It’s the last day of the liturgical year. It’s hard to believe, time flies so fast. Perhaps on this day, more so than on other days, it might be good to slow down and consider why time appears to fly so fast.
Jesus warns us not to get caught up in the pleasures of life, nor the anxieties. When Jesus walked the earth there were many tugs and pulls on people’s time. Even without any modern technology or access to global affairs, the everyday distractions were enough that Jesus had to strongly warn His followers against their lure. If those early Christians felt the pressure of distractions which would pull them away from Christ, we are certainly not immune.
As we cannot tell the future, we do not know when certain events will happen. We don’t know when we will die. Depending on the type of planner we are, we might not even know what’s for dinner tomorrow night. We don’t know when the economy will collapse or boom. We don’t know if our country will go to war, or how the next elections will turn out. We don’t know when Jesus will come back at the end of time. Given the uncertainties facing all of us, big and small, it is easy to get wrapped up in what we don’t know.
Jesus intimately knows the human heart. He knows what it feels like to stare down the unknown, to be unsure of how things will come to pass. He speaks from His own experience when He tells the disciples to “Be vigilant at all times and pray that you have the strength to escape the tribulations that are imminent and to stand before the Son of Man” (Luke 21:36).
How are we vigilant? Through prayer. What does prayer do? It pulls us away from the distractions that surround us and draws our gaze back to Christ. We can share our anxieties with our Lord and, if we take His instruction to heart, we lay them at His feet. None of us can escape the lure of the unknown without a heavenly strength.
As the liturgical year comes to a close, take some time today to consider how often you have been wrapped up in daily anxieties rather than letting them fall through your fingers. Think about what you can do this Advent season to set the tone for the year to come. What practice might you incorporate into your day which will remind you to keep your gaze fixed on Christ, instead of on the unknown.
Es el último día del año litúrgico. Es difícil de creerlo, el tiempo vuela tan rápido. Tal vez en este día, más que en otros días, sería bueno reducir la velocidad y considerar por qué el tiempo parece volar tan rápido.
Jesús nos advierte que no nos dejemos atrapar por los placeres de la vida, ni por las ansiedades. Cuando Jesús caminó sobre la tierra hubo muchos tirones y jalones para el tiempo de las personas. Incluso sin ninguna tecnología moderna o acceso a los asuntos globales, las distracciones cotidianas fueron suficientes para que Jesús tuviera que advertir enfáticamente a sus seguidores contra su señuelo. Si esos primeros cristianos sintieron la presión de las distracciones que los alejarían de Cristo, ciertamente nosotros no somos inmunes.
Como no podemos predecir el futuro, no sabemos cuándo sucederán ciertos eventos. No sabemos cuándo moriremos. Dependiendo del tipo de planificador que seamos, es posible que ni siquiera sepamos qué vamos a cenar mañana. No sabemos cuándo colapsará o prosperará la economía. No sabemos si nuestro país irá a la guerra, o cómo resultarán las próximas elecciones. No sabemos cuándo volverá Jesús al final de los tiempos. Dadas las incertidumbres que enfrentamos todos, grandes y pequeñas, es fácil quedar envuelto en lo que no sabemos.
Jesús conoce íntimamente el corazón humano. Sabe lo que se siente mirar fijamente lo desconocido, no estar seguro de cómo sucederán las cosas. Habla desde Su propia experiencia cuando les dice a los discípulos: “Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre” (Lucas 21,36).
¿Cómo estamos vigilantes? A través de la oración. ¿Qué hace la oración? Nos aleja de las distracciones que nos rodean y atrae nuestra mirada hacia Cristo. Podemos compartir nuestras ansiedades con nuestro Señor y, si tomamos en serio sus instrucciones, las ponemos a sus pies. Ninguno de nosotros puede escapar del atractivo de lo desconocido sin una fuerza celestial.
A medida que el año litúrgico llega a su fin, tómate un tiempo hoy para considerar la frecuencia con la que has estado envuelto en las ansiedades diarias en lugar de dejarlas en las manos de Dios. Piense en lo que puede hacer en esta temporada de Adviento para marcar la pauta para el año que viene. ¿Qué práctica podrías incorporar en tu día que te recuerde mantener tu mirada fija en Cristo, en lugar de en lo desconocido?
Kate Taliaferro is an Air Force wife and mother. She is blessed to be able to homeschool, bake bread and fold endless piles of laundry. When not planning a school day, writing a blog post or cooking pasta, Kate can be found curled up with a book or working with some kind of fiber craft. Kate blogs at DailyGraces.net.
Feature Image Credit: Anete Lusina, www.pexels.com/photo/crop-woman-taking-notes-in-calendar-5239917/