Taking the Time to Rest / Tomarse el Tiempo Para Descansar

I’d like you to take a moment and trace the past week of your life. Other than sleeping, did you take any intentional rest? We just finished the Independence Day holiday here in the United States. If you live in the US, did you squeeze in every last bit of work in the office before closing your computer for the holiday? Did you actually sign off from work for the holiday? Or did you try to multitask, only to find yourself zigging and zagging between sporting events, and reading work emails on your phone during backyard barbecues, without ever actually resting? 

If you’ve ever felt more tired after a holiday than before, chances are that today, you feel like a burnt out sparkler. I have a consolation for you: today’s Gospel reading is especially for you because in it Jesus tells us to rest.

If we rest in Scripture today, we are privileged to hear a sacred conversation. We hear Jesus resting in prayer with the Father. “I thank you, Father, Lord of heaven and earth,” Jesus says. The prayer in verses 25-27 is one of only three places in which Matthew records Jesus’ prayers with God the Father. The second instance is in the Garden of Gethsemane (Mt 26:39, 42), and the third is Jesus’s last words on the cross, “My God, my God, why have you forsaken me?” (Mt 27:46). 

After concluding his prayer today, Jesus shares the intimacy of the relationship between Son and Father, with those around him. “[N]o one knows the Son except the Father, and no one knows the Father except the son and any one to whom the Son chooses to reveal him” (Mt 11:27). 

After this statement comes an invitation to rest. “Come to me, all who labor and are heavy laden, and I will give you rest.” Commentators note that the rest that Jesus gives is the peace which surpasses all understanding (Phil 4:7). It is also the invitation to discipleship, for we know that following Jesus brings “rest for your souls” (11:29). Through resting in Jesus, Jesus reveals the Father to us for Jesus opens up the possibility of eternal union with God in heaven. 

The first step toward unity with God today is simple: just rest. Spend time with this Gospel passage. Resist the urge to check your phone and just rest. Accomplish in prayer what Jesus asks of you today:  “Come to me, all who labor and are heavy laden” . . . “Take my yoke upon you” . . . “learn from me.” (11:28-29)

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Me gustaría que se tome un momento y calcule la última semana de su vida. Además de dormir, ¿ha descansado intencionalmente? Acabamos de terminar el feriado del Día de la Independencia aquí en los Estados Unidos. Si vive en los EEUU, ¿Hizo todo el trabajo en la oficina antes de cerrar la computadora por las vacaciones? ¿Realmente dejó el trabajo por las vacaciones? ¿O trató de realizar múltiples tareas, solo para encontrarse zigzagueando entre eventos deportivos y leyendo correos electrónicos de trabajo en su teléfono durante las barbacoas en el patio sin descansar?

Si alguna vez te has sentido más cansado después de unas vacaciones que antes, lo más probable es que hoy te sientas como un cuete quemado. Les tengo un consuelo: el Evangelio de hoy es especialmente para ustedes porque Jesús nos dice que descansemos.

Si descansamos en las Escrituras hoy, tenemos el privilegio de escuchar una conversación sagrada. Oímos a Jesús descansando en oración con el Padre. “Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra”, dice Jesús. La oración en los versículos 25-27 es uno de los tres únicos lugares en donde Mateo registra las oraciones de Jesús con Dios Padre. La segunda instancia es en el Huerto de Getsemaní (Mt 26,39 y 42), y la tercera son las últimas palabras de Jesús en la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mt 27,46).

Después de concluir su oración de hoy, Jesús comparte la intimidad de la relación entre Hijo y Padre, con quienes lo rodean. “Nadie conoce al Hijo sino el Padre; nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.” (Mt 11,27).

Tras esta declaración viene una invitación al descanso. “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga y yo les daré alivio.” Los comentaristas notan que el descanso que Jesús da es la paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4,7). Es también la invitación al discipulado, porque sabemos que seguir a Jesús nos da alivio. Al descansar en Jesús, Jesús nos revela al Padre porque Jesús abre la posibilidad de la unión eterna con Dios en el cielo.

El primer paso hacia la unidad con Dios hoy es simple: solo descansa. Pase tiempo con este pasaje del Evangelio. Resista la tentación de revisar tu teléfono y simplemente descansa. Cumpla en la oración lo que Jesús te pide hoy: “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga” . . . “Tomen mi yugo sobre ustedes”. . . “aprendan de mí”. (11,28-29)

Comunicarse con la autora

Elizabeth Tomlin is the author of Joyful Momentum: Building and Sustaining Vibrant Women’s Groups and contributing author to the Ave Prayer Book for Catholic Mothers. She is General Counsel for the Archdiocese for the Military Services, USA. Elizabeth is an Army wife and mother of three and currently lives in the DC area. She blogs at JoyfulMomentum.org or @elizabethannetomlin on social media.

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