More Than Commonplace Spirituality / Más que una Espiritualidad Ordinario

In today’s first reading we hear the all too familiar complaints that come from broken humanity. I say all too familiar because we all complain about various things in our spiritual journey and sometimes forget that God is in charge and he loves us and wants the absolute best for us. Think about the context for a second. The Israelites were slaves in Egypt. Their living conditions were awful, they were forced to work, and they were not given an adequate amount of food. God frees them from slavery and here they are complaining that the miraculous bread he is sending from heaven does not taste very good. 

I wonder how often you and I have this same disposition before God. Miraculous things are happening all around us. God has also freed us from slavery through our baptism and gives us spiritual food to eat on our journey of faith. But how often do we take it all for granted? How often do we go to Mass and see it as commonplace and completely forget the miracle that is actually taking place?

I have the bad habit of people watching when parishioners are receiving communion instead of praying and thanking God for the gift I have just received. While I watch people go through the communion line I wonder if everyone is aware of who they are actually receiving or if this too has become just another thing Catholics participate in. Then I ask myself this same question. Have I taken the Eucharist and the faith for granted? Do I see miracles every day but pass them by without noticing how God is working in my life? 

The story from the first reading today is our story. Thankfully, God has not sent us poisonous snakes to kill us, but he has sent the remedy to the poison. I find it interesting that the cure to these snakes was mounted on a pole. All the Israelites had to do was have faith in God and look at this serpent mounted on a pole and they were healed. Fast forward and we have a similar ask of faith. But this time we look to Jesus mounted on the cross. Today we celebrate the Feast of the Exaltation of the Cross. We are invited to reflect on what Christ has done for us and make sure that it doesn’t become commonplace. 

The Church is very smart with the feast days that it assigns on the liturgical calendar. We all need reminders in our faith life to refocus on the love of Christ and the incredible sacrifice he made for us all. Allow the reality of Christ’s sacrifice to really sink in. Let’s not make the same mistake the Israelites did and complain about what God has done. Instead, let’s shout from the rooftops the beauty of Christ’s love, his sacrifice, and the spiritual food he has given us for the journey. 

From all of us here at Diocesan, God bless!

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En la primera lectura de hoy escuchamos las quejas demasiado familiares que provienen de una humanidad quebrantada. Digo muy familiar porque todos nos quejamos de varias cosas en nuestro camino espiritual y a veces nos olvidamos de que Dios está a cargo y que nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Considera el contexto por un segundo. Los israelitas eran esclavos en Egipto. Sus condiciones de vida eran terribles, los obligaban a trabajar y no recibían una cantidad adecuada de alimentos. Dios los libera de la esclavitud y están allí quejándose de que al pan milagroso que les envía desde el cielo le falta sabor.

Me pregunto con qué frecuencia tú y yo tenemos esta misma disposición ante Dios. Cosas milagrosas están sucediendo a nuestro alrededor. Dios también nos ha liberado de la esclavitud a través del bautismo y nos da alimento espiritual para comer en el camino de fe. Pero, ¿con qué frecuencia tomamos todo por hecho? ¿Con qué frecuencia vamos a misa y lo vemos como algo común y nos olvidamos por completo del milagro que realmente está ocurriendo?

Tengo la mala costumbre de observar a la gente cuando los feligreses reciben la comunión en lugar de orar y agradecer a Dios por el regalo que acabo de recibir. Mientras observo a la gente pasar por la cola para comulgar, me pregunto si todos son conscientes de Quién están recibiendo en realidad o si esto también se ha convertido en una cosa más en la que participan los católicos. Luego me hago la misma pregunta. ¿He tomado por hecho la Eucaristía y la fe? ¿Veo milagros todos los días pero paso de largo sin darme cuenta de cómo Dios está obrando en mi vida?

La historia de la primera lectura de hoy también es nuestra historia. Afortunadamente, Dios no nos ha enviado serpientes venenosas para matarnos, pero sí ha enviado el remedio al veneno. Me parece interesante que la cura para estas serpientes estuviera montada en un poste. Todo lo que los israelitas tenían que hacer era tener fe en Dios y mirar esta serpiente montada en un asta y fueron sanados. Avance rápido y tenemos una petición de fe semejante. Pero esta vez miramos a Jesús montado en la cruz. Hoy celebramos la Fiesta de la Exaltación de la Cruz. Estamos invitados a reflexionar sobre lo que Cristo ha hecho por nosotros y asegurarnos de que no se convierta en algo común.

La Iglesia es muy inteligente con las fiestas que asigna en el calendario litúrgico. Todos necesitamos recordatorios en nuestra vida de fe para volver a centrarnos en el amor de Cristo y el increíble sacrificio que hizo por todos nosotros. Permita que la realidad del sacrificio de Cristo realmente se asimile. No cometamos el mismo error que cometieron los israelitas y nos quejemos de lo que Dios ha hecho. En cambio, gritemos a los cuatro vientos la belleza del amor de Cristo, su sacrificio y el alimento espiritual que nos ha dado para el camino.

De parte de todos nosotros aquí en Diocesan, ¡Dios los bendiga!

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Tommy Shultz is a Business Development Representative for Diocesan. In this role he is committed to bringing the best software to dioceses and parishes while helping them evangelize on the digital continent. Tommy has worked in various diocese and parish roles since his graduation from Franciscan University with a Theology degree. He hopes to use his skills in evangelization, marketing, and communications, to serve the Church and bring the Good News to all. His favorite quote comes from St. John Paul II, who said, “A person is an entity of a sort to which the only proper and adequate way to relate is love.”

Feature Image Credit: Eric Mok, unsplash.com/photos/white-and-brown-round-food-on-black-ceramic-bowl-UrfyLjlMEmQ