Money is one of those things that often brings out the worst in people. It can also bring out the best through charitable donations and helping the poor, but quite often money corrupts. It is the rich that Jesus is speaking directly to in this Gospel. To say it is easier for a camel to go through the eye of a needle than for the rich to inherit eternal life is pretty strong language.
So what does Jesus mean by today’s passage? Is he really saying that if you make a good salary you will not go to heaven? I think some context here is important. Jesus reprimands the Sadducees and Pharisees time and time again. These were the religious leaders of the time who had a lot of money and status. They followed the letter of the law but were often hoarding the gifts that were given at the temple and were setting up a class system of the religious elite versus the common folk.
We can also recall the story where Jesus fashions whips and flips tables because the temple has become a marketplace as opposed to a house of worship. This topic is very clearly important to Jesus. But we have to read the Scriptures within the context of the time they were delivered. I do not read this verse as saying you cannot make a comfortable living and provide for your family. But what I do hear it saying is twofold. First, we should not put money above God. Second, we should realize that all that we have been given is a gift and we should not hoard our resources, but should be generous with the gifts God has given.
We all have a desire to make money. Nobody likes living paycheck to paycheck. But there is a big difference between allowing our money to control us and being in control of the things we have been given. Perhaps Jesus is asking us to see this difference and live by it. I once heard some great advice from a priest friend who said when we give we should feel it a little. If we have been blessed with wealth we should give enough where we feel it. If we have been blessed with less we should still give what we can back to the less fortunate.
None of us will be millionaires in heaven. Even if we reach this status here on earth, we don’t take any of that money with us. Maybe the question for today is, how can we use our gifts like the woman who gave her last two coins back to the Lord as opposed to the religious leaders who gave barely anything of the massive wealth they had? Generosity is much more important than the physical amount, as long as we remember it is all a gift and gifts are meant to be shared.
From all of us here at Diocesan, God bless!
El dinero es una de esas cosas que a menudo saca lo peor de las personas. También puede sacar lo mejor a través de donaciones caritativas y ayudando a los pobres, pero muy a menudo el dinero corrompe. Son los ricos a quienes Jesús les habla directamente en este Evangelio. Decir que es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para los ricos entrar la vida eterna es un lenguaje bastante fuerte.
Entonces, ¿qué quiere decir Jesús con el pasaje de hoy? ¿Realmente está diciendo que si ganas un buen salario no irás al cielo? Creo que algo de contexto aquí es importante. Jesús reprende una y otra vez a los saduceos y fariseos. Estos eran los líderes religiosos de la época que tenían mucho dinero y estatus. Seguían la letra de la ley, pero a menudo acaparaban los obsequios que se entregaban en el templo y establecían un sistema de clases de la élite religiosa frente a la gente común.
También podemos recordar la historia en la que Jesús fabrica látigos y voltea mesas porque el templo se ha convertido en un mercado en lugar de un lugar de culto. Este tema es claramente muy importante para Jesús. Pero tenemos que leer las Escrituras dentro del contexto del momento en que fueron entregadas. No interpreto este versículo como si dijera que no puedes tener una vida cómoda y mantener a tu familia. Pero sí lo oigo hacer dos puntos. Primero, no debemos poner el dinero por encima de Dios. En segundo lugar, debemos darnos cuenta de que todo lo que se nos ha dado es un regalo y no debemos acaparar nuestros recursos, sino que debemos ser generosos con los dones que Dios nos ha dado.
Todos tenemos el deseo de ganar dinero. A nadie le gusta vivir con las ajustas. Pero hay una gran diferencia entre permitir que nuestro dinero nos controle y tener el control de las cosas que nos han dado. Quizás Jesús nos esté pidiendo que veamos esta diferencia y vivamos de acuerdo con ella. Una vez escuché un gran consejo de un amigo sacerdote que dijo que cuando donamos debemos sentirlo un poco. Si hemos sido bendecidos con riqueza, deberíamos dar lo suficiente donde lo sintamos. Si hemos sido bendecidos con menos, aún así deberíamos dar lo que podamos a los menos afortunados.
Ninguno de nosotros seremos millonarios en el cielo. Incluso si alcanzamos este estatus aquí en la tierra, no nos llevaremos nada de ese dinero con nosotros. Tal vez la pregunta para hoy sea: ¿cómo podemos utilizar nuestros dones como la mujer que le dió sus dos últimas monedas al Señor en comparación con los líderes religiosos que dieron casi nada de la enorme riqueza que tenían? La generosidad es mucho más importante que la cantidad física, siempre y cuando recordemos que todo es un regalo y que los regalos deben compartirse.
De parte de todos nosotros aquí en Diocesan, ¡Dios los bendiga!
Tommy Shultz is a Business Development Representative for Diocesan. In this role he is committed to bringing the best software to dioceses and parishes while helping them evangelize on the digital continent. Tommy has worked in various diocese and parish roles since his graduation from Franciscan University with a Theology degree. He hopes to use his skills in evangelization, marketing, and communications, to serve the Church and bring the Good News to all. His favorite quote comes from St. John Paul II, who said, “A person is an entity of a sort to which the only proper and adequate way to relate is love.”
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