se vuelven hacia las vacaciones.

Pero ningún día tiene mayor prioridad en mi opinión que el que celebramos hoy, la Fiesta de Nuestra Señora del Rosario. Cada año me entran un poco de celos porque mi cuñada comparte este día con su cumpleaños.

Nuestra Señora misma nos pidió que rezáramos esta oración durante al menos cinco apariciones. Este pedido se hizo por intenciones específicas: la paz mundial, para que se acaba la guerra, por el Papa, los obispos y sacerdotes, por el arrepentimiento y para aliviar el dolor. Como mediadora de todas las gracias, Nuestra Señora está esperando para ayudarnos en nuestra necesidad, si tan solo acudimos a ella en oración.

En el Evangelio de hoy, Jesús acaba de expulsar a un demonio. Él no minimiza la realidad de los demonios. Él no niega su existencia. En cambio, hace una declaración bastante aterradora: “Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo, y al no hallarlo, dice: ‘Volveré a mi casa, de donde salí’. Y al llegar, la encuentra barrida y arreglada. Entonces va por otros siete espíritus peores que él y vienen a instalarse allí, y así la situación final de aquel hombre resulta peor que la de antes”.

Pero en lugar de caer en el miedo, podemos reconocer el poder todopoderoso de nuestro Dios y el poder intercesor de nuestra Santísima Madre. Si alguna vez has visto una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, se la representa pisando una serpiente. Esto es para simbolizar que aplasta a Satanás. Las gracias que brotan del rezo del rosario y de la invocación de su intercesión son nuestra salvaguardia contra las asechanzas del maligno.

Así que cualquiera que sea tu situación, ya sea que estés celebrando o temeroso, corre a los brazos de nuestra Santísima Madre y sabe que ella te cubrirá con su manto de protección y Dios te colmará de la alegría que proviene solo de Él.

Ave María, llena eres de gracia…

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Tami Urcia grew up in Western Michigan, a middle child in a large Catholic family. She spent early young adulthood as a missionary in Mexico, studying theology and philosophy, then worked and traveled extensively before finishing her Bachelor’s Degree in Western Kentucky. She loves tackling projects, finding fun ways to keep her little ones occupied, quiet conversation with the hubby and finding unique ways to love. She works at for Christian Healthcare Centers, is a guest blogger on CatholicMom.com and BlessedIsShe.net, runs her own blog at https://togetherandalways.wordpress.com and has been doing Spanish translations on the side for over 20 years.

Feature Image Credit: H. Fernando Nava, cathopic.com/photo/12796-madre-del-noviciado

Is There Power? / ¿Hay Poder?

Have you ever done the classic God test? “I am going to pray for this specific thing, God, and if it doesn’t happen then you are not real.” We judge God by his power and if a specific thing doesn’t happen then we assume that somehow God has lost his power or doesn’t even exist.

We have to dive into this a little because I know many people who have fallen away from faith due to this mentality. A lot of it has to do with putting ourselves in the proper place. If God did, in fact, created us then he ultimately knows what is good for us. It might be impossible for our human minds to see how good could ever come from cancer or from terrorism, but if we try to put on divine glasses we can see that maybe someone with cancer drew closer to their family and God through the process or we might see how our country united as one through the events of 9/11.

God is always acting with his power, it’s just not always the answer we may expect, because God knows better than we do. In the Gospel today, Jesus explains this using the analogy of a friend. Have you ever had a friend who was a good enough friend to tell you that you were being an idiot or that they could see when you were making a mistake and they gave you some tough love?

I think we need to draw this part of the analogy in. When we ask for things from God we may not receive it because a greater good is possible and God wants our ultimate fulfillment. It is the ultimate act of love just like a friend would do for us.

But does this take away God’s power? We hear the classic praise and worship song where we sing, “There is power.” Do we still believe it? Do we believe that Jesus has power still to this day and that prayer and the sacraments are effective ways for God to communicate grace? Or are we among those who believe that grace exists on a timeline in history to the point where after so many years it runs out?

If there are three things I take from this Gospel today it’s that God has the ultimate power, I need to be smaller and trust that he will take care of me in the proper way, and that God truly wills my good.

