While I am content to live in a time with indoor plumbing, cell phones, and other modern conveniences, I still think it would have been incredible to have been one of Jesus’ first followers. It would have been a very hard life, but also one of unique purpose and beauty. As the early Church grew, the Holy Spirit guided the disciples to continue uncovering truths about Jesus. This teaching of Jesus must have been confusing when He shared it. Wouldn’t it have been so exciting to see the lightbulb moment when they came to understand His words?
“For behold, the Kingdom of God is among you.” What is the Kingdom of God? It can be explained both as a place and as a person. As a place, it is where God reigns. Where does God reign? Everywhere! God is the Author and Creator of everything, of you and of me. Where we are, the Kingdom of God is because we are living under His authority. The Kingdom of God is also present in Jesus, who is God. Where Jesus is, there God is.
Where is Jesus? Jesus is present in the Eucharist. He is also present in each of us. As followers of Jesus, we believe He dwells within each of our hearts. In this very moment, you are living in the Kingdom of God because Jesus is within you. When we gather together to share Eucharist, Jesus is among us.
What a mystery this must have been for those early disciples. Slowly, they would have come to understand as they continued to encounter Jesus, then to encounter Him anew after the Resurrection. Once Jesus ascended and they received the Holy Spirit, their understanding of Jesus’ teachings deepened under the guidance of the Holy Spirit.
Jesus hasn’t left us. The Kingdom of God isn’t something to look out for, to grasp for, or to sit in the corner waiting for. The Kingdom of God is at hand, at this very moment. We are living, active participants in it. The more we live in a manner which reflects Jesus in our hearts, the more clearly we will see the Kingdom of God all around us.
Aunque estoy contenta viviendo en una época en la que haya plomería, teléfonos celulares y otras comodidades modernas, sigo pensando que hubiera sido increíble haber sido uno de los primeros seguidores de Jesús. Hubiera sido una vida muy dura, pero también una vida de propósito y belleza únicos. A medida que la Iglesia primitiva crecía, el Espíritu Santo guió a los discípulos para que siguieran descubriendo verdades sobre Jesús. Esta enseñanza de Jesús debe haber sido confusa cuando la compartió. ¿No habría sido tan emocionante ver el momento de iluminación cuando llegaron a comprender Sus palabras?
“Porque el Reino de Dios ya está entre ustedes.” ¿Qué es el Reino de Dios? Se puede explicar tanto como un lugar como una persona. Como lugar, es donde Dios reina. ¿Dónde reina Dios? ¡En todas partes! Dios es el Autor y Creador de todo, de ti y de mí. Donde estamos, está el Reino de Dios porque estamos viviendo bajo Su autoridad. El Reino de Dios también está presente en Jesús, que es Dios. Donde está Jesús, allí está Dios.
¿Dónde está Jesús? Jesús está presente en la Eucaristía. También está presente en cada uno de nosotros. Como seguidores de Jesús, creemos que Él habita en cada uno de nuestros corazones. En este mismo momento, estás viviendo en el Reino de Dios porque Jesús está dentro de ti. Cuando nos reunimos para compartir la Eucaristía, Jesús está entre nosotros.
¡Qué misterio debe haber sido esto para los primeros discípulos! Poco a poco, habrían llegado a comprender a medida que continuaban encontrándose con Jesús, y luego lo encontraron nuevamente después de la Resurrección. Una vez que Jesús ascendió y recibieron el Espíritu Santo, su comprensión de las enseñanzas de Jesús se profundizó bajo la guía del Espíritu Santo.
Jesús no nos ha abandonado. El Reino de Dios no es algo que debemos buscar, alcanzar o esperar sentados en un rincón. El Reino de Dios está cerca, en este mismo momento. Somos participantes vivos y activos en él. Cuanto más vivamos de una manera que refleje a Jesús en nuestros corazones, más claramente veremos el Reino de Dios a nuestro alrededor.
Kate Taliaferro is an Air Force wife and mother. She is blessed to be able to homeschool, bake bread and fold endless piles of laundry. When not planning a school day, writing a blog post or cooking pasta, Kate can be found curled up with a book or working with some kind of fiber craft. Kate blogs at DailyGraces.net.
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