It’s the last Saturday of August, the unofficial end of the summer season and Labor Day weekend. Where did the time go? I haven’t finished the projects or spent time with the people I hoped to catch up with like I had intended. But, whether I like it or not, summer has passed and I must continue doing what God asks of me in the here and now.
Today’s Scriptures focus on the concept of living in the present, and knowing the difference between wisdom and foolishness. These Bible passages have escaped my understanding for a long time. It is only through daily lived experiences that I have begun to grasp what is held in Paul’s teaching in First Corinthians about no human being boasting before God and Jesus’ parable of the servants and the talents.
My closest companions know that I work better with a firm deadline; for the most part. I say this tongue in cheek as I continue to mull on bits and pieces of the appointed task leading up to the date. Then, in a flurry and in a hurry, I accomplish it by the grace of God and the help of my guardian angel. Friends also tell me that would drive them nuts, continuing to put tasks aside. I’m a work in progress and not as bad as I used to be. God willing, I will continue to mature, one thing or project at a time, and with a whole lot less multi-tasking.
The parable of talents in today’s Gospel isn’t necessarily one of my favorites. When I was younger, the master’s responses to his servants seemed quite harsh to me even though I learned Aesop’s fables and enjoyed ‘A Bug’s Life’. There are so many situations where a choice is made to kick the can down the road, and not to prepare for the next day, event, season or generation.
O gracious God, help me to take care of what needs to be done in the moment. Give me the energy to prepare for the things that will happen in my lifetime. I know I need to breathe, drink, eat, vote and at some point, die. Grant me the courage, insight and wisdom to act on what You would have me do as your ears, eyes, hands and voice in this world. Amen.
Es el último sábado de agosto, el final de la temporada de verano y el fin de semana del Día de los Trabajadores. ¿Dónde se fue el tiempo? No terminé los proyectos ni pasé tiempo con las personas con las que esperaba ponerme al día como tenía previsto. Pero, me guste o no, el verano ya pasó y debo seguir haciendo lo que Dios me pide en el aquí y ahora.
Las Escrituras de hoy se centran en el concepto de vivir en el presente y en conocer la diferencia entre la sabiduría y la necedad. No he entendido estos pasajes de la Biblia durante mucho tiempo. Sólo a través de las experiencias vividas diariamente he comenzado a comprender lo que quiere decir la enseñanza de Pablo en la Primera Carta a los Corintios acerca de que ningún ser humano debe jactarse ante Dios y la parábola de Jesús sobre los siervos y los talentos.
Mis compañeros más cercanos saben que trabajo mejor con una fecha límite; en la mayoría de los casos. Digo esto en broma mientras sigo reflexionando sobre pedacitos de la tarea asignada antes de la fecha. Luego, rápida y apresuradamente, lo logro terminar, por la gracia de Dios y la ayuda de mi ángel de la guarda. Los amigos también me dicen que eso los volvería locos el seguir dejando de lado las tareas. Soy un trabajo en elaboración y no tan mala como era antes. Si Dios quiere, seguiré madurando, una cosa o proyecto a la vez, y con muchas menos tareas múltiples.
La parábola de los talentos en el Evangelio de hoy no es necesariamente una de mis favoritas. Cuando era más joven, las respuestas del amo a sus sirvientes me parecían bastante duras a pesar de que aprendí las fábulas de Esopo y disfruté de ‘La vida de un bicho’. Hay tantas situaciones en las que se toma la decisión para sobrevivir el momento y no prepararse para el día, evento, temporada o generación siguiente.
Oh Dios misericordioso, ayúdame a ocuparme de lo que hay que hacer en este momento. Dame la energía para prepararme para las cosas que sucederán en mi vida. Sé que necesito respirar, beber, comer, votar y, en algún momento, morir. Concédeme el coraje, la perspicacia y la sabiduría para actuar según lo que Tú quieres que haga como tus oídos, ojos, manos y voz en este mundo. Amén.
Beth Price is part of the customer care team at Diocesan. She is a Secular Franciscan (OFS) and a practicing spiritual director. Beth shares smiles, prayers, laughter, a listening ear and her heart with all of creation. Reach her here bprice@diocesan.com.
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