If we start to believe that God doesn’t answer prayers, simply because it’s not the exact answer we expected, then we are essentially saying that the cross meant nothing. I want to proclaim that the cross has real power, Jesus’ sacrifice had real power and still does to this day, and God’s love is still present and active in the world. Let’s ask for the grace to put on those divine glasses and see.

From all of us here at Diocesan, God Bless!

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¿Alguna vez has hecho la clásica prueba de Dios? “Voy a orar por esta cosa específica, Dios, y si no sucede, entonces no eres real”. Juzgamos a Dios por su poder y si algo específico no sucede, decimos que de alguna manera Dios ha perdido su poder o nisiquiera existe.

Tenemos que profundizar un poco en esto porque conozco a muchas personas que se han alejado de la fe debido a esta mentalidad. Mucho de esto tiene que ver con ponernos en el lugar correcto. Si de hecho Dios nos creó, quiere decir que últimamente él sabe que es lo mejor para nosotros. Puede que sea imposible para nuestras mentes humanas ver lo bueno que puede venir del cáncer o del terrorismo, pero si tratamos de ponernos lentes divinos, podemos ver que tal vez alguien con cáncer se acercó más a su familia y a Dios a través del proceso o podemos ver cómo nuestro país se unió a través de los eventos del 11 de septiembre.

Dios siempre está actuando con su poder, solo que no siempre es la respuesta que podemos esperar, porque Dios sabe mejor que nosotros. En el Evangelio de hoy, Jesús explica esto usando la analogía de un amigo. ¿Alguna vez has tenido un amigo tan cercano que te djiera que te estabas portando como un idiota o que podía ver cuando estabas cometiendo un error y te dio un poco de amor duro?

Creo que debemos incorporar esta parte de la analogía. Cuando le pedimos cosas a Dios, capaz no las recibamos porque un bien mayor es posible y Dios quiere nuestra satisfacción máxima. Es el último acto de amor como lo haría un amigo por nosotros.

Pero, ¿quita esto el poder de Dios? ¿Creemos que Jesús todavía tiene poder hasta el día de hoy y que la oración y los sacramentos son formas efectivas para que Dios comunique la gracia? ¿O somos de los que creen que la gracia existe en una línea de tiempo en la historia hasta el punto en que después de tantos años se agota?

Si hay tres cosas que tomo de este Evangelio hoy es que Dios tiene el poder supremo, necesito ser más pequeño y confiar que me cuidará de la manera adecuada, y que Dios verdaderamente quiere mi bien.

Si empezamos a creer que Dios no contesta las oraciones simplemente porque la respuesta no exacta que esperábamos, entonces esencialmente estamos diciendo que la cruz no significó nada. Quiero proclamar que la cruz tiene un poder real, el sacrificio de Jesús tuvo un poder real y todavía lo tiene hasta el día de hoy, y el amor de Dios todavía está presente y activo en el mundo. Pidamos la gracia de ponernos esos anteojos divinos para ver.

De parte de todos nosotros aquí en Diocesan, ¡Dios los bendiga!

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Feature Image Credit: Marc-Olivier Jodoin, unsplash.com/photos/TStNU7H4UE


This reflection was reposted from Diocesan Archives. Author: Tommy Shultz

Mercy / La Misericordia

“And fear nothing, dear soul, whoever you are; the greater the sinner, the greater his right to Your mercy, O Lord.” 

Today is, quite possibly, one of my favorite feast days – the Feast of Saint Faustina Kowalska, who said the beautiful quote above (one of my favorites). Why is St. Faustina so amazing and why do I love her feast day so much? It’s quite simple actually: mercy. 

This humble Polish nun became one of the greatest messengers of God’s mercy and especially for our modern times. The news of God’s great mercy is nothing new to us – it’s a grace that goes all the way back to the beginning pages of Scripture, when Adam and Eve fell in the Garden of Eden. In His mercy and from that very moment, God planned to send His Son to save us from our sins and open up the gates of heaven and eternal life to us. 

