It’s so easy to take for granted what and who we have in our lives.
In today’s First Reading, we read of Tobit, a generous man who sticks to the Law of the Lord, even burying the poor regardless of being mocked.
And yet, when his wife is given a “bonus” of a goat from her boss, he thinks that she has stolen it and gets angry, demanding she return it. Tobit’s wife’s response is almost chilling:
Where are your charitable deeds now?
Where are your righteous acts?
It reminds Tobit that even in all his generosity and actively following the Lord’s commandments he does not bring the same generosity and truth-seeking into his own home and relationship with his wife. Even all his acts of good deeds with the poor, stop when he reaches the entry of his own home.
Unfortunately, I can relate to Tobit. I spend so much of my time at work being pleasant and fun to be around but when I get home, everything annoys me and even though my boyfriend is kind enough to take me out to eat for dinner, I huff when he asks “What do you want to eat?” Or when a friend calls me to hang out, I reply with a halfhearted “yeah, sure.”
Here is the person that knows me and loves me and has always been there for me, and yet I take them for granted. How often do I do the same with the Lord?
I wonder how much of my time is spent praising the Lord and then also resenting the Lord’s will not being aligned with my own. How often do I ask things of the Lord, which are granted in miraculous ways, but not even miracles are enough for me to praise him all the days of my life?!
It’s almost easier to be continuously kind to strangers than to those who know us the most. It is easy to see the big miracles but ignore the little miracles of life and love that the Lord affords us each and every day.
So today I challenge you to open your eyes to these miracles and to praise Him for all the little things. Make an effort to bring His light and His love into your home to those who know you the best.
Es muy fácil tomar por hecho qué y quién tenemos en nuestras vidas.
En la Primera Lectura de hoy, leemos acerca de Tobías, un hombre generoso que se apega a la Ley del Señor, incluso enterrando a los pobres sin importarle las burlas.
Y, sin embargo, cuando su esposa recibe un “bono” de una cabra de su jefe, él piensa que se la ha robado y se enfada y le exige que se la devuelva. La respuesta de la esposa de Tobit es casi escalofriante:
¿Ahora dónde están tus obras de caridad?
¿Dónde están tus actos justos?
Le recuerda a Tobías que incluso con toda su generosidad y siguiendo activamente los mandamientos del Señor, él no trae la misma generosidad y búsqueda de la verdad a su propio hogar y a la relación con su esposa. Incluso todos sus actos de buenas obras con los pobres, se detienen cuando llega a la entrada de su propia casa.
Desafortunadamente, puedo relacionarme con Tobit. Paso gran parte de mi tiempo en el trabajo siendo agradable y divertida, pero cuando llego a casa, todo me molesta y, aunque mi novio tiene la amabilidad de invitarme a cenar, resoplo cuando me pregunta “¿Qué quieres comer?” O cuando un amigo me llama para pasar el rato, respondo con poco entusiasmo “sí, claro”.
Aquí está la persona que me conoce y me ama y siempre ha estado ahí para mí y, sin embargo, la tomo por hecho. ¿Con qué frecuencia hago lo mismo con el Señor?
Me pregunto cuánto de mi tiempo lo dedico a alabar al Señor y luego también a resentir que la voluntad del Señor no esté alineada con la mía. ¡¿Cuántas veces pido cosas al Señor, que se me conceden de manera milagrosa, pero ni siquiera los milagros me bastan para alabarle todos los días de mi vida?!
Es casi más fácil ser continuamente amable con los extraños que con los que más nos conocen. Es fácil ver los grandes milagros pero ignorar los pequeños milagros de vida y amor que el Señor nos regala cada día.
Así que hoy te desafío a que abras los ojos a estos milagros y lo alabes por todas las pequeñas cosas. Haz un esfuerzo para traer Su luz y Su amor a tu hogar a aquellos que te conocen mejor.
Image Credit: Hello I’m Nik, unsplash.com/photos/LUYD2b7MNrg
Veronica Alvarado is a born and raised Texan currently living in Pennsylvania. Since graduating from Texas A&M University, Veronica has published various Catholic articles in bulletins, newspapers, e-newsletters, and blogs. She continued sharing her faith after graduation as a web content strategist and digital project manager. Today, she continues this mission in her current role as communications director and project manager for Pentecost Today USA, a Catholic Charismatic Renewal organization in Pittsburgh.