Allow His Grace In / Permitir Entrar la Gracia

Today is the feast of one of my favorite saints, Ignatius of Loyola. I was introduced to him by a friend who suggested we pray his Spiritual Exercises together, and we did. It was an amazing experience and one that set me on a path I did not expect but now embrace. 

Today’s parables tell us that from something small can come something great. A mustard seed is very tiny, and so are grains of yeast. But when that seed is planted and that yeast mixed into the flour, they both do what they are supposed to do. The seed grows into a bush, and the yeast causes the dough to rise. 

It is the same with the Kingdom of heaven. Here, on earth, in our daily lives, it seems small and can be hard to see. Yet, it is within us, deep in our souls, waiting to grow and serve its purpose. The Kingdom is not for one person; it is for all people. Those of us who have it within us are called to share it with others. This is evangelization. We do not need to have a degree in theology or apologetics to lead others to Jesus. We are called to pray, to witness, and to invite. 

One simple invitation from a friend, and now I have become a spiritual director using the tools and methods of St. Ignatius. What if my friend hadn’t asked? What if I had said, “no?” 

St. Ignatius tells us, “Few souls understand what God would effect in them if they should give themselves entirely into his hands and allow his grace to act.” Today, on this feast of St. Ignatius, give yourself to God and allow His grace to be like the yeast that causes the dough to rise. 

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Hoy es la fiesta de uno de mis santos favoritos, San Ignacio de Loyola. Me lo presentó una amiga que me sugirió que rezáramos juntos sus Ejercicios Espirituales, y así lo hicimos. Fue una experiencia increíble que puso en marcha algo que no esperaba pero que ahora acepto.

Las parábolas de hoy nos dicen que de algo pequeño puede salir algo grande. Una semilla de mostaza es muy pequeña, al igual que los granos de levadura. Pero cuando sembramos la semilla o se mezcla la levadura con la harina, ambos hacen lo que se supone que deben hacer. La semilla crece hasta convertirse en un arbusto, y la levadura hace crecer la masa.

Es lo mismo con el Reino de los cielos. Aquí, en la tierra, en nuestra vida diaria, parece pequeño y puede ser difícil de ver. Sin embargo, está dentro de nosotros, en lo profundo de nuestras almas, esperando crecer y cumplir su propósito. El Reino no es para una sola persona; es para todos. Quienes lo llevamos dentro estamos llamados a compartirlo con los demás. Esto es la evangelización. No tenemos que tener un título en teología o apologética para llevar a otros a Jesús. Estamos llamados a orar, a testimoniar e invitar.

Una simple invitación de una amiga, y ahora me he convertido en un director espiritual utilizando las herramientas y métodos de San Ignacio. ¿Y si mi amiga no me hubiera preguntado? ¿Y si hubiera dicho “no”?

San Ignacio nos dice: “Pocas almas comprenden lo que Dios haría en ellas si se entregaran enteramente en sus manos y dejaran actuar su gracia”. Hoy, en esta fiesta de San Ignacio, entrégate a Dios y deja que su gracia sea como la levadura que hace crecer la masa.

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Deanna G. Bartalini, M.Ed.; M.P.A., is a certified spiritual director, writer, speaker and content creator. The LiveNotLukewarm.com online community is a place to inform, engage and inspire your Catholic faith. Her weekly Not Lukewarm Podcast gives you tips and tools to live out your faith in your daily life.

Feature Image Credit: Tamara Gak, unsplash.com/photos/SQLOsc0HGDI