However, we hear more about Divine Mercy now thanks to St. Faustina, as she wrote down the many revelations she received on this topic from the Lord. It is through her that we have the Image of Divine Mercy, the beautiful devotion of the Divine Mercy Chaplet and so much more. 

When I was a high school student, our youth group had a devotion to Divine Mercy. As a retreat team, we’d consecrate ourselves and our retreat weekend to Divine Mercy, beginning every team meeting with the chaplet. That’s stuck with me for the past decade-plus. Since becoming a youth minister myself, I’ve taken the opportunity to share about the devotion and teach about St. Faustina several times now. 

Why was Divine Mercy so significant to me back then and still so impactful to me right now? Because it serves as a simple and beautiful reminder to me that, no matter how far away I may stray from God as a result of sin and my own failings, He still loves me and welcomes me back with open arms, every single time. Not only is it a message of mercy and love but it is one of hope for all of us. 

In honor of Faustina’s feast day today, I encourage you to take a moment and examine your conscience. Have you fallen short lately? Are you in need of God’s mercy? If so, take advantage of the Sacrament of Reconciliation. He is waiting for you, to shower you with His love and mercy. 

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“Y no temas nada, querida alma, quienquiera que seas; mientras mas grave el pecador, más derecho tiene a Tu misericordia, oh Señor.”

Hoy es, muy posiblemente, uno de mis días de fiesta favoritos: la fiesta de Santa Faustina Kowalska, quien dijo la hermosa frase anterior (una de mis favoritas). ¿Por qué Santa Faustina es tan asombrosa y por qué me encanta tanto su fiesta? Es bastante simple: por la misericordia.

Esta humilde monja polaca se convirtió en una de las más grandes mensajeras de la misericordia de Dios y especialmente para nuestros tiempos modernos. La noticia de la gran misericordia de Dios no es nada nuevo para nosotros: es una gracia que se remonta a las primeras páginas de las Escrituras, cuando Adán y Eva cayeron en el Jardín del Edén. En Su misericordia y desde ese mismo momento, Dios planeó enviar a Su Hijo para salvarnos de nuestros pecados y abrirnos las puertas del cielo y la vida eterna.

Sin embargo, ahora escuchamos más acerca de la Divina Misericordia gracias a Santa Faustina, ya que ella escribió las muchas revelaciones que recibió sobre este tema del Señor. Es a través de ella que tenemos la Imagen de la Divina Misericordia, la hermosa devoción de la Coronilla de la Divina Misericordia y mucho más.

Cuando yo era estudiante de secundaria, nuestro grupo de jóvenes tenía una devoción a la Divina Misericordia. Como equipo de retiro, nos consagraramos a nosotros mismos y nuestro fin de semana de retiro a la Divina Misericordia, comenzando cada reunión del equipo con la coronilla. Eso se quedó conmigo durante la última década y más. Desde que me convertí en ministro de jóvenes, he aprovechado la oportunidad para compartir sobre la devoción y enseñar sobre Santa Faustina varias veces.

¿Por qué la Divina Misericordia fue tan importante para mí en ese entonces y todavía me impacta tanto ahora? Porque me sirve como un recordatorio simple y hermoso de que, no importa cuán lejos me aleje de Dios como resultado del pecado y mis propias fallas, Él todavía me ama y me recibe con los brazos abiertos, cada vez. No sólo es un mensaje de misericordia y amor, sino también de esperanza para todos nosotros.

En honor a la fiesta de Faustina hoy, los animo a que tomen un momento y hagan un examen de conciencia. ¿Te has quedado corto últimamente? ¿Necesitas de la misericordia de Dios? Si es así, aprovecha el Sacramento de la Reconciliación. Él te está esperando para colmarte de su amor y misericordia.

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Erin is a Cleveland native and graduate of Franciscan University of Steubenville. She is passionate about the Lord Jesus, all things college sports and telling stories and she is blessed enough to get paid for all three of her passions as a full-time youth minister and a freelance sports writer.

Feature Image Credit: Angie Menes, cathopic.com/photo/13303-la-misericordia-de-dios

The Memorial of St. Francis of Assisi / El Memorial de San Francisco de Asís

The readings today mention three disciples of Christ: St.Paul, Mary and Martha. This is fitting as the Church celebrates St. Francis of Assisi. Each of these very different individuals had to find his or her own unique path to follow Jesus.

