“Beloved, we are God’s children now.” These words from the second reading today are the words that I think all of us long for deep down. We all want to belong and have this innate desire to be a part of something greater than ourselves. There was no better feeling as a child than knowing the love of parents or family members who believed in us and made us feel like part of the family.
God has a family too. Today we celebrate the Solemnity of all Saints, in other words, we celebrate God’s family. The beautiful thing about today is it gives us almost a time warp glimpse of our future. If we believe that each of us was created by God to eventually fully share in his divine life, then looking at the lives of the saints is the perfect way to know our destiny.
If you break the human condition down into different phases, it seems that we have a point before the fall of man, our state after the fall, and our final state of pure bliss in heaven. But we don’t have to wait for heaven to start to experience it. I have used this analogy before, but think about the most delicious meal you have ever eaten. You get the immediate taste and pleasure of that meal, but it isn’t fully realized until it is digested and used for energy in our bodies.
In a similar way, salvation is ours. We have a taste of it because of what Christ did on the cross. We get glimpses here on earth of what our state in heaven will be like. This is why sacraments come to us through physical signs. They are signs here on earth of the ultimate glory we will have one day in heaven. We taste the glory now, but we get the fullness of it when we reach our final destiny.
So on this day that we celebrate all the saints, I encourage you to pick one saint for the month of November and focus on their life. Let them be a shining example of not only how to live a virtuous life here on earth, but as an example of the glory that is to come. When we constantly set our sights on being holy here, we already begin to enter into the state we will have in heaven. And although we cannot enter it perfectly on this earth, we can get a taste, a glimmer, of our complete unity one day with God.
From all of us here at Diocesan, God bless!
“Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios.” Creo que estas palabras de la segunda lectura de hoy son las que todos anhelamos en lo más profundo. Todos queremos pertenecer y tenemos este deseo innato de ser parte de algo más grande que nosotros mismos. No había mejor sensación cuando éramos niños que saber que nuestros padres o familiares creían en nosotros y nos hacían sentir parte de la familia.
Dios también tiene una familia. Hoy celebramos la Solemnidad de Todos los Santos, o en otras palabras, celebramos la familia de Dios. Lo hermoso de este día es que nos da una visión de nuestro futuro. Si creemos que cada uno de nosotros fue creado por Dios para eventualmente compartir plenamente su vida divina, entonces mirar las vidas de los santos es la manera perfecta de conocer nuestro destino.
Si desglosamos la condición humana en diferentes fases, parece que tenemos un punto antes de la caída del hombre, nuestro estado después de la caída, y nuestro estado final de pura felicidad en el cielo. Pero no tenemos que esperar a que lleguemos al cielo para poder experimentarlo. He usado esta analogía antes, pero piensa en la comida más deliciosa que jamás hayas comido. Sentimos el sabor y el placer inmediatos de esa comida, pero no lo percibimos plenamente hasta que se digiere y se utiliza como energía en el cuerpo.
De manera semejante, la salvación es nuestra. La probamos por lo que Cristo hizo en la cruz. Aquí en la tierra tenemos vislumbres de cómo será nuestro estado en el cielo. Por eso los sacramentos nos llegan a través de signos físicos. Son signos aquí en la tierra de la gloria suprema que tendremos un día en el cielo. Probamos la gloria ahora, pero la disfrutaremos en su plenitud cuando alcancemos nuestro destino final.
Así que, en este día en el que celebramos a todos los santos, te animo a que elijas un santo para el mes de noviembre y te concentres en su vida. Que sea un ejemplo brillante no solo de cómo vivir una vida virtuosa aquí en la tierra, sino también de la gloria que está por venir. Cuando fijamos constantemente nuestra mirada en ser santos aquí, ya empezamos a entrar en el estado que tendremos en el cielo. Y aunque no podemos entrar en él de manera perfecta en esta tierra, podemos tener una muestra, un destello, de nuestra completa unidad un día con Dios.
De parte de todos nosotros aquí en Diocesan, ¡Dios los bendiga!
Tommy Shultz is a Business Development Representative for Diocesan. In this role he is committed to bringing the best software to dioceses and parishes while helping them evangelize on the digital continent. Tommy has worked in various diocese and parish roles since his graduation from Franciscan University with a Theology degree. He hopes to use his skills in evangelization, marketing, and communications, to serve the Church and bring the Good News to all. His favorite quote comes from St. John Paul II, who said, “A person is an entity of a sort to which the only proper and adequate way to relate is love.”
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