The Harvest is Plenty / La Cosecha es Abundante

In this Gospel passage we hear how Jesus has compassion on his people, on his sheep. They are harassed and helpless. They are in need of a shepherd and He is that Shepherd. We are still a harassed and helpless people. We are still in need of a shepherd perhaps now more so than ever when the world is increasingly turning its gaze from the Lord. 

It has been said that when people stop believing in God they start believing in anything. We are witnessing this phenomenon today as our cultural narrative espouses untruths such as an unborn baby being merely a clump of cells, the fluidity of gender, and the redefinition of marriage. All of these suggest a people in need of a shepherd to guide them, a people who will believe anything because they have lost sight of God. This is a plentiful harvest in need of God’s grace and mercy. 

As Catholics we know that the situation, while appearing dire and even hopeless, is neither of those things. We always have reason for hope because Jesus is victorious. Jesus conquered death so that we may spend eternity with him. That hope compels us to pray for laborers. We can beg the Lord for more shepherds in the form of more vocations to religious life. We need holy priests and religious sisters to act as Jesus’ hands and feet. We need those who are better formed than us to guide us and support us in keeping our own faith alive and strong.  

We can also pray for the graces to be a laborer ourselves. As individuals we cannot fix the world but we can love those around us as Jesus did through kindness, respect, and a desire for their ultimate good. We are all responsible for being a part of building God’s kingdom even if in doing so we may feel harassed and helpless. We all have a role to play. The stakes are too high for us to do nothing. Today, ask the Lord to send more laborers to the harvest and ask him for direction on how you can be a laborer yourself.

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En este pasaje del Evangelio escuchamos cómo Jesús tiene compasión de su pueblo, de sus ovejas. Están acosados e indefensos. Están necesitados de un pastor y Él es ese Pastor. Seguimos siendo un pueblo acosado e indefenso. Todavía necesitamos un pastor, quizás ahora más que nunca, cuando el mundo aparta su mirada del Señor cada vez más.

Se ha dicho que cuando la gente deja de creer en Dios empieza a creer en cualquier cosa. Hoy somos testigos de este fenómeno, ya que nuestra narrativa cultural defiende falsedades como que un bebé no nacido es simplemente un grupo de células, la fluidez del género y la redefinición del matrimonio. Todo esto sugiere un pueblo que necesita un pastor que los guíe, un pueblo que creerá cualquier cosa porque ha perdido de vista a Dios. Esta es una cosecha abundante que necesita la gracia y la misericordia de Dios.

Como católicos sabemos que la situación, aunque parezca terrible e incluso sin esperanza, no es ninguna de esas cosas. Siempre tenemos motivos para tener esperanza porque Jesús sale victorioso. Jesús venció la muerte para que podamos pasar la eternidad con él. Esa esperanza nos obliga a orar por los trabajadores. Podemos rogar al Señor por más pastores en forma de más vocaciones a la vida religiosa. Necesitamos sacerdotes y hermanas religiosas santos que actúen como las manos y los pies de Jesús. Necesitamos que aquellos que están mejor formados que nosotros nos guíen y apoyen para mantener viva y fuerte nuestra propia fe.

También podemos pedir la gracia para que nosotros mismos seamos trabajadores. Como individuos no podemos componer al mundo, pero podemos amar a quienes nos rodean como lo hizo Jesús mediante la bondad, el respeto y el deseo de su bien supremo. Todos somos responsables de ser parte de la construcción del reino de Dios, incluso si al hacerlo nos sentimos acosados e impotentes. Todos tenemos un papel que desempeñar. Hay demasiado en juego; no podemos quedarnos sin hacer nada. Hoy, pídele al Señor que envíe más trabajadores a la cosecha y pídele dirección sobre cómo tú mismo puedes ser un trabajador.

Comunicarse con la autora

Merridith Frediani loves words and is delighted by good sentences. She also loves Lake Michigan, dahlias, the first sip of hot coffee in the morning, millennials, and playing Sheepshead with her husband and three kids. She writes for Catholic Mom, Diocesan.com, and her local Catholic Herald. Her first book Draw Close to Jesus: A Woman’s Guide to Adoration is available at Our Sunday Visitor and Amazon. You can learn more at merridithfrediani.com.

Feature Image Credit: Polina Rytova, unsplash.com/photos/wheat-field-1dGMs4hhcVA