In the First Reading St. Paul briefly speaks about his early life as a Jew and his conversion to Christianity. Paul had no intention of becoming a follower of Christ Jesus. He was “a zealot for [his] ancestral traditions.” His conversion to the Way allowed him to proclaim and instruct the Gentiles throughout Arabia, Cilicia, Damascus, and Syria. St. Paul’s writings and witness continue to lead many to Christ.

St. Paul was an educated man. St. Francis was brought up in an educated, wealthy family. He led a carefree life, enjoyed friends, parties and had little to worry about. He wanted to be a knight. Francis was captured on his first campaign as a cavalry soldier, imprisoned, and became ill. He was held captive for a year and read about the lives of the saints.

When Francis returned home he was not the same person. His spirit was troubled. Things he used to enjoy just didn’t make him happy the way they used to. He took time to pray and heard Christ speak to rebuild His Church.

St. Francis did not have an easy life once he chose to follow his Heavenly Father. He made mistakes, faced many challenges and accomplished much in his own ‘little’ journey to learn Jesus’ Way. He made changes in how he dealt with life events. He prayed and fasted while in service to others. Francis went about his life by doing what God gave him to do; to live the Gospel moment by moment, day by day.

In the Gospel, Martha wanted Jesus to direct Mary to assist with the serving. Jesus did not do so, telling her that Mary had chosen the better part. He told Martha she was anxious and worried about many things.

I have been told by my spiritual director, a priest and a deacon and a few others as well, that I too, have been worried and anxious about things I cannot control, or situations that I have chosen for myself. I need to remember to go through my day one moment at a time, without making assumptions or worrying about the outcome of any situation.

Francis prayed this prayer frequently before the Crucifix where he heard God speak during his early discernment and ministry. I find much comfort in it; please pray with me.

“Most high and glorious God, enlighten the darkness of my heart and give me, Lord, a correct faith, a certain hope, a perfect charity, sense and knowledge, so that I may carry out Your holy and true command.” Amen.

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Las lecturas de hoy mencionan a tres discípulos de Cristo: San Pablo, María y Marta. Que apropiado ya que la Iglesia celebra hoy a San Francisco de Asís. Cada uno de estos individuos tan diferentes tuvo que encontrar su propio camino único para seguir a Jesús.

En la Primera Lectura, San Pablo habla brevemente sobre su vida de joven como judío y su conversión al cristianismo. Pablo no tenía intención de convertirse en un seguidor de Cristo Jesús. Era “un fanático de [sus] tradiciones ancestrales”. Su conversión al Camino le permitió proclamar e instruir a los gentiles por toda Arabia, Cilicia, Damasco y Siria. Los escritos y el testimonio de San Pablo continúan guiando a muchos a Cristo.

San Pablo era un hombre educado. San Francisco se crió en una familia rica y educada. Llevaba una vida sin preocupaciones, disfrutaba de amigos, fiestas y tenía poco de qué preocuparse. Quería ser caballero. Francisco fue capturado en su primera campaña como soldado de caballería, fue encarcelado y se enfermó. Estuvo cautivo durante un año y leía sobre la vida de los santos.

Cuando Francis volvió a casa no era la misma persona. Su espíritu estaba turbado. Las cosas que antes disfrutaba simplemente no lo hacían feliz como solían hacerlo. Tomó tiempo para orar y escuchó a Cristo pedirle reconstruir Su Iglesia.

San Francisco no tuvo una vida fácil una vez que eligió seguir a su Padre Celestial. Cometió errores, enfrentó muchos desafíos y logró mucho en su propio “pequeño” viaje para aprender el Camino de Jesús. Hizo cambios en la forma en que lidió con los eventos de la vida. Oraba y ayunaba mientras estaba al servicio de los demás. Francisco vivió su vida haciendo lo que Dios le pidió hacer; vivir el Evangelio momento a momento, día tras día.

En el Evangelio, Marta quería que Jesús dirigiera a María a ayudar con el servicio. Jesús no lo hizo, diciéndole que María había escogido la mejor parte. Le dijo a Martha que estaba ansiosa y preocupada por muchas cosas.

