Do You Want To Be Well?/ ¿Quieres Curarte?

The readings for today have taken on a more intimate perspective for me this liturgical cycle. There have been many challenging and stressful situations in my families’ lives since last year’s Lent. What resonates with me is the image of water found in both Scripture passages and the Gospel Acclamation from Psalms, “A clean heart create for me, O God; give me back the joy of your salvation.”

The reading from Ezekiel describes deep waters coming from the threshold of the temple of the Lord. The wealth of these waters contains every sort of living creature that can multiply. The river banks are verdant with trees and fruits which will not fail. The waters nourish and replenish all living things. This is a beautiful image of the depths of God’s love and mercy. It brings to mind for me the inexhaustible grace that God extends to us as we pray in the Divine Mercy Chaplet.

Inexhaustible grace and mercy comes through in the Gospel when Jesus asks the man at the pool Bethesda in Jerusalem, “Do you want to be well?” I am reminded of the scene from ‘The Chosen’ of the lame and ill man by the well who has no one to take him to the pool.

Imagine having someone approach you in your most destitute condition and state of mind. He asks you if you want to be well. He tells you to, “rise, take up your mat and walk.” And then, miraculously you immediately are able to get up and walk wherever you’d like after thirty eight years of illness! The Lord God certainly created a clean heart for this man. Jesus gave him the joy of salvation by restoring his health and the ability to walk. The man was whole and well again! Alleluia!

Lord, work through me. Christ, cleanse my heart. Jesus, heal my many ills and bring me back to the joy of health. Your mercy and grace are available to all who turn to you with a contrite and humble heart. The joy of redemption and salvation is available to all. Amen.

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Las lecturas de hoy han tomado una perspectiva más íntima para mí en este ciclo litúrgico. Ha habido muchas situaciones desafiantes y estresantes en la vida de mi familia desde la Cuaresma del año pasado. Lo que resuena en mí es la imagen del agua que se encuentra tanto en los pasajes de las Escrituras como en la Aclamación del Evangelio de los Salmos: “Crea en mí, Señor, un corazón puro y devuélveme tu salvación, que regocija.”

La lectura de Ezequiel describe aguas profundas que salen del umbral del templo del Señor. La riqueza de estas aguas contiene toda clase de criaturas vivientes que pueden multiplicarse. Las orillas del río están verdes con árboles y frutas que no fallarán. Las aguas nutren y reponen todos los seres vivos. Esta es una hermosa imagen de las profundidades del amor y la misericordia de Dios. Me recuerda la gracia inagotable que Dios nos extiende cuando oramos la Coronilla de la Divina Misericordia.

La gracia y la misericordia inagotables aparecen en el Evangelio cuando Jesús le pregunta al hombre en el estanque de Betesda en Jerusalén: “¿Quieres curarte?” Me acuerdo de la escena de la serie ‘The Chosen’ del cojo y enfermo junto al pozo que no tiene quien lo lleve a la piscina.

Imagínate que alguien se te acerque en tu condición y estado de ánimo más indigentes. Te pregunta si quieres estar bien. Te dice: “Levántate, toma tu camilla y anda”. Y de inmediato, ¡puedes levantarte milagrosamente y caminar a donde quieras después de treinta y ocho años de enfermedad! El Señor Dios ciertamente creó un corazón limpio para este hombre. Jesús le dio la alegría de la salvación al restaurar su salud y la capacidad de caminar. ¡El hombre estaba sano y salvo de nuevo! ¡Aleluya!

Señor, obra a través de mí. Cristo, limpia mi corazón. Jesús, cura mis muchos males y devuélveme a la alegría de la salud. Tu misericordia y gracia están disponibles para todos los que se vuelven a ti con un corazón contrito y humilde. La alegría de la redención y la salvación está disponible para todos. Amén.

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Beth Price is part of the customer care team at Diocesan. She is a Secular Franciscan (OFS) and a practicing spiritual director. Beth shares smiles, prayers, laughter, a listening ear and her heart with all of creation. Reach her here bprice@diocesan.com.

Feature Image Credit: Yoann Boyer, https://unsplash.com/photos/i14h2xyPr18