The Call to Forgiveness / El Llamado al Perdón

This Gospel story touches on a very important topic, the importance of asking for God to forgive us and, in return, sharing forgiveness and mercy with others. Peter begins by asking Jesus how many times we need to forgive others when they do us wrong. In response, Jesus offers us a formula for forgiveness that is radically different from the traditional understanding of Rabbinic teaching, which is at odds with the natural desire for self-preservation.  At this time in Jewish culture, the limit for forgiveness was three times, and the fourth offense was not to be forgiven. This rigid understanding of forgiveness made for many long-held grudges which created a  hardhearted environment and a spirit of unforgiveness among the faithful. At times we can view unforgiveness as the ultimate payback to someone who has wounded our hearts, but through forgiveness we encounter Christian freedom to learn to trust in the Lord. This Gospel teaching challenges us to view the world differently.

This parable tells us that God offers us forgiveness for the ultimate debt we could never pay back, the debt that comes from sin. In this Gospel story, the servant whose debt had just been forgiven went and choked his indebted servant, demanding him to pay back his debt in full, despite his own personal debt being forgiven. This action was unnecessary, cruel, and not rooted in love or the other person’s best interest. This news was reported back to the Master, reminding us that our actions and deeds are seldom done in secret. As a result, the Master recanted on his promise of mercy and had him tortured until he could pay back the whole debt. 

How often does self-righteousness blind our vision? How often do we hold back our forgiveness out of annoyance, a spirit of self-pride, or even self-righteousness? Sin blinds us to the consequences of our actions and causes us to lose perspective on the graces and mercy offered to us if we do choose to be merciful and spread this mercy and forgiveness to others. We do not forgive because it is easy, rather, we need to be inspired to forgive and show mercy because Jesus was merciful to us and showed us the way to true Christian freedom and happiness. 

The formula is simple: Jesus died for us, showed us true mercy and love, and introduced us to God the Father. And we are invited to do the same to others. Who do we need to forgive? Who do we need to seek forgiveness from so as to allow the loving graces that flow from the heart of Christ to touch our hearts and soften us to those around us?

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Esta historia del Evangelio toca un tema muy importante, la importancia de pedirle a Dios que nos perdone y, a cambio, compartir el perdón y la misericordia con los demás. Pedro comienza preguntándole a Jesús cuántas veces debemos perdonar a los demás cuando nos hacen daño. En respuesta, Jesús nos ofrece una fórmula para el perdón que es radicalmente diferente de la comprensión tradicional de la enseñanza rabínica, que está reñida con el deseo natural de autoconservación. En ese momento en la cultura judía, el límite para el perdón era tres veces, y la cuarta ofensa no debía ser perdonada. Esta comprensión rígida del perdón generó muchos rencores de largo plazo que crearon un ambiente de corazón duro y un espíritu de falta de perdón entre los fieles. A veces podemos ver la falta de perdón como la última recompensa a alguien que ha herido nuestro corazón, pero a través del perdón encontramos la libertad cristiana para aprender a confiar en el Señor. Esta enseñanza del Evangelio nos desafía a ver el mundo de manera diferente.

Esta parábola nos dice que Dios nos ofrece el perdón de la deuda máxima que nunca podríamos pagar, la deuda que proviene del pecado. En esta historia del Evangelio, el sirviente cuya deuda acababa de ser perdonada fue y estranguló a su sirviente endeudado, exigiéndole que pague su deuda en su totalidad, a pesar de que su propia deuda personal fue perdonada. Esta acción fue innecesaria, cruel y no se basó en el amor o en el mejor interés de la otra persona. Esta noticia fue informada al Maestro, recordándonos que nuestras acciones y hechos rara vez se realizan en secreto. Como resultado, el Maestro se retractó de su promesa de misericordia y lo torturó hasta que pudo pagar toda la deuda.

¿Con qué frecuencia la justicia propia ciega nuestra visión? ¿Con qué frecuencia retenemos nuestro perdón por molestia, un espíritu de orgullo propio o incluso por santurronería? El pecado nos ciega a las consecuencias de nuestras acciones y nos hace perder la perspectiva de las gracias y la misericordia que se nos ofrece si elegimos ser misericordiosos y difundir esta misericordia y perdón a los demás. No perdonamos porque sea fácil, sino que necesitamos ser inspirados para perdonar y mostrar misericordia porque Jesús fue misericordioso con nosotros y nos mostró el camino hacia la verdadera libertad y felicidad cristiana.

El camino a seguir es sencillo: Jesús murió por nosotros, nos mostró la verdadera misericordia y amor, y nos presentó a Dios Padre. Y estamos invitados a hacer lo mismo con los demás. ¿A quién debemos perdonar? ¿De quién necesitamos buscar el perdón para permitir que las gracias amorosas que fluyen del corazón de Cristo toquen nuestros corazones y nos hagan más compasivos con los que nos rodean?

Comunicarse con la autora

Emily Jaminet is a Catholic author, speaker, radio personality, wife, and mother of seven children. She earned a bachelor’s degree in mental health and human services from the Franciscan University of Steubenville.  She is the co-founder of www.inspirethefaith.com and the Executive Director of The Sacred Heart Enthronement Network www.WelcomeHisHeart.com. She has co-authored several Catholic books and her next one, Secrets of the Sacred Heart: Claiming Jesus’ Twelve Promises in Your Life, comes out in Oct. 2020. Emily serves on the board of the Columbus Catholic Women’s Conference, contributes to Relevant Radio and Catholic Mom.com.

Feature Image Credit: Roberto Castillo photo, https://cathopic.com/photo/6168-penitencia