Today we celebrate the Feast of St. Catherine of Siena, one of the four women Doctors of the Church. As I read the Gospel, thinking about Catherine, this verse struck me, “It is the Spirit that gives life, while the flesh is of no avail, “ (John 6:63). Did you know that for years Catherine consumed only the Eucharist for food? She slept in a small cell in her parent’s house and cared for her family doing all sorts of menial tasks. To prevent her parents from marrying her off, she cut her long hair. She cared little for her physical body; her greatest concern was her soul and the souls of those around her.
This gospel is from John, Chapter 6. The Bread of Life Discourse and Jesus’ words caused disbelief to the point of many disciples leaving Him. They could not accept the teaching that Jesus is the Bread of Life. Without this belief, where are we as Catholics? The Eucharist is called the source and summit of our faith. It is the very thing that gives us life. Without it, we would be empty.
Here is part of a prayer, “Your Greatness is Everywhere” written by Catherine about the Eucharist:
“You, eternal Father, are the table that offers us as food the Lamb, your only begotten Son. He is the most exquisite of foods for us, both in his teaching, which nourishes us in your will, and in the sacrament that we receive in holy communion, which feeds and strengthens us while we are pilgrim travelers in this life. And the Holy Spirit is indeed a waiter for us, for he serves us this teaching, by enlightening our mind’s eye with it and inspiring us to follow it. And he serves us charity for our neighbors and hunger to have as our food souls and the salvation of the whole world for the Father’s honor. So we see that souls enlightened in you, true light, never let a moment pass without eating this exquisite food for your honor.”
St. Peter tells Jesus that he believes He is the Holy One of God. St. Catherine believed that as well and lived her life in total self-giving. Today, as we celebrate this great saint and read the words of Jesus reminding us of the gift of the Eucharist, may we experience a new fervor to live and share our faith in the world.
Hoy celebramos la fiesta de Santa Catalina de Siena, una de las cuatro mujeres Doctoras de la Iglesia. Mientras leía el Evangelio, pensando en Catalina, me llamó la atención este versículo: “El Espíritu es quien da la vida; la carne para nada aprovecha.” (Juan 6:63). ¿Sabías que durante años Catalina consumió solamente la Eucaristía como alimento? Dormía en una pequeña celda en la casa de sus padres y cuidaba a su familia haciendo todo tipo de tareas domésticas. Para evitar que sus padres la hicieran casarse, se cortó el pelo. Poco le importaba su cuerpo físico; su mayor preocupación era su alma y las almas de quienes la rodeaban.
Este evangelio es de Juan, capítulo 6. El Discurso del Pan de Vida y las palabras de Jesús causaron incredulidad al punto de que muchos discípulos lo abandonaron. No podían aceptar la enseñanza de que Jesús es el Pan de Vida. Sin esta creencia, ¿dónde estamos como católicos? La Eucaristía es la fuente y cumbre de nuestra fe. Es lo que nos da la vida. Sin ella, estaríamos vacíos.
A continuación hay una porción de la oración, “Tu Grandeza Está en Todas Partes”, escrita por Santa Catalina sobre la Eucaristía:
“Tú, Padre eterno, eres la mesa que nos ofrece como alimento al Cordero, tu Hijo unigénito. Es el más exquisito de los alimentos para nosotros, tanto en su enseñanza, que nos nutre en tu voluntad, como en el sacramento que recibimos en la sagrada comunión, que nos alimenta y nos fortalece mientras somos peregrinos viajeros en esta vida. Y el Espíritu Santo es ciertamente un servidor para nosotros, porque nos sirve esta enseñanza, iluminando el ojo de nuestra mente con ella e inspirándonos a seguirla. Y nos sirve la caridad para con el prójimo y el hambre de tener por alimento las almas y la salvación del mundo entero para honra del Padre. Así vemos que las almas iluminadas en ti, verdadera luz, no dejen pasar un momento sin comer este manjar exquisito para tu honor”.
San Pedro le dice a Jesús que cree que es el Santo de Dios. Santa Catalina también lo creía y vivió su vida en entrega completa. Hoy, mientras celebramos a este gran santo y leemos las palabras de Jesús recordándonos el don de la Eucaristía, que experimentemos un nuevo fervor por vivir y compartir nuestra fe en el mundo.
Deanna G. Bartalini, M.Ed.; M.P.A., is a certified spiritual director, writer, speaker and content creator. The LiveNotLukewarm.com online community is a place to inform, engage and inspire your Catholic faith. Her weekly Not Lukewarm Podcast gives you tips and tools to live out your faith in your daily life.
Feature Image Credit: Mateus Campos Felipe, unsplash.com/photos/bNVARJMlves