Me ha dicho mi director espiritual, un sacerdote y un diácono y algunos otros también, que yo también he estado preocupada y ansiosa por cosas que no puedo controlar, o situaciones que he escogido. Necesito acordarme de pasar mi día un momento a la vez, sin hacer suposiciones ni preocuparme por el resultado de ninguna situación.

Francisco oraba esta oración con frecuencia ante el Crucifijo donde escuchaba a Dios hablarle durante su discernimiento y ministerio. En ella encuentro mucho consuelo; les invito a rezarla conmigo.

“Dios altísimo y glorioso, ilumina las tinieblas de mi corazón y dame, Señor, una fe recta, una esperanza cierta, una caridad perfecta, sentido y conocimiento, para que pueda cumplir Tu santo y verdadero mandato.” Amén.

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Beth Price is part of the customer care team at Diocesan. She is a Secular Franciscan (OFS) and a practicing spiritual director. Beth shares smiles, prayers, laughter, a listening ear and her heart with all of creation. Reach her here bprice@diocesan.com.

Feature Image Credit: pixabay.com/photos/umbria-assisi-basilica-st-francis-3662398/

Keeping Our Promises / Cumpliendo Nuestras Promesas

Have you ever broken a promise? Of course you have. I think if we all think about it and are honest with ourselves, we have all probably broken a promise we made at one point or another. You have probably seen the aftermath of what happened when that promise was broken; People got hurt, trust was shattered, relationships were affected. I know when I have broken a promise I immediately feel guilt. I think this guilt comes because we all know deep down in our bones that promises are not meant to be broken.

This brings us to our First Reading for today where we hear that the Galatians have been quick to forsake Paul and Christ for the sake of another gospel. They came to learn about Christ through Paul’s teachings and gave their hearts over to him, until another gospel popped up that seemed more alluring. Take a moment to think about this for a second. Jesus had recently died for their sins. There may have even been people present who were alive when it happened. They were there at the beginning of Christianity. They had been told about the promise of eternal life through this Jesus of Nazareth who died and actually rose from the dead. And then, a different gospel comes along and they are quick to dismiss what Jesus did for them.

It is probably easy to look at the Galatians and wonder how they could do all this, but this wasn’t a new phenomenon. Since the beginning of time God has been making promises with his people and we have been breaking those promises. But no matter what, God remains faithful. We call these promises covenants and there are many throughout the Old Testament, culminating in the New Covenant in Christ. Today in the Responsorial Psalm, we read that the Lord will remember his covenant forever and the Catechism tells us, “God chose Abraham and made a covenant with him and his descendants. By the covenant God formed his people and revealed his law to them through Moses. Through the prophets, he prepared them to accept the salvation destined for all humanity. God has revealed himself fully by sending his own Son, in whom he has established his covenant forever.” (CCC 72-73)

God remembers the covenant he made with Abraham. He remembers the covenant he made with Noah and with Moses. He remembers the covenant he made on the cross, the covenant he made for us. God is always faithful to his covenant. The question is, are we faithful to him? Let’s take some time today to thank God for what he did for us on the cross and ask for the grace to remain faithful to his covenant of love forever.

From all of us here at Diocesan, God bless!

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¿Alguna vez has roto una promesa? Seguro que sí. Creo que si todos lo pensamos y somos honestos con nosotros mismos, probablemente todos hayamos roto una promesa que hicimos en un momento u otro. Probablemente hayas visto las consecuencias de lo que sucedió cuando se rompió esa promesa; las personas resultaron heridas, la confianza se rompió, las relaciones se vieron afectadas. Sé que cuando he roto una promesa me siento culpable inmediatamente. Creo que esta culpa viene porque todos sabemos en el fondo de nuestros huesos que las promesas no están hechas para romperse.

