Mary and Elizabeth / María e Isabel

We read in today’s Scripture, “Blessed are you who believed that the Lord would fulfill what was spoken to you.” The Blessed Mother responded to the invitation by God to be the Mother of God, the Second Person in the Trinity, Jesus. After the Annunciation made by the Angel, who had told her that her cousin was pregnant, Mary made haste to visit Elizabeth in the hill country of Judah.

The Church celebrates this beautiful moment in the life of Christ as the mother of God visits Elizabeth. This event has been a meditation for the whole Church as the second Joyful mystery of the rosary known as the Visitation. Elizabeth was older and thought to be past child-bearing years. She suffered from many years of infertility and longing to have a child.  While Mary, a young virgin in the prime of her life, was selected to be the Mother of God. We can only imagine how Mary’s beauty and grace would be remarkable. Despite their age difference and the circumstances that revolved around these pregnancies, they trusted in the Lord and rejoiced over their children. They shared a unique role in Salvation History. St. John the Baptist would be the for-runner for Christ. Filled with the Holy Spirit, he lept from inside his mother’s womb, and pointed to the significance of Jesus. I can hear the laughter and joy as this child proclaimed God’s glory long before many knew that Mary was with child. 

This Scripture is an essential message to us in modern times, as unborn children are not always cherished, loved, and even seen as people. Even though they are persons, they are not protected from death through abortion. We can appreciate the significance and beauty of God’s plan being revealed through unborn children. God revealed His plan for our salvation, in many ways, from the conception of Christ and throughout His entire time on earth. Our journey also includes our time in our mother’s womb until our natural end of life in God’s timing.

Mary is the new Eve, for she was not spoiled by Original Sin but instead preserved to be the Mother of God. She shows us her humble, loving and serving heart through her desire to proclaim the wonders of God in all moments. May we allow the Blessed Mother’s gentleness and kindness to be our godly example throughout our day. How can we invite the Blessed Mother into our life in a new way so that we can encounter her love? By simply dedicating our hearts to her Immaculate Heart, and asking for her guidance and intercession. The Blessed Mother wants to bring her son to our hearts, homes, and our own “hill country.” 

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Leemos en la Escritura de hoy: “Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”. La Santísima Madre respondió a la invitación de Dios de ser la Madre de Dios, la Segunda Persona de la Trinidad, Jesús. Después de la Anunciación hecha por el Ángel, quien le había dicho que su prima estaba embarazada, María se apresuró a visitar a Isabel en la región montañosa de Judá.

La Iglesia celebra este hermoso momento en la vida de Cristo cuando la madre de Dios visita a Isabel. Este evento ha sido una meditación para toda la Iglesia como el segundo misterio gozoso del rosario conocido como la Visitación. Isabel era mayor y se pensaba que ya había pasado la edad de procrear. Sufrió muchos años de infertilidad y ansias de tener un hijo. Mientras que María, una joven virgen en la flor de su vida, fue seleccionada para ser la Madre de Dios. Solo podemos imaginar cómo la belleza y la gracia de María serían notables. A pesar de la diferencia de edad y las circunstancias que rodearon estos embarazos, confiaron en el Señor y se regocijaron por sus hijos. Compartieron un papel único en la Historia de la Salvación. San Juan Bautista sería el precursor de Cristo. Lleno del Espíritu Santo, saltó desde el interior del vientre de su madre y señaló el significado de Jesús. Puedo escuchar la risa y la alegría cuando este niño proclamó la gloria de Dios mucho antes de que muchos supieran que María estaba embarazada.

Esta Escritura es un mensaje esencial para nosotros en los tiempos modernos, ya que los niños no nacidos no siempre son apreciados, amados e incluso vistos como personas. Aunque son personas, no están protegidas de la muerte del aborto. Podemos apreciar el significado y la belleza del plan de Dios que se revela a través de los niños no nacidos. Dios reveló Su plan para nuestra salvación, de muchas maneras, desde la concepción de Cristo y durante todo Su tiempo en la tierra. Nuestro camino también incluye nuestro tiempo en el vientre de nuestra madre hasta el fin natural de nuestra vida, cuando Dios nos llama.

María es la nueva Eva, porque no fue estropeada por el Pecado Original sino preservada para ser la Madre de Dios. Ella nos muestra su corazón humilde, amoroso y servicial a través de su deseo de proclamar las maravillas de Dios en todo momento. Permitamos que la dulzura y la bondad de la Santísima Madre sean nuestro ejemplo piadoso a lo largo de nuestro día. ¿Cómo podemos invitar a la Santísima Madre a nuestra vida de una manera nueva para que podamos encontrar su amor? Simplemente dedicando nuestros corazones a su Inmaculado Corazón, y pidiendo su guía e intercesión. La Santísima Madre quiere traer a su hijo a nuestros corazones, hogares y nuestro propio “país montañoso”.

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Emily Jaminet is a Catholic author, speaker, radio personality, wife, and mother of seven children. She earned a bachelor’s degree in mental health and human services from the Franciscan University of Steubenville.  She is the co-founder of www.inspirethefaith.com and the Executive Director of The Sacred Heart Enthronement Network www.WelcomeHisHeart.com. She has co-authored several Catholic books and her next one, Secrets of the Sacred Heart: Claiming Jesus’ Twelve Promises in Your Life, comes out in Oct. 2020. Emily serves on the board of the Columbus Catholic Women’s Conference, contributes to Relevant Radio and Catholic Mom.com.

Feature Image Credit: Carlos Daniel, cathopic.com/photo/15609-la-visitacion