It’s all about Jesus. Do you believe he is the Son of God or not? Do you believe he is who he says he is? If you do, it seems like we are not to question him. But I question him often. To be clear, I do not ask if he is Jesus, the Son of the Father; rather, I ask him those questions that come at me in my daily life. Why is it difficult to do the right thing? Why must I sacrifice, again, for the good of others? When will the mercy you give so generously be easy to give to others? Those are some of my questions. What are the questions you ask of Jesus?
In the first reading, those who believe are urged to hold fast to prayer and the mercy of Jesus, who is our salvation. He alone will keep us from stumbling and one day present us “unblemished and exultant” to God. I like the word exultant – great joy; I want great joy. Not only in heaven but here and now in my ordinary life. I want to be exultant. Can you imagine how attractive we would be as followers of Christ, as evangelizers, if we were exultant people?
Sadly, we are often waiting for life to be perfect or almost perfect before we give ourselves permission to be exultant. Can we reconsider that stance? We are reminded to keep ourselves “in the love of God,” and I think keeping ourselves there will help us with our attitude toward life and joyfulness.
Imagine if those in the Gospel who were questioning Jesus were more concerned with joy than with being right. They lost out on knowing Jesus and all that he had for them because of what? The Gospel says, “fear of the crowd,” but what did that mean? Was it pride or a desire for control? We can think we know the answer, but in the end, does that help us?
Not really. What would help us is to answer this question for ourselves: by whose authority did Jesus act and live and move as he did? The Father. And Jesus, along with the Holy Spirit and the Father, are all still moving in this world. They move with us, for us, and through us. And this is why we can be exultant!
Todo se trata de Jesús. ¿Crees que es el Hijo de Dios o no? ¿Crees que él es quien dice ser? Si es así, parece que no debemos interrogarlo. Pero yo lo interrogo a menudo. Para ser claros, no pregunto si es Jesús, el Hijo del Padre; más bien le hago aquellas preguntas que me surgen en mi vida diaria. ¿Por qué es difícil hacer lo correcto? ¿Por qué debo sacrificarme, nuevamente, por el bien de los demás? ¿Cuándo será fácil dar a los demás la misericordia que tú tan generosamente das? Esas son algunas de mis preguntas. ¿Cuáles son las preguntas que tú le haces a Jesús?
En la primera lectura se insta a los creyentes a aferrarse a la oración y a la misericordia de Jesús, que es nuestra salvación. Sólo Él nos impedirá tropezar y un día nos presentará “gloriosos y sin mancha” ante Dios. Me gusta la palabra exultante – gran alegría; Quiero una gran alegría. No sólo en el cielo sino aquí y ahora en mi vida ordinaria. Quiero estar exultante. ¿Te imaginas lo atractivos que seríamos como seguidores de Cristo, como evangelizadores, si fuéramos personas exultantes?
Lamentablemente, a menudo esperamos que la vida sea perfecta o casi perfecta antes de darnos permiso para estar exultantes. ¿Podemos reconsiderar esa postura? Se nos recuerda que debemos mantenernos “en el amor de Dios”, y creo que mantenernos allí nos ayudará con nuestra actitud hacia la vida y la alegría.
Imagínese si aquellos en el Evangelio que cuestionaban a Jesús estuvieran más preocupados por la alegría que por tener razón. ¿Perdieron el conocimiento de Jesús y todo lo que él tenía para ellos? ¿Por qué? El Evangelio dice por “miedo a la multitud”, pero ¿qué significa eso? ¿Fue orgullo o deseo de control? Podemos pensar que sabemos la respuesta, pero al final, ¿eso nos ayuda?
No precisamente. Lo que nos ayudaría es responder esta pregunta por nosotros mismos: ¿bajo la autoridad de quién actuó, vivió y se movió Jesús? El Padre. Y Jesús, junto con el Espíritu Santo y el Padre, todavía están moviéndose en este mundo. Se mueven con nosotros, para nosotros y a través de nosotros. ¡Y por eso podemos estar exultantes!
Deanna G. Bartalini, M.Ed.; M.P.A., is a certified spiritual director, writer, speaker and content creator. The LiveNotLukewarm.com online community is a place to inform, engage and inspire your Catholic faith. Her weekly Not Lukewarm Podcast gives you tips and tools to live out your faith in your daily life.
Feature Image Credit: Peter Conlan, unsplash.com/photos/woman-jumping-on-green-mountains-LEgwEaBVGMo