Esto nos lleva a nuestra primera lectura de hoy, donde escuchamos que los gálatas facilmente abandonar a Pablo y Cristo por otro evangelio. Llegaron a aprender acerca de Cristo a través de las enseñanzas de Pablo y le entregaron su corazón, hasta que apareció otro evangelio que parecía más atractivo. Tómese un momento para pensar en esto por un segundo. Jesús había muerto recientemente por sus pecados. Incluso puede haber personas presentes que estaban vivas cuando sucedió. Estaban allí al comienzo del cristianismo. Se les había dicho acerca de la promesa de la vida eterna a través de este Jesús de Nazaret que murió y resucitó de entre los muertos. Y luego, aparece un evangelio diferente y rápidamente descartan lo que Jesús hizo por ellos.

Probablemente sea fácil mirar a los gálatas y preguntarse cómo pudieron hacer todo esto, pero este no era un fenómeno nuevo. Desde el principio de los tiempos, Dios ha estado haciendo promesas con su pueblo y nosotros hemos estado rompiendo esas promesas. Pero pase lo que pase, Dios permanece fiel. A estas promesas las llamamos pactos y hay muchas a lo largo del Antiguo Testamento, que culminan en la Nueva Alianza en Cristo. Hoy en el Salmo Responsorial leemos que el Señor recordará para siempre su alianza y el Catecismo nos dice: “Dios eligió a Abraham y selló una alianza con él y su descendencia. Dios eligió a Abraham y selló una alianza con él y su descendencia. De él formó a su pueblo, al que reveló su ley por medio de Moisés. Lo preparó por los profetas para acoger la salvación destinada a toda la humanidad. Dios se ha revelado plenamente enviando a su propio Hijo, en quien ha establecido su alianza para siempre.” (CIC 72-73)

Dios recuerda la alianza que hizo con Abraham. Recuerda la alianza que hizo con Noé y con Moisés. Recuerda la alianza que hizo en la cruz, la alianza que hizo por nosotros. Dios es siempre fiel a su alianza . La pregunta es, ¿le somos fieles? Tomemos un tiempo hoy para agradecer a Dios por lo que hizo por nosotros en la cruz y pidamos la gracia de permanecer fieles a la alianza de amor para siempre.

De parte de todos nosotros aquí en Diocesan, ¡Dios los bendiga!

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Tommy Shultz is a Business Development Representative for Diocesan. In this role he is committed to bringing the best software to dioceses and parishes while helping them evangelize on the digital continent. Tommy has worked in various diocese and parish roles since his graduation from Franciscan University with a Theology degree. He hopes to use his skills in evangelization, marketing, and communications, to serve the Church and bring the Good News to all. His favorite quote comes from St. John Paul II, who said, “A person is an entity of a sort to which the only proper and adequate way to relate is love.”

Feature Image Credit: Alise Storsul, unsplash.com/photos/EWqwxi9He04

Work of Faith / Obras de Fe

From our human perspective, wouldn’t it be great if Jesus were like the fairy godmother from Cinderella? “Bibbity, bobbity, boo! More faith for you!” We can all enjoy a good chuckle knowing that isn’t how Jesus works. And then we have to pause and really sit in the fact that, no, that isn’t how Jesus works.

Jesus is a miracle worker. But He isn’t ours to command. Jesus is a healer. But we don’t get to decide when it is our time to die. Jesus is a teacher. But we do not get to demand knowledge we aren’t mature enough or wise enough to handle. God is God, we are not.

Just prior to this Gospel reading in Luke, Jesus told the apostles that if someone sinned against them seven times and seven times asked to be forgiven they ought to extend that forgiveness. He warned them about allowing sin to work through them to the detriment of others. Jesus is paving the way for what it means to not only be a disciple but also a teacher of faith. 

This scared the apostles. Did they have enough faith? Who could have enough faith to withstand such temptation and be required to extend such forgiveness? They quickly asked Jesus to increase their faith. 

Jesus didn’t wave His wand and pour more faith into them. That’s not how faith works. Faith is like a muscle. It has to be exercised to grow stronger. We don’t need God to give us more, we need to learn how to use the faith we have already been given. 

Faith is a free gift from God. As it is a gift, it is up to us to accept it. Once we accept it, we have to learn how to use it, how to rely on it. How? By becoming humble servants of God, trusting in His Will for our lives. We have each been given specific work to do upon this earth which will bring God glory. Just as we have duties within our own family, we have duties as members of the Mystical Body of Christ, our heavenly family.

