Hay unas cuantas lecturas en la Biblia que siempre me confunden. Por ejemplo, en la lectura de hoy, Jesús, el Hijo de Dios, nuestro Salvador y Mesías, tiene berrinche. Por lo menos, así me parece. En mi cabeza, ese no es el Jesús que me han dicho que debo admirar y seguir su ejemplo. ¡Suena más bien lo que NO debo hacer! Pensé que Jesús era dócil y que cambiaba el mundo con su amor…no volcando mesas, azotando a los animales y tirando el dinero de la gente en el piso.
Mientras más lo pensaba, más me preguntaba porque Jesús se portó de esta forma y por qué incluyeron este pasaje en la Biblia. ¿Por qué Jesús recurre al enfado en lugar de la compasión? ¿Por qué la Biblia incluye una historia que deja saber a todos que Jesús se enojó bastante? Luego me di cuenta que en Juan 2:13-25, no nos está dando el ejemplo de cómo enojarnos, sino nos está dando el ejemplo perfecto de cuando enojarnos.
Para que esto tenga sentido, tienen que entender la situación alrededor de la limpieza del templo. En este momento, Jesús estaba en Jerusalén para la Pascua Judía. Para aquellos que no saben que es la Fiesta de la Pascua Judía, es la fiesta Judía más celebrada y dura siete días. Para los judíos que formaban parte del Reino de Judá, incluyendo a Jesús y su familia, significaba viajar a Jerusalén para celebrar la Pascua Judía en el Templo de Jerusalén. En el evangelio de hoy, Jesús llega al templo y hay vendedores aprovechando de las multitudes, probablemente subiendo sus precios solo porque podrían. Los cientos de miles de viajeros estaban allí para darle gloria a Dios y en lugar de eso, estaban rodeados de gente que supuestamente intentaba venderles comida, hospedaje y ofrendas de animales a alto precio.
Para darles un ejemplo de hoy día, imaginen que estás hincado en la iglesia durante la adoración al Santísimo y unas Niñas Exploradoras (Girl Scouts) están allí intentando venderles galletas a $25 por caja o un empleado de Subway que carga letreros está bailando en el altar cantando rap sobre los sándwiches de un pie por $5. ¿No te enojarías? Sé que yo sí estaría enojada pero solo soy ser humana. Pero ¿sabes qué? ¡Jesús es ser humano también! Al final de la lectura, dice que Jesús “no necesitaba que nadie le descubriera lo que es el hombre, porque él sabía lo que hay en el hombre.“
Así que, como otro ser humano con emociones, Jesús realiza la Escritura y el “Celo por la Casa de Dios” lo consume. Sabe en su corazón que su celo, o su pasión y devoción para Dios le da razón de estar enojado. Solo porque las cosas son “normales” según la sociedad no quiere decir que son correctos y no debemos quedarnos parados sin hacer nada. Tenemos el derecho de enojarnos y protestar las cosas que no respetan a Dios. Tenemos el derecho de enojarnos y protestar las cosas que no respetan la santidad de la vida. Como seres humanos, a veces el enojo es lo que nos mueva a hacer una diferencia en nuestro mundo – a cambiar lo malo a bueno – y Jesús entendía eso.
En nuestros corazones, sabemos lo que está bueno y lo que está malo. Sabemos el tipo de mundo que Dios quiere para nosotros, y muy a fondo, sabemos cómo cambiarlo. Ahora lo único que tenemos que hacer es tener el valor de utilizar el Jesús que tenemos adentro y alzarnos contra todos aquellos que “conviertan en un mercado la casa de mi Padre”.
¿Estás buscando más sobre los 10 Mandamientos de la primera lectura? Puedes ver uno de nuestros escritos anteriores llamado The 10 Commandments Are Only The Beginning.