Preparing the Way / Preparando el Camino

Good King Wenceslaus looked out, on the Feast of Stephen, When the snow lay round about, deep and crisp and even . . . Can you hear the music?

In this, my favorite Christmas carol, the good King and his page go forth on a cold, snowy day to bring food, cheer, and warmth to a poor man. It is a long walk, and when the page falters due to the cold, he finds that when he walks in his master’s footsteps, “heat was in the very sod,” giving him strength to continue.

Today is the Feast of St. Wenceslaus, who was martyred by stabbing from the orders of his own brother. And today is also the feast of Saint Lorenzo Ruiz and Companions. He too was a martyr, tortured to death in Japan for refusing to apostatize. These are his brave final words:

“I am a Catholic and I accept wholeheartedly to die for God. If I had a thousand lives, I would offer all of them to God.” What can we learn from the lives and deaths of these good and holy men?

In today’s first reading, God admonishes the people, who have yet to rebuild his temple: “Consider your ways! Go up into the hill country; bring timber, and build the house That I may take pleasure in it and receive my glory, says the LORD.”

Although God is literally talking about the temple in Jerusalem, I think the message for us is about building the house of the Lord in a more figurative way. What are we doing to build the Church? What are we doing to bring about God’s kingdom?  

Today’s Psalm encourages us this way: “The Lord takes delight in His people.”

God delights in us because He loves us. We do not need to do anything to earn His love—in fact, there is nothing we COULD do to earn it. But how can we thank him? How can we praise Him? How can we share this gift of love with others?

As I read today’s Gospel I remembered how fascinated Herod was with John the Baptist, how he loved to listen to him talk even though John challenged him. In an alternate universe, where Herod did not behead John, I imagine he might have become a follower one day. Now Herod was hearing about Jesus, who people were speculating was John resurrected, or Elijah, or another one of the Prophets, and he was similarly intrigued.  These prophets prepared the way for Jesus; martyrs like Lorenzo and Wenceslaus help lead us to Him.

Because even if we are not all called to be martyrs, we are all called to be saints. We may hope we never have to die for God, but we are supposed to live for him. I recommend starting each day with a Morning Offering to remind you to dedicate each day to Him.  And remember your obligation to be a light for those around you. Consider whose attention you may attract, whose path may be warmed if they follow in your footsteps.

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Mi villancico favorito se trata del buen rey Wenceslao y su paje salen en un día frío y nevado para llevar comida, alegría y calor a un hombre pobre. Era una caminata larga, y cuando el paje se tambalea debido al frío, descubre que cuando sigue los pasos de su maestro, “el calor estaba en el mismo césped”, lo que le da fuerzas para continuar.

Hoy es la fiesta de San Wenceslao, que fue martirizado a puñaladas por orden de su propio hermano. Y hoy también es la fiesta de San Lorenzo Ruiz y Compañeros. Él también fue un mártir, torturado hasta la muerte en Japón por negarse a apostatar. Estas son sus valientes palabras finales:

“Soy católico y acepto de todo corazón morir por Dios. Si tuviera mil vidas, se las ofrecería todas a Dios.” ¿Qué podemos aprender de las vidas y muertes de estos hombres buenos y santos?

En la primera lectura de hoy, Dios amonesta al pueblo, que aún tiene que reconstruir su templo: “¡Reflexionen, pues, sobre su situación. Suban al monte, traigan madera y construyan el templo, para que pueda yo estar satisfecho y mostrar en él mi gloria, dice el Señor.”

Aunque Dios literalmente está hablando del templo en Jerusalén, creo que el mensaje para nosotros se trata de construir la casa del Señor de una manera más figurativa. ¿Qué estamos haciendo para construir la Iglesia? ¿Qué estamos haciendo para traer el reino de Dios?

El salmo de hoy nos anima de esta manera: “El Señor es amigo de su pueblo”.

Dios se deleita en nosotros porque nos ama. No tenemos que hacer nada para ganar Su amor; de hecho, no hay nada que PODRÍAMOS hacer para ganarlo. Pero, ¿cómo podemos agradecerle? ¿Cómo podemos alabarle? ¿Cómo podemos compartir este regalo de amor con los demás?

Mientras leía el Evangelio de hoy, me acordé de cuán fascinado estaba Herodes con Juan el Bautista, cómo le encantaba escucharlo hablar a pesar de que Juan lo desafiaba. En un universo alternativo, donde Herodes no decapitó a Juan, me imagino que podría haberse convertido en un seguidor algún día. Ahora Herodes estaba escuchando acerca de Jesús, de quien la gente especulaba si era Juan resucitado, o Elías, u otro de los Profetas, y estaba igualmente intrigado. Estos profetas prepararon el camino para Jesús; mártires como Lorenzo y Wenceslao ayudan a conducirnos a Él.

Porque aunque no todos estamos llamados a ser mártires, todos estamos llamados a ser santos. Podemos esperar que nunca tengamos que morir por Dios, pero se supone que debemos vivir para él. Recomiendo comenzar cada día con una Ofrenda de la Mañana para recordarte a dedicar cada día a Él. Y recuerda tu obligación de ser una luz para los que te rodean. Considera la atención de quién puedes atraer, del camino que puedes preparar para los que siguen tus pasos.

Comunicarse con la autora

Leslie Sholly is a Catholic, Southern wife and mother of five, living in her hometown, Knoxville, Tennessee. She graduated from Georgetown University with an English major and Theology minor. She blogs at Life in Every Limb, where for 11 years she has covered all kinds of topics, more recently focusing on the intersection of faith, politics, and social justice.

Feature Image Credit: Lichtmagnet, pixabay.com/photos/painted-dream-forest-snow-winter-69604/