At the close of our life when we stand before God, let us all hope to be able to say, “we have done what we were obliged to do.” May we stand proud of how we followed God’s Will, how we obeyed His commands and did the work He had so carefully chosen for us to do.

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Desde nuestra perspectiva humana, ¿no sería genial si Jesús fuera como el hada madrina de la Cenicienta? “¡Bibbity, bobbity, boo! ¡Más fe para ti!” Todos podemos disfrutar de una buena risa sabiendo que no es así con Jesús. Y luego tenemos que hacer una pausa y realmente darnos cuenta del hecho de que, no, no es así con Jesús.

Jesús es un obrador de milagros. Pero no es nuestro lugar mandarlo. Jesús es el sanador. Pero no podemos decidir cuándo es nuestro momento de morir. Jesús es el maestro. Pero no podemos exigir conocimientos que no seamos lo suficientemente maduros o sabios para manejar. Dios es Dios y nosotros no lo somos.

Justo antes de esta lectura del Evangelio de Lucas, Jesús les dijo a los apóstoles que si alguien había pecado contra ellos siete veces y siete veces pedía perdón, deberían extender ese perdón. Les advirtió acerca de permitir que el pecado obrara a través de ellos en detrimento de los demás. Jesús está allanando el camino para lo que significa no solo ser un discípulo sino también un maestro de fe.

Esto asustó a los apóstoles. ¿Tuvieron la fe suficiente? ¿Quién podría tener la fe suficiente para resistir esa tentación y ser requerido extender el perdón? Rápidamente le pidieron a Jesús que aumentara su fe.

Jesús no agitó su varita y derramó más fe en ellos. La fe no funciona así. La fe es como un músculo. Tiene que ser ejercitado para crecer más fuerte. No necesitamos que Dios nos dé más, necesitamos aprender a usar la fe que ya nos ha sido dada.

La fe es un don gratuito de Dios. Como es un regalo, depende de nosotros aceptarlo. Una vez que lo aceptamos, tenemos que aprender a usarlo, a confiar en él. ¿Cómo? Haciéndonos humildes servidores de Dios, confiando en Su Voluntad para nuestras vidas. A cada uno de nosotros se nos ha dado un trabajo específico para hacer en esta tierra que traerá gloria a Dios. Así como tenemos deberes dentro de nuestra propia familia, tenemos deberes como miembros del Cuerpo Místico de Cristo, nuestra familia celestial.

Al final de nuestra vida, cuando estemos delante de Dios, esperemos todos poder decir: “hemos hecho lo que estábamos obligados a hacer”. Que estemos orgullosos de cómo seguimos la Voluntad de Dios, cómo obedecimos Sus mandamientos e hicimos el trabajo que Él había escogido tan cuidadosamente para nosotros.

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Kate Taliaferro is an Air Force wife and mother. She is blessed to be able to homeschool, bake bread and fold endless piles of laundry. When not planning a school day, writing a blog post or cooking pasta, Kate can be found curled up with a book or working with some kind of fiber craft. Kate blogs at DailyGraces.net.

Feature Image Credit: Brianna Amick, www.pexels.com/photo/exotic-nuts-on-old-tree-stump-1976792/

The Little Way / El Caminito

Prayer

Simplicity

Obedience to God’s will 

These principles are the foundation of St. Therese’s Little Way. In today’s Gospel, Jesus gives the Disciples insight into this truth so much a part of St. Therese’s teaching. Following God isn’t about great heroics, but a reversal of power found where the meek and humble are exalted and the wise and learned fail to understand. 

This school year it has been difficult to get my morning prayer habit back into a routine. I have a puppy who wants up well before the alarm and expects my undivided attention even before my eyes are open. There is much to do in the beginning of the school year and it is easier to get my computer out and mark a few things off my to-do list in the morning when the house is quiet. 

St. Therese reminds me not only to pray…but to keep it simple. I don’t need an elaborate routine or a huge chunk of time. Simply stopping to ask God to keep all of my work in line with his will is enough. 

God doesn’t look for grand gestures, he wants to be included in our simple, everyday moments. This year we have incorporated prayer more closely in our everyday routines at school. In the morning, before we enter the school, the students and I talk about opportunities to show mercy or kindness to another during the day before we pray the Act of Charity. We pray together before going to lunch. We have incorporated the Prayer after Eating as we take a couple of deep breaths and pray together to transition our bodies and minds from the fun and chatter of the lunchroom back to the focus of the classroom.

These simple routines with my students have led me to attach simple prayers to routine actions I take during the day. I breathe, “Come, Holy Spirit” as I turn on my computer. As I walk through the school and make sure the lights and heat are off, I ask our Blessed Mother to take care of those who inhabit this room for so much of the day. God doesn’t want grand acts from me, but to incorporate simple prayer into all I do.

I am so grateful for St. Therese and Her Little Way, a way of humility and childlike trust in our God that leads us ever closer to His will. 

Prayer

Simplicity 

Obedience to God’s will

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Oración
Sencillez
Obediencia a la voluntad de Dios

Estos principios son la base del Caminito de Santa Teresa. En el Evangelio de hoy, Jesús les da a los Discípulos una idea de esta verdad que es una parte tan importante de la enseñanza de Santa Teresita. Seguir a Dios no se trata de grandes hazañas, sino de una inversión de poder que se encuentra donde los mansos y humildes son exaltados y los sabios y eruditos no logran comprender.

Este año escolar ha sido difícil lograr que mi hábito de oración matutina vuelva a ser una rutina. Tengo un cachorro que quiere levantarse mucho antes de la alarma y espera toda mi atención incluso antes de que abra los ojos. Hay mucho que hacer al comienzo del año escolar y es más fácil sacar mi computadora y marcar algunas cosas de mi lista de cosas por hacer en la mañana cuando la casa está tranquila.

Santa Teresa me recuerda que no solo ore… sino que sea sencilla. No necesito una rutina elaborada o una gran cantidad de tiempo. Simplemente detenerme para pedirle a Dios que mantenga todo mi trabajo en línea con su voluntad es suficiente.

Dios no busca grandes gestos, quiere ser incluido en nuestros momentos sencillos y cotidianos. Este año hemos incorporado más oración en nuestras rutinas diarias en la escuela. Por la mañana, antes de entrar a la escuela, los estudiantes y yo hablamos sobre las oportunidades de mostrar misericordia o bondad a los demás durante el día y luego rezamos el Acto de Caridad. Rezamos juntos antes de ir a almorzar. Hemos incorporado la oración después de comer mientras tomamos un par de respiraciones profundas y oramos juntos para hacer la transición de nuestros cuerpos y mentes de la diversión y la charla del comedor al enfoque del salón de clases.

Estas rutinas simples con mis alumnos me han llevado a agregar oraciones simples a las acciones rutinarias que realizo durante el día. Respiro, “Ven, Espíritu Santo” mientras prendo mi computadora. Mientras camino por la escuela y viendo de que las luces y la calefacción estén apagadas, le pido a nuestra Santísima Madre que cuide de aquellos que habitan esta sala durante gran parte del día. Dios no quiere grandes actos de mí, sino que incorpore la oración simple en todo lo que hago.

Estoy muy agradecida por Santa Teresita y su Caminito, un camino de humildad y de confianza infantil en nuestro Dios que nos acerca cada vez más a Su voluntad.

Oración
Sencillez
Obediencia a la voluntad de Dios

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Sheryl is happy to be the number 1 cheerleader and supporter for her husband, Tom who is a candidate for the Permanent Diaconate in the Diocese of Kalamazoo. They are so grateful for the opportunity to grow together in this process. Sheryl’s day job is serving her community as the principal for St. Therese Catholic School in Wayland, Michigan. Since every time she thinks she gets life all figured out, she realizes just how far she has to go, St. Rita of Cascia is her go-to Saint for intercession and help. Home includes Carlyn, a very, very goofy Golden Retriever and Lucy, our not-so-little rescue puppy. 

Feature Image Credit: Tanaphong Toochinda, unsplash.com/photos/nZhHajBMDu0