Without Cost You are to Give / Gratuitamente Debes Dar

The life of today’s saint, Benedict of Nursia, and this passage from Matthew’s Gospel go hand in hand. Benedict’s own life was a proclamation of the Good News, and as he founded the Benedictines, society flourished in a way that had not been seen before. The monks, following Benedict’s rule of Ora et Labora (pray and work), gave witness to the world through their lives of goodness, virtue and prayer. They showed others the beauty of what it means to give freely in the same manner as Christ magnanimously gives to us.

How did Benedict, how did his monks, how does anyone “give without cost”? Simple. They look to Jesus, and realize that giving is what He is all about. And upon reflection, they realize that His self-gift won salvation is for us all. Jesus’ giving was complete and total, and He accomplished it so perfectly. From the moment he arrived on this earth, “pitched his tent” as John’s gospel tells us, he gave of himself according to the Father’s will and accepted with trust in the Father all that was asked of him. 

His life was and is a gift which we have received without cost to us. Think about it. Treasure this thought and let it penetrate deeply into your heart, your mind, your very soul. Now stop for a moment and gaze upon the Lord, hanging on the cross. Consider as you look at his body torn to pieces, how He gave everything. He gave it all out of love, a loving response to God the Father, to show us and to be the way to this loving Father. You too can give and love freely. God gives us a lifetime to find our way, and he sends others to help us on the path.

Me? Give like that? As a baptized Christian you are a disciple, so your life experiences are a sort of classroom. There you are invited to learn to love fully and to have the abundance of life God wants to give you. Your “cross-training” for eternal life has already started since you are in Christ getting ready to love for all eternity. In the school of Jesus, our Teacher will show you His way and walk with you through it all.

You are loved and understood as the unique person you are. Keep your heart and your eyes fixed on Him, and He will fill you so full of His love that you will realize for yourself that “Christ [is] in you, your hope of glory” (Col. 1:27). Then you will be a person with a peaceful heart that can give it as a gift to others. We pray this for one another, for we are truly all in this marvelous eternal enterprise together, children of the same Father, and blessed because of His mercy.

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La vida del santo de hoy, Benito de Nursia, y este pasaje del Evangelio de Mateo van de la mano. La propia vida de Benito fue una proclamación de la Buena Nueva y, cuando fundó los benedictinos, la sociedad floreció de una manera que nunca se había visto anteriormente. Los monjes, siguiendo la regla de Benito de Ora et Labora (orar y trabajar), dieron testimonio al mundo a través de sus vidas llenas de bondad, virtud y oración. Mostraron a otros la belleza de lo que significa dar gratuitamente de la misma forma que Cristo nos da magnánimamente a nosotros.

¿Cómo hizo Benito, cómo lo hicieron sus monjes, y cómo cualquier persona puede “dar gratuitamente”? Es sencillo. Miran a Jesús y se dan cuenta de que todo su ser se trata de donación. Y al reflexionar, se dan cuenta de que su autodonación ha obtenido la salvación para todos nosotros. La entrega de Jesús fue completa y total, y la cumplió perfectamente. Desde el momento en que llegó a esta tierra, “montó su tienda” como nos dice el evangelio de Juan, se entregó según la voluntad del Padre y aceptó con confianza en el Padre todo lo que le pedía.

Su vida fue y es un regalo que hemos recibido sin costo alguno. Piénsalo. Atesora este pensamiento y deja que penetre profundamente en tu corazón, tu mente y tu alma. Ahora detente un momento y contempla al Señor colgado en la cruz. Considera, al mirar su cuerpo despedazado, cómo Él lo dio todo. Él lo dio todo por amor, una respuesta amorosa a Dios Padre, para mostrarnos y ser el camino hacia este Padre amoroso. Tú también puedes dar y amar libremente. Dios nos da toda una vida para encontrar nuestro camino y envía a otros para ayudarnos.

 ¿Yo? ¿Dar de esta forma? Como cristiano bautizado eres un discípulo, por lo que tus experiencias de vida son una especie de salón de clases. Allí estás invitado a aprender a amar plenamente y a tener la abundancia de vida que Dios quiere darte. Tu “entrenamiento en la cruz” para la vida eterna ya ha comenzado ya que estás en Cristo preparándote para amar por toda la eternidad. En la escuela de Jesús, nuestro Maestro te mostrará Su camino y caminará contigo a través de todo.

Eres amado y comprendido como la persona única que eres. Mantén tu corazón y tus ojos fijos en Él, y te llenará tanto de Su amor que te darás cuenta por ti mismo de que “Cristo [está] en ti, tu esperanza de gloria” (Col 1,27). Luego serás una persona con un corazón pacífico que podrá regalarlo a los demás. Pedimos esto unos por otros, porque verdaderamente estamos todos juntos en esta maravillosa empresa eterna, hijos del mismo Padre y benditos por Su misericordia.

Comunicarse con la autora

Sr. Mary Martha Moss, FSP has had the grace of serving the Lord for over 40 years as a Daughter of St. Paul. Joyfully engaged in the community’s  media ministry, she has authored 3 children’s books, presented on various topics for adult faith formation, enjoyed running Online Book Studies, served as a Pauline Book & Media Center manager and continues singing the alto part with the Daughters of St. Paul Concert Choir.

Feature Image: By Sister Jerome Conner, FSP