I have a hard time waiting for change. Don’t misunderstand me, I am patient in most situations, and I get better with each passing year. There are some instances, however, which are really challenging: waiting for results (academic, job related or medical), transitions, help when in need, and births or deaths. To hear the phrase, “in a little while”, as a response during conversation can cause stress or bring back thoughts of wants and dreams which never came to pass.
“A little while” is typically used as a signal to wait. No one knows for how long: minutes, days, months, milenia or a blink of an eye. There is no context for the unknown time or change that will occur, only the anticipation that something will happen.
The apostles were familiar with the phrase as Jesus used it in His teachings in today’s Gospel. “A little while and you no longer see me, and again a little while and you will see me.” Jn 16:16 His followers were confused. They had no idea that Jesus would ascend into heaven. They did not understand when Jesus told them their grief would become joy, spoken in anticipation of the Ascension and the descent of the Holy Spirit, that the apostles could not fathom.
The disciples had forgotten what Jesus said to them at the Last Supper. The Alleluia Verse is part of those Gospel passages. John 14:18-20 states, “I will not leave you orphans: I will come back to you, and your hearts will rejoice.” The apostles’ trust in Jesus was not yet complete. There was still doubt and misunderstanding as to what Jesus’ words truly meant in their lives; I occasionally share these feelings as well.
The phrase, “a little while” is now a reminder for me to stop and pray. I came across this prayer a little while ago. I invite you to pray it with me:
Father, forgive me for all my worries, fears and doubts. Forgive my impatience as I wait in this place. Forgive my questioning of the journey that is before me. I believe, help me in my unbelief! Help me to remember that it is good to wait for you. Grant me the joy that comes from knowing you. Fill my heart with your Way. Amen
Me cuesta mucho esperar el cambio. No me malinterpreten, soy paciente en la mayoría de las situaciones y mejoro con cada año que pasa. Sin embargo, hay algunos casos que son realmente desafiantes: esperar resultados (académicos, relacionados con el trabajo o médicos), transiciones, ayuda cuando se necesita y nacimientos o muertes. Escuchar la frase “dentro de un rato” como respuesta durante una conversación puede causar estrés o traer de vuelta pensamientos de deseos y sueños que nunca se cumplieron.
“Dentro de un rato” se dice cuando hay que esperar. Nadie sabe por cuánto tiempo: minutos, días, meses, milenios o un abrir y cerrar de ojos. No hay contexto para el tiempo desconocido o el cambio que ocurrirá, sólo la anticipación de que algo sucederá.
Los apóstoles estaban familiarizados con la frase tal como la usó Jesús en Sus enseñanzas en el Evangelio de hoy. “Dentro de poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me volverán a ver”. Jn 16:16 Sus seguidores estaban confundidos. No tenían idea de que Jesús ascendería al cielo. No entendieron cuando Jesús les dijo que su dolor se convertiría en alegría, dicho en anticipación de la Ascensión y la venida del Espíritu Santo, que los apóstoles no podían comprender.
Los discípulos habían olvidado lo que Jesús les dijo en la Última Cena. La Aclamación antes del Evangelio es parte de esos pasajes del Evangelio. Juan 14:18-20 dice: “No los dejaré desamparados, dice el Señor; me voy, pero volveré a ustedes y entonces se alegrará su corazón.” La confianza de los apóstoles en Jesús aún no estaba completa. Todavía había dudas y malentendidos en cuanto a lo que realmente significaban las palabras de Jesús en sus vidas; De vez en cuando también comparto estos sentimientos.
La frase, “dentro de un rato” ahora es un recordatorio para mí de detenerme y orar. Me encontré con esta oración hace un tiempo. Te invito a rezarla conmigo:
Padre, perdóname por todas mis preocupaciones, miedos y dudas. Perdone mi impaciencia mientras espero en este lugar. Perdona mi cuestionamiento del camino que tengo por delante. ¡Creo, ayúdame en mi incredulidad! Ayúdame a recordar que es bueno esperarte. Concédeme la alegría que proviene de conocerte. Llena mi corazón. Amén
Beth Price is part of the customer care team at Diocesan. She is a Secular Franciscan (OFS) and a practicing spiritual director. Beth shares smiles, prayers, laughter, a listening ear and her heart with all of creation. Reach her here bprice@diocesan.com.
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