If you’ve ever volunteered in a parish, you know that a challenge in ministry is just getting people across the threshold of the church. I frequently encounter generous volunteers, who have lovingly planned beautiful events, express their disappointment, and even bewilderment, at a low turnout. The lament goes something like, “We advertised in the bulletin. Everyone knew about it. Why didn’t people come?”
If I could teach every parish in the world one thing about inviting people in, it would be this: parish bulletin announcements are not sufficient invitations.
Invitations act. Invitations accompany. Invitations love.
Today’s Gospel reading from Mark has a lot to teach about invitation. Mark 6 presents to us several of Jesus’ famous miracles: feeding the five thousand; walking on water; and today’s reading of Jesus healing people by simply touching the tassel on his cloak.
Notice the way that people bring their sick ones to Jesus. People “scurried about the surrounding country” (Mk 6:55). They carried their sick to Jesus on mats (6:55), and they laid their friends and family within arm’s reach of our Lord, close enough to touch his cloak.
When we invite people to a parish event, some people are eager to attend, but some, like the sick in today’s Gospel, may feel some kind of barrier between themselves and our Lord. Some people may be afraid to reengage in a parish because of past hurts, some may feel shame because of a circumstance in their past, some may simply feel too shy to walk through the door alone. These people may read an announcement in a bulletin but for whatever reason cannot respond unaided by brothers and sisters in Christ.
This is why invitations act. When we invite people into our parish, we have to go to where they are to make the invitations. Scurry to the countryside. Invitations accompany. Notice that each of the people who were healed by Jesus were brought to Jesus by someone. When we offer someone a ride to an event or help a newcomer find people to sit with, we are walking a path of accompaniment together toward Christ. Finally, invitations love. When we extend an invitation, we’re not merely making a written announcement in a bulletin or giving a verbal announcement at the end of Mass when people are itching to scurry out the door, we are extending Christ’s love in our community and inviting people to encounter Love Himself.
Is there someone in your life who needs your authentic, active, accompanying, loving invitation? Walk with that person today.
Si alguna vez has sido voluntario en una parroquia, sabes que un desafío en el ministerio es simplemente lograr que la gente cruce el umbral de la iglesia. Con frecuencia me encuentro con voluntarios generosos, que han planeado con amor hermosos eventos, expresar su decepción e incluso su desconcierto ante la baja participación. Su lamento es algo como: “Hicimos publicidad en el boletín. Todo el mundo lo sabía. ¿Por qué no vino la gente?
Si pudiera enseñar algo a cada parroquia del mundo sobre invitar a la gente, sería esto: los anuncios en los boletines parroquiales no son invitaciones suficientes.
Las invitaciones requieren acción. Las invitaciones requieren acompañamiento. Las Invitaciones requieren amor.
La lectura del Evangelio de hoy según Marcos tiene mucho que enseñar sobre la invitación. Marcos 6 nos presenta varios de los famosos milagros de Jesús: alimentar a los cinco mil; caminar sobre el agua; y la lectura de hoy de Jesús que sana a la gente por el simple hecho de tocar la borla de su manto.
Observe la forma en que la gente lleva a sus enfermos a Jesús. La gente “de toda aquella región acudían a él” (Mc 6,55). Llevaron a sus enfermos a Jesús en camillas (6:55), y pusieron a sus amigos y familiares al alcance de nuestro Señor, lo suficientemente cerca como para tocar su manto.
Cuando invitamos a personas a un evento parroquial, algunas personas están ansiosas por asistir, pero otras, como los enfermos en el Evangelio de hoy, pueden sentir algún tipo de barrera entre ellos y nuestro Señor. Algunas personas pueden tener miedo de volver a participar en una parroquia debido a heridas del pasado, otras pueden sentir vergüenza por una circunstancia de su pasado, otras simplemente pueden sentirse demasiado tímidas para cruzar la puerta solas. Estas personas pueden leer un anuncio en un boletín pero, por alguna razón, no pueden responder sin la ayuda de hermanos y hermanas en Cristo.
Por eso, las invitaciones requieren acción. Cuando invitamos a personas a nuestra parroquia, tenemos que salir a su encuentro para hacer las invitaciones. Corre al campo. Las invitaciones requieren acompañamiento. Toma en cuenta que cada una de las personas que fueron sanadas por Jesús fueron llevadas a Jesús por alguien. Cuando ofrecemos a alguien llevarlo a un evento o ayudamos a un recién llegado a encontrar personas con quienes sentarse, estamos recorriendo juntos un camino de acompañamiento hacia Cristo. Por último, las invitaciones requieren amor. Cuando extendemos una invitación, no estamos simplemente haciendo un anuncio escrito en un boletín o dando un anuncio verbal al final de la Misa cuando la gente está ansiosa por salir corriendo por la puerta, estamos extendiendo el amor de Cristo en nuestra comunidad e invitando a la gente a encontrarse con el Amor mismo.
¿Hay alguien en tu vida que necesita tu invitación auténtica, activa, acompañante y amorosa? Camina con esa persona hoy.
Elizabeth Tomlin is the author of Joyful Momentum: Building and Sustaining Vibrant Women’s Groups and contributing author to the Ave Prayer Book for Catholic Mothers. She is General Counsel for the Archdiocese for the Military Services, USA. Elizabeth is an Army wife and mother of three and currently lives in the DC area. She blogs at JoyfulMomentum.org or @elizabethannetomlin